Uno y dos de noviembre de cualquier año. Por José Ernesto Pons B.

En Venezuela el día 1 y 2 de noviembre se conmemoran los “Fieles Difuntos”, el día de todos los “Santos” en Venezuela; se nos recuerda de aquellos que han partido dejando miles de recuerdos y días que añoramos cuando estos viajeros de la vida partieron de nuestro lado, dejando gratos recuerdos y huellas que marcan nuestras vidas y cuya ausencia nos produce dolor y a la vez tenues sonrisas que entre mesclan un sabor dulce y agrio que nos ahoga con lágrimas de tristeza inmensurables.

 

A pesar de que muchas veces nadie divisa nuestras lágrimas, cuando nadie nota la tristeza que cargamos en nuestros corazones y con profundo dolor aparecen en cualquier tiempo o momentos, doblegan nuestro diario vivir logrando arrojarnos a un sinfín de recuerdos y nostalgias que abrazan nuestro ser y hacen que veamos el devenir de formas diferentes hinchadas de soledad y desanimo ante lo que no podemos hacer nada para cambiarlas. He allí, donde los pensamientos, las incertidumbre y la desesperanza llenan la inseguridad del día de mañana.

 

Estos sucesos que contraen nuestras vidas, las podremos entender con lógico razonamiento, ¿Sabremos, entenderemos que responderemos acaso a un plan que Dios ha establecido en nuestras vidas? Quizás al pensar en quiénes son las personas más cercanas a ti, ayer y hoy, serán y son parte de un futuro en el que debes de entender que nos traerán grandes emociones y felicidad; que se sumaran a los recuerdos bonitos que hemos vivido con lo que se nos adelantaron en el tren de la existencia y que el “Ser Divino” nos permitió disfrutar en la vida.

 

En estos tiempos de cambios y transformaciones, a veces confusa y otras claras como el agua cristalina, deberemos mirar el gran bosque que hay detrás del pequeño árbol que nos empeñamos en mirar. La vida te ofrece de formas inexplicables y con actores que te coloca el devenir en las puertas de tu corazón, la gran oportunidad de ser feliz más aún que antes o más que otros, que se colocan al margen de la vida y pernotan paralizados por el miedo de seguir adelante en el transcurrir de la vida.

Conviértete en tu propio “emprendedor” de tu existencia, construye con el gran Dios lo nuevos tiempos que será tu diferentes recuerdos que se sumaran al banco de felicidad en tu vida. Para cuando vengan a ti, los años de la grácil sonrisa y las blancas nieves, logres entender que tu felicidad en el tiempo fueron construidos entre tu amor, y los que se te adelantaron al irse de tu lado. He allí, la llave del tesoro de la vida, Cuando descubras que en el saber amar, el saber valorar y el disfrutar de esa energía que se llama amor, es la mina de la riqueza en el vivir con alegría y felicidad.

Dedicado a la memoria de Neyda, Beatriz, Nilda, Trina, Violeta, Jaime, Adolfo, Julio, y Joel Arturo, entre otros.

 

Dr. José Ernesto Pons B.

@joseponsb

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