Paralímpicos Tokio 2020: Inauguración de los juegos

Aunque los Juegos Paralímpicos de Tokio, que comienzan este martes 24 de agosto, se disputarán casi en su totalidad a puerta cerrada debido a la pandemia, muchos en Japón esperan que el evento sea un «trampolín» para mejorar la inclusión de las personas discapacitadas en la sociedad nipona.

«Es un evento valioso», opinó Masaaki Suwa, un deportista japonés de canotaje de 35 años.

Cerca de 4.400 deportistas de 162 delegaciones del mundo entero participarán en los Juegos Paralímpicos hasta el 5 de septiembre. Al igual que los Juegos Olímpicos celebrados previamente, el evento fue aplazado un año en 2020 a causa de la pandemia.

Los paralímpicos «llevan a cabo grandes cosas, pero no son superhéroes. Quiero que la gente sepa que son seres humanos, como cualquiera», añadió este deportista, que no pudo clasificarse para los Juegos.

Barreras invisibles a pesar los avances

Desde la atribución de los Juegos a Tokio en 2013, Japón se esforzó sobre todo en la mejora de la accesibilidad a los transportes públicos, pero esta ya era elevada anteriormente, sobre todo en comparación con otros países.

Un 96% de las estaciones de metro y de tren en Tokio cuentan con ascensores, frente al 91% en 2013.

Pero estos progresos técnicos cuantitativos enmascaran barreras invisibles aún elevadas para la plena integración de las personas con discapacidad en la sociedad japonesa.

«En términos de número de instalaciones accesibles, Japón aparece en puestos punteros» en ese campo, reconoce Miki Matheson, una de las responsables de la delegación japonesa en los Juegos Paralímpicos.

Equipamientos paralímpicos
Equipamientos paralímpicos Bertille LAGORCE AFP

Pero «yo soy tratada a menudo como una persona discapacitada cuando regreso a Japón», explica esta antigua deportista paralímpica con tres medallas de oro en los Juegos Paralímpicos de invierno de Nagano en 1998, que vive actualmente en Canadá.

«En Canadá vivo sin que se resalte en absoluto mi discapacidad», explica la mujer de 48 años que se desplaza en silla de ruedas.

Las personas discapacitadas son muy a menudo excluidas del mundo laboral en Japón y una cuota de apenas 2,3% de los empleados con discapacidad está tipificado en empresas con más de 40 asalariados.

Y lejos de dar ejemplo al sector privado, numerosos ministerios y agencias estatales inflaron artificialmente sus ratios de trabajadores discapacitados, un escándalo por el que el Gobierno tuvo que disculparse en 2018.

¿Impacto de la puerta cerrada? 

Motoaki Fujita, profesor de Sociología del deporte en la universidad de Nihon Fukushi, cerca de Nagoya (centro de Japón), considera que la sociedad de su país se ha hecho más inclusiva que antes, pero que ese cambio «es aún marginal».

Cerca del 57% personas encuestadas por su equipo de investigación en 2020 estimaba que las personas con una discapacidad son seres humanos frágiles y que padecían dificultades para vivir junto a personas sin discapacidad, frente al el 61% en un sondeo idéntico realizado en 2014.

«Los Juegos Paralímpicos son una muy buena oportunidad de cambiar las mentalidades», declara Shigeo Toda, responsable de un instituto de investigación de Tokio que estudia el modo de vida con discapacidad.

La bandera japonesa, durante la ceremonia de apertura de los Juegos Paralímpicos en Tokio, Japón, el 24 de agosto de 2021
La bandera japonesa, durante la ceremonia de apertura de los Juegos Paralímpicos en Tokio, Japón, el 24 de agosto de 2021 Philip Fong AFP

«Pero la dinámica podría retroceder si la gente no puede asistir en persona» a presenciar las pruebas, avisa este investigador.

Los Juegos Paralímpicos se disputarán prácticamente sin espectadores debido a la actual ola de Covid-19 en Japón. Organizadores y autoridades locales desean sin embargo que los escolares puedan asistir siempre que sus padres y centros educativos estén de acuerdo.

Saki Takakuwa, una velocista paralímpica japonesa de 29 años, confesó sus recelos al periódico nipón ‘Mainichi’: «En comparación con los Juegos precedentes, es difícil para mí esperar que las personas sientan algo», al estar ausentes de las sedes de la competición.

En una entrevista reciente a la AFP, el presidente del Comité Paralímpico Internacional (CIP), Andrew Parsons, reconoció asimismo que la puerta cerrada representaba «un reto», aunque se mostró confiado en el alcance de la cita paralímpica.

«Creemos poder llegar a más de cuatro mil millones» de telespectadores, «llegaremos a más naciones y a más personas que nunca», incluido en Japón, aseguró.

 

France24 / AFP

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