«Esclavizar para Delinquir» el informe de Cecodap que deja saber como reclutaba «El Koki» a niños de su comunidad

Para habitantes de la Gran Caracas no es ajena la imagen de un camión lleno de hombres, recorriendo barriadas en busca de los llamados “frijoles chinos” contenidos en las bolsas Clap. Una investigación publicada por Cecodap y la agencia PANA, asegura que miembros de la megabanda del Koki, Vampi y Garbis, usaban esta fachada para reclutar a niños y adolescentes.

Investigadores consultaron seis fuentes que confirmaron que la función de los supuestos cambistas de este producto, era mapear, en primer lugar, territorios de la Cota 905 y luego de La Vega y El Cementerio. “Buscaban las entradas, salidas y vías de escape. Quiénes necesitaban un par de cholas y quién quería unos zapatos de marca”, explicó Edgar López, periodista e investigador.

Los hallazgos obtenidos en esta investigación, engrosaron el informe “Esclavizar para Delinquir”, donde se plasmaron relatos de la convivencia de la comunidad de la Cota 905, con “el flaco”, como solían referirse a Carlos Luis Revette, alias “el Koki”.

“Miembros de la megabanda se acercaban a niños y adolescentes, como quien va a ofrecer trabajo, y quienes pasaban a sus filas lo hacían forzados por el hambre, deserción escolar, violencia doméstica, además de los ingresos semanales en dólares que ofrecían”, detalló López refiriéndose a la modalidad de reclutamiento forzoso que aplicaban cabecillas de esta megabanda.

Entre los sucesos ocurridos en La Vega durante el conflicto de la megabanda del Koki, Vampi y Garbis, uno descrito por sus habitantes como “insólito”, fue la aparición de ganado en veredas y callejones de la comunidad.

Tras las reses aparecían hombres a caballo, con sombrero y botas al estilo llanero, también estaban armados. “Las vacas eran del Koki y los vaqueros eran infiltrados, se trataba de reclutadores profesionales, que ofrecían calzado y ropa de marca a muchachos de esta comunidad”, explicó el investigador López, sobre la forma que la megabanda extendió sus dominios hasta La Vega.

El informe reveló que las conocidas mega rumbas eran otra oportunidad que tenían cabecillas de la organización criminal, para ufanarse del estilo de vida y aparente poder, que resultaba atractivo para niños y adolescentes.

El fin último del reclutamiento de niños, niñas y adolescentes es la explotación, sobre la base del abuso de poder y la violencia y, en ese sentido, constituye una violación continua y concurrente de casi todos sus derechos: vida, integridad personal, libertad, educación, salud física y mental, a tener una familia y a no ser separado de ella, según lo reflejó el informe.

En el documento también resaltaron que el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes por el crimen organizado es una forma contemporánea de esclavitud y una modalidad de trata de personas. La tipificación del delito de trata supone la actuación de un grupo de delincuencia organizada como sujeto activo y prevé las siguientes formas de cometerlo: promoción, favorecimiento, facilitación o ejecución”.

 

Con Información de El Pitazo.

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