Comerciantes de Táchira con la esperanza de recuperar sus ventas tras la reapertura de la frontera

El ingreso de vehículos colombianos a territorio venezolano durante la semana de inauguración del puente internacional, Atanasio Girardot, mantiene con muchas expectativas y esperanzas a comerciantes y prestadores de turismo en el estado Táchira, principalmente a los pocos que aún sobreviven en los municipios de frontera, luego de siete años y cuatro meses de cierre unilateral y arbitrario por parte del régimen de Nicolás Maduro.

Pasar en vehículo particular o en transporte público por los pasos binacionales que unen a Táchira con Norte de Santander, durante décadas fue una dinámica de estos países hermanos, por lo que para muchos aún parece una utopía, pues los mismos que bloquearon los puentes internacionales, hoy permiten el paso vehicular.

El primero de enero, no solo fue la bienvenida del año nuevo para los habitantes de Ureña y San Antonio, fue un día de celebración, pues familias enteras salieron a las calles a recibir a los vehículos de colombianos que ingresaron a abrazar a sus familias en el nuevo año. Cabe recordar que en agosto de 2015, miles de familias fueron separadas y expulsadas por el río Táchira.

Estrella Rangel, encargada de un restaurante en la avenida principal de la población de Ureña, considera muy positiva la reapertura total de la frontera. Celebró el paso de los primeros carros con placas colombianas, “han venido personas de allá a comer, incluso en taxis (colombianos) a visitarnos, a probar nuestros productos, de verdad se ha visto todo bueno”.

“Nosotros estábamos aquí trabajando cuando vimos que pasaron los carros colombianos, todo el mundo saludaba, tocaba la bocina, esa emoción de pensar de que eso nunca iba a volver a suceder. Se remueven sentimientos”, acotó, Rangel.

La ciudad de Ureña durante décadas fue conocida como una de las zonas industriales más importantes de Venezuela, donde se confeccionaba y se producían grandes volúmenes de pantalones, zapatos y hasta carrocerías, que luego eran distribuidos por todo el país.

En la actualidad, son pocas las tiendas que continúan abiertas en la avenida principal de Ureña, entre ellas la tienda del comerciante, Gratiniano Ramírez, quien desde hace 20 años se ha dedicado a la confección de ropa para damas, caballeros y niños. En sus inicios contaba con 15 empleados, ahora él forma parte de la reducida nómina de solo cuatro trabajadores que atienden el local.

“Después que cerró la frontera el comercio cayó demasiado, las ventas bajaron demasiado y las expectativas que teníamos era cerrar, muchas empresas también cerraron y ahorita con esta apertura, pues gracias a Dios, estamos esperando que haya más fluidez, mejor comercio, ya hemos visto muchos carros que vienen para acá, visitan los negocios, ya están comprando”, manifestó el comerciante, mientras confeccionaba una camisa.

Gratiniano, expresó haber experimentado “emociones encontradas, algo que le parecía a uno mentira, parecía que nunca iba a pasar, pero gracias a Dios que pasó (reapertura vehicular).

Igualmente, Ana Alvarado comentó que durante el mes de diciembre las ventas no fueron las que esperaban, a su juicio, “no hubo temporada”, por lo que tiene muchas expectativas con la reapertura de la frontera, pues no solo esperan a colombianos, sino también a venezolanos que viajen desde el centro del país y así puedan aumentar sus ventas.

“Hoy fuimos visitados por varios colombianos y nos han comprado, es mucha alegría porque hemos sufrido por el paso. La hemos guerriado, nosotros como comerciantes la hemos luchado para hoy estar aquí”, dijo.

 

 

 

 

 

 

 

Con información de La Patilla

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