La última revolución industrial. Por Albert Geovo

De cara a la verdad, la humanidad se encuentra en pleno caos, producto de una pandemia que se originó en China; más allá, que si fue creada en un laboratorio o es producto de un animal, transmitida a humanos; se dejará esto en manos de los expertos en la materia de las ciencias médicas y biológicas, además de la historia.

Pues bien, ante todas las consecuencias acaecidas desde ese momento, se puede decir bajo una perspectiva escatológica, análoga a las revelaciones de San Juan, mejor conocido como apocalipsis o fin de los tiempos; que la humanidad ha de repensar no sólo cuál es la cosmovisión de Occidente, sino del héroe que le dio fama y forma a esta civilización, mejor conocido como el Mesías.

Entre tanto, se encuentra la población en una posición homóloga a una guerra mundial, que bien, pudiera ser la cuarta guerra, ya que bastante se habló de la tercera guerra con sus bajas, por influyentes personalidades del pasado siglo XX, donde el protagonista se lo llevó el orden socialista, además del mejor guión, mejores artistas de reparto, mejores efectos especiales y banda sonora, de ese magnus opus, colectivista y totalitario conocido.

Pues bien, la ideología totalitaria, toma cada vez más fuerza en cada uno de los planteamientos registrados en esta última revolución industrial; diseños que han despertado todo tipo de especulaciones, tramas y teorías de conspiración contra la humanidad, amalgamando a una masa cada vez más grande, tal vez, como nunca antes se registró, despertando mucha gente de un letargo en el que se encuentra aún la población.

No obstante, la agenda tiene la particularidad de imponer sus reveladores  proyectos poniendo de rodillas  a grupos, partidos, religiones junto a las personalidades y líderes políticos de las súper potencias y naciones más prominentes e influyentes de la política internacional; desafiando, incluso, cualquier interés nacional.

Pues bien, la obra social, que reúne las características de un software, un programa, dicho esquema no está limitado a una nación en específico, aunque en palabras de planificadores, se corre el riesgo, que no llegue a todas las naciones, pues muchas se quedan detrás como ha sucedido con la revoluciones anteriores, donde hay lugares de la tierra que se han quedado en la era de piedra.

Si los diseños son el software; entonces las naciones, más aún, las poblaciones, en específico, las personas, representan el hardware, el «CPU» la caja, donde se instala la tecnología para el magnánimo programa puesto en marcha, esperando que llegue a buen puerto el plan.

En ese sentido, las inteligencias que colaboran en la obra, adelantan todas las políticas que se vienen desarrollando, saben que no existen conclusiones definitivas, ni los resultados que se esperan, a pesar que existe una sociedad casi en su totalidad interconectada, alineada por medio de dispositivos tecnológicos a la fuente, la matriz de las nuevas comunicaciones con sus debidas programaciones que más que en forma de mantras ya comienzan hacer efectos más  físicos que psíquicos.

Todo este revolucionario orden, sucede en medio de un episodio convulsivo, sanitario, necesario para el propósito que toca a todo el mundo; despertando todo tipo de reproches, críticas, denuncias, y acusaciones legales, junto a banalidades que de alguna manera son elementos catalizadores para el desarrollo de cada uno de los capítulos y puntos de la compilada agenda tecnológica.

Finalmente, como poseídos por el demonio, han sido muchas las bajas ante el opus legis, que es más, una penitencia para los humanos, frente a la era post globalista y valga la redundancia, totalitaria, en su insistente afán inflexible, como la cerviz de una masa alienada, un golem, sin poder escuchar, ni observar, ni hablar como el ídolo levita.

Todo esto con la tentativa de la reducción de las  emisiones de carbono que es una forma retórica y sutil a decir, reducir la población, bajo un enfoque global más allá del bien y del mal, por los que operan el sistema u orden, regodeados con la infinidad de escuelas ladinas y jactanciosas de los dogmas de la ciencia.

¿Quién hará que entren en razón? Los tiempos dirán, frente a un concierto expectante de ciegos que viendo no ven, y oyendo no escuchan, a pesar que, importantes eruditos e instruidos han advertido las verdades a voces.

Todo esto viene arrastrando a millones de personas, en especial a los más jóvenes, desafiando al mismísimo Creador y la naturaleza humana. Donde se hace un llamado a líderes de todas las religiones que como con corazones de piedras se burlan del Creador, obedeciendo la tiranía de un consejo de sabios, semejante al sanedrín con la sentencia al Mesías o como el edicto de Herodes contra los niños, a pesar que sus conciencias y el cuerpo de leyes internacionales les indica el error grave que se comete contra el orden.

Los entusiastas, ilustrados, instruidos deshonestos se han dado la tarea de torcer o desconocer las escrituras para poner argumentos que iluminen la archiconocida agenda mundial, y así errar de manera consciente y no apartarse del ídolo de la ciencia.

Descaro ignominioso, inserto en la revolución que han denunciado, entre otros puntos de colectivizar la inteligencia y la riqueza; en palabras de los iluminados, «no poseerás nada y serás feliz » terminando como criados, servidumbre o más bien, rebaño o ganado, frente a un abominable sistema u orden tiránico y totalitario.

 

Albert Geovo

@aegeovo

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