Líderes mundiales. Por Albert Geovo

Durante todo el siglo XX y lo que va del XXI existe el concurso de los actores en la arena política del teatro de los medios, en convertirse en líderes internacionales, pero a la verdad, no se gobiernan ni así mismos, como dice la frase en el pórtico del Templo a Apolos en Delfos: Nosce Te Ipsvm, aforismo en griego de «conócete a ti mismo».

No obstante, la prueba más expedita ante esas observaciones, se tienen a raíz del presente, donde ninguno de los aspirantes en la arena del anfiteatro de la vida, es capaz en base, a la razón de decirle no a la hegemonía mundial de los poderes fácticos, que ya no son tan invisibles como se decía, ahora más bien estos poderes en la sombra gobiernan el mundo con el único límite de la Providencia, donde contados con los dedos, son pocos los que intentan desafiar el mandato establecido.

Así que, se aprecia de manera fehaciente que los denominados líderes mundiales, no son más que actores que están luchando por intereses personales y conservar más o menos valores de las naciones que administran, en palabras de ellos, les importa poco lo que sucede fuera de sus fronteras, por lo tanto no entran en la categoría de líderes Internacionales, desconociendo que los problemas del vecino también se refieren y afectan a los del hogar, siendo éste el principal error de las naciones del mundo; ya que, no es posible blindarse ante un mundo cada vez más, víctima de las políticas colectivistas y expansionistas del totalitarismo que terminan afectando a toda la población sobre la faz del mundo.

En el ámbito religioso, también existen muchos desencantos, incluso por la feligresía y seguidores de los líderes religiosos de las principales religiones del mundo, ya que no fueron capaces de ponerle un stop, al menos, de forma sutil o persuasiva o de manera tajante, en nombre de la verdad a las pretensiones totalitarias que se posicionan sobre los derechos y libertades humanas en la actualidad.

De igual manera, sucedió con intelectuales y candidatos a filósofos internacionales, no hubo quien de talla internacional, se las cantara al nuevo orden mundial, más que un puñado en las redes sociales.

Se sabe, a través, de la historia que los últimos que intentaron en convertirse en líderes mundiales, fueron objeto del mayor descrédito y conspiraciones tanto en lo interno como fuera de las fronteras de donde emergieron, varios nombres, vale la pena estudiar, sus biografías: Alejandro Magno, Julios César, Jesús, Gengis Kan, Napoleón, y la lista se pudiera alargar un poco más, lo cierto es, que todos estos personajes de la historia, no duraron mucho para contarlo, aún se desconocen, a grandes rasgos, todas las razones por las que decidieron afrontar los grandes desafíos y enfrentar poderes geopolíticos globales que perviven hasta la actualidad.

Algunos se preguntarán, por qué no incluir en la lista al tan respetado, admirado, Bolívar, la razón es muy simple, el libertador, nunca pretendió ser el líder mundial y expandir su gobierno más allá de las fronteras de los virreinatos y capitanías de las posesiones del otrora Imperio Español en Sur América, éste por el contrario, estuvo claro, siempre en su misión, cumplir órdenes de poderes geopolíticos, que lograron llevar a cabo de manera magistral, como diría él, asistido por la Providencia, para todas sus hazañas; nunca pretendió gobernar el mundo, como si fueron ideales y acciones, para bien o para mal, de los mencionados líneas arriba.

Existen también, episodios que estuvieron marcados por los denominados líderes negativos, en los que se pudiera mencionar a Yosef Stalin, que si bien, no vivió para ver todas las atrocidades expandida por la ideología anticapitalista, por toda la Tierra, apoyada y solapada, por poderes geopolíticos mundiales, si logró disfrutar de las mieles del totalitarismo hasta el Holodomor sobre el derrocado Imperio Zarista.

La carrera, por el poder, parece que la vienen ganando poderes ocultos, en la sombra, cada vez más visibles, detrás del telón de la ciencia y la tecnología, sin respeto por lo humano, ya que está escrito por los sabios que, la ciencia es como la mujer de César de la cual no se debe sospechar, pero cuidado con la manzana porque el que de ella coma morirá, dice el Bere-shit o Génesis hebraico.

Porque si hay que mencionar un protagonista en la historia del 2019 a 2021 que afectó a todo el planeta, fue la ciencia y la tecnología,  ya que no hubo nación que no fuera tocada por el poder de las redes sociales, junto a una ciencia sin escrúpulos, con políticas sanitarias socioeconómicas que impusieron por toda la tierra, contra todo pronóstico, desafiando los Principios Generales del Derecho, las Constituciones, la Soberanía, DDHH, Sistema Garantista de Derechos y Libertades Civiles, incluso, retando la misma ciencia con sus principios y postulados legendarios.

Además de hacer frente, tal ciencia sin escrúpulos,  a la naturaleza, la libertad e inteligencia humana; sin importar saber que, una falsa  premisa, conduce inevitablemente a falsas conclusiones, para así, de esta forma reescribir la historia, reconfigurando un nuevo orden social de magnitud planetario, al que se le ha hecho oposición en todos los ámbitos, con pocos éxitos, las denuncias y manifestaciones en contra del orden económico totalitario en aras de una reprobable seguridad sanitaria, impuesta con claras intenciones de control poblacional, dentro de las naciones y por toda la Tierra que claman por la vida y por la libertad de ser humano.

 

Albert Geovo

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