La ciudadanía no se escribe con hambre. Por José Pons

Es perentorio entender que una nación y su definición de ciudadanía  no logra tener cabida con pueblos subyugados por el hambre, la instituciones y sus valores culturales desfallecen ante familias  y comunidades que no poseen la capacidad de alimentarse y menos en manos de un Estado cuya misión no ha sido satisfacer las exigencias reflejadas en los sagrados Derechos Humanos que se reflejan en la Constitución.

Los valores, el desarrollo y el crecimiento de un ciudadano, de sus Familias y de los pueblos no logran tener espacios sin la básica cesta alimentaria. Esto genera desnutrición y lo más grave de todo ello que al paso que este país viene padeciendo, ya las próximas generaciones vienen con un déficit nutricional que ya perturba su normal desarrollo. ¿Crímenes de Lesa Humanidad? claro está, bien descrito en nuestras leyes y así, en la Naciones unidas contemplan a través de los tribunales internacionales, hoy por hoy, ya los están asumiendo así.

En Venezuela, el descuido, la poca atención a los sectores pobres, las políticas mal interpretadas y muchas veces de poco interés fueron creando sectores olvidados (años 70,80 y 90). Esto hay que reconocerlo, pero lo visto en estas décadas (1999-2023) han sido años de miseria y pobreza, llevando a la ciudadanía en general a sumarle a los males que vivimos la corrupción, la inflación, la indiferencia gubernamental y el hambre a la familias y los pueblos en general. La ciudadanía no se puede escribir con hambre.

Anuncian como logros un aumento salarial, hoy, para ser efectivo a partir de marzo de este año 2023. Alarmados los venezolanos ven con lágrimas tan esperado y ansiado aumento, hacerse “sal y agua” antes de llegar. El poder inflacionario es tan espantoso que el hambre se perpetúa sin miramientos y sin misericordia para un pueblo que deberá aprender a cambiar su gemido, por el grito de libertad, de justicia y acción ante un régimen que los ha olvidado y traicionado por su mezquindad, en nombre de la cacareada Justicia Social pregonada por estos comunistas caribeños.

Solo es un fenómeno publicitario el pregonar una normalidad ciudadana, aumentando los impuestos a todos los niveles del poder, organizando el cobro de servicios y para colmo sea la cedula de identidad, pasaportes, licencia de conducir, a precios inalcanzables para el venezolano en general. Es así, que reafirmamos que el concepto de ciudadanía para los venezolanos está vetado.

Finalmente, es increíble la desfachatez con que los sectores del gobierno hablan del Imperio para culparla de la situación del hambriento, del desvalido, del enfermo. Menos perdonable es la actuación de esta elite política del país que se dice ser de oposición al ver sus vecinos con hambre o huyendo del país. Verdaderos sátrapas que valiéndose de la fe de los ciudadanos, han disfrutado estos mismos años de la opulencia y dadivas del Gobierno revolucionario. Igual se merecen el desprecio y el deseo que la justicia recaiga en ellos a nivel de la Haya.

 

Dr. José E. Pons B /@joseponsb

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