La oposición requerida. Por Leandro Rodríguez

Existe una muy discutida actitud en la oposición que la ha hecho ser merecedora de cuestionamientos acerca de su fidelidad. Observamos cómo después de las luchas ciudadanas como paros, marchas, huelgas, protestas y abstención, los representantes partidistas se auto asignan sendas luchas, para en nombre de ellas llegar acuerdos con el régimen donde los resultados jamás han beneficiado a los venezolanos: diálogos estériles, elecciones donde el voto no tiene ningún poder.

No por casualidad, desde 2006 todos los procesos electorales en el país han sido el empuje de la descalidad de vida, luego de cada elección los venezolanos vemos como nuestra sobrevivencia nos exige más y más.

Hoy día, desde 2017, los ciudadanos hemos encontrado una herramienta de lucha que ha hecho más daño al régimen que todos los eventos anteriores, valga decir, “daño” porque es nuestro más profundo rechazo a una retención de poder arraigada en la violencia institucionalizada. Esa herramienta es la abstención.

Ella ha permitido mostrar al mundo que los venezolanos, en su inmensa mayoría, no deseamos al chavismo, la abstención dice ¡Basta! No queremos más instituciones psuvizadas, no avalamos este tipo de patronatos públicos que impone un estilo de vida, un sistema político absolutamente contravenido con lo que es Venezuela, una imposición que aniquiló al voto… desde los inicios del chavismo.

No es de extrañar que, en la actualidad, un fenómeno social ajeno al accionar de los políticos, producto neto del sentimiento popular más arraigado, más legítimo en la sociedad, pretenda ser secuestrado, una vez más, por la oposición. Pretenden obligar a los venezolanos deponer su herramienta más útil para que voten en las peores condiciones electorales que jamás hayamos tenido, en momentos donde el chavismo se radicaliza mucho más ¡deplorable!

Piden votar gratuitamente, porque, como señalamos, el chavismo no ha hecho más que radicalizarse, no ha cedido un milímetro, ha consumado procesos electorales al margen absoluto de la ley y la democracia. Desde 2017 imponen partidos, candidatos, electores y resultados, para el próximo 21N nada es distinto, lo único cambiante, por razones aún desconocidas, es que la “oposición reconocida” aceptó ir a otro proceso electoral absurdo ¡Incomprensible!

Así, somos víctimas de una oposición electorera a la que el chavismo brinda todo tipo de facilidades y asigna directivas de partidos. Tenemos una “oposición reconocida” que por causalidad asumió las riendas en esta etapa del oscurantismo que destruye la nación, pero ahora desea formar parte de los eventos más rechazados por los habitantes del país: elecciones en condiciones absurdas, con instituciones psuvizadas, con candidatos ilegítimos. 

De este modo, Venezuela sigue a la espera de la oposición requerida, una que se gane su puesto, que sea capaz de interpretar el sentir de la población, que sepa identificar los problemas del país, presionar para solventarlos y que, más importante aún, sepa imponer la agenda política.

La redemocratización de Venezuela se aleja en la medida que el escenario político continúe siendo dominado por el chavismo y su agenda. Con una población inmensamente opuesta al régimen, debería ser fácil liderar las acciones, pero por una “extraña razón” las oposiciones que han existido terminan traicionando a los venezolanos, fortaleciendo al chavismo cuando se encuentra más débil.

 

Leandro Rodríguez

@leandrotango          

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