Quito enciende el pesebre más alto de Latinoamérica

Con imágenes de más de 30 metros de altura, colocadas en el cerro del Panecillo, a 3.000 metros sobre el nivel del mar, se instaló en la capital ecuatoriana, Quito, el tradicional pesebre gigante considerado el más alto de Latinoamérica.

El alcalde de Quito, Santiago Guarderas, indicó que con el encendido de las luces del belén empezó la época navideña.

Desde la primera semana de septiembre inició el traslado de 24 piezas desde las bodegas en el parque Bicentenario hasta El Panecillo, donde cada parte se ensambla manualmente en superficie y posteriormente se levantan las siete esculturas con grúas, explicó Jorge Merlo, gerente General de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop).

El pesebre está constituido por San José que tiene una altura de 38 metros; los Reyes Magos Baltasar y Gaspar de 35 metros y el Rey Mago Melchor de 33 metros. Además, se configura la estructura de la cuna, con el Niño, la estrella, el buey y el burro de 6 metros de alto.

La escultura de la Virgen de Legarda, que corona desde hace varios años El Panecillo, representa a la madre del Niño Jesús.

Para iluminar todas las estructuras se utilizan 1.200 metros de luces LED, que resaltan el belén en las alturas, mientras la ciudad se derrama a sus pies y termina, panorámicamente, formando parte del pesebre.

El Panecillo es una elevación natural bautizada con este nombre por su parecido con un pequeño pan; está enclavado en el corazón de Quito y desde su cima se puede apreciar el centro histórico, pero también zonas del norte y sur de la urbe.

El lugar recibió su nombre de los conquistadores españoles, pues antes era llamado por los aborígenes como “Shungoloma” que en quichua significa “loma del corazón”, señala su portal.

En la época pre incaica, en este sitio existió un templo de adoración al sol, llamado “Yavirac”.

El Panecillo está coronado por una escultura gigante de aluminio de la “Virgen de Quito”, creada en 1975 por el español Agustín de la Herrán Matorras, el cual se basó en la Virgen de Legarda o Apocalíptica, obra del siglo XVIII de Bernardo de Legarda, uno de los más importantes representantes de la Escuela Quiteña.

 

 

 

 

 

Con información de Agencia EFE

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