Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica. Parte 1. Por Luis Acosta

No pudimos resistir a la tentación de copiar la Introducción que hace el Domingo de Ramos, 20 de marzo del 2005, el Cardenal Joseph Ratzinger, Presidente de la Comisión Especial del Compendio Católica. He aquí sus palabras:

“El 11 de octubre de 1992, el Papa Juan Pablo II entregaba a los fieles de todo el mundo el Catecismo de la Iglesia Católica, presentándola como texto de referencia para una catequesis renovada en las fuentes vivas de la fe. A 30 años de la apertura del Concilio Vaticano II, 1962-1965, se cumplia de este modo felizmente el deseo expresado en 1985 por la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos de que se compusiera un catecismo de toda la doctrina católica, tanto de la Fe como de l a Moral.

Cinco años después, el 15 de agosto de 1997, al promulgar la “editio typica del catechismus ecclesiasticae catolicae”, el Sumo Pontífice confirmaba la finalidad fundamental de la obra: “presentarse como una exposición completa, íntegra de la doctrina católica, que permite que todos conozcamos que la Iglesia misma profesa, celebra, vive y hora en su vida diaria.

En orden de un mayor aprovechamiento de los valores del catecismo y para responder a la petición del Congreso Catequético Internacional del 2002, Juan Pablo II instituía en el 2003 una comisión especial presidida por mi como Prefecto la de la Congregación para la Doctrina de la Fe, con el encargo de elaborar un compendio del catecismo de la Iglesia Católica, que recogiera una formulación, más sintética, de los mismos contenidos de la Fe. Tras dos años de trabajo se preparó un proyecto de compendio que fue enviado a consulta a los Cardenales y a los Presidentes de las Conferencias Episcopales. El proyecto en su conjunto obtuvo una valoración positiva de parte de la mayoría absoluta de cuantos respondieron. La comisión procedió a la revisión del mencionado proyecto y, teniendo en cuenta las propuestas de mejoras recibidas, redactó el texto final de la obra.

Tres son las características principales del Compendio: la estrecha dependencia del catecismo de la Iglesia católica, al estilo dialogar y el uso de imágenes en la catequesis.

Ante todo, el Compendio no es una obra autónoma, ni pretende, de ningún modo, sustituir el Catecismo de la Iglesia Católica; más bien, remite a él constantemente tanto con la puntual indicación de los números de referencia como con el continuo  llamamiento a su estructura, desarrollo y contenido. El Compendio, además, pretende despertar un renovado interés y aprecio por el catecismo que con su sabiduría expositiva y unción espiritual, continua siendo el texto de base de la catequesis especial de hoy.

Como el catecismo, El Compendio también se articula en cuatro partes correspondientes a las leyes fundamentales de la Vida de Cristo.

La primera parte, titulada “La profesión de la Fe”, contiene una oportuna síntesis de la credenti, es decir, de la profesada por la Iglesia Católica tomada del símbolo apostólico, ulteriormente expresado y detallado por el símbolo Unisenoconstantipolitano, cuya constante proclamación en la Asamblea Cristiana mantiene viva la memoria de los principales verdades de la fe.”

Continúa en la próxima entrega.

 

Luis Acosta

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