Hipnosis colectiva. Por Albert Geovo

Está vez se va analizar que pasó en las épocas de la esclavitud que las personas no se revelaron en contra de la opresión de sus amos; es bueno destacar que la esclavitud no siempre ha sido un asunto de color como está estampado en el inconsciente colectivo, bien sea, por ser la historia más reciente conocida o por ser el signo por excelencia, asociado a la categoría de esclavo.

Sino que hubo esclavitud en todas las civilizaciones y no lo determinaba el color o la raza, como se tiende asociar, sino más bien fueron las creencias, el sistema de creencias,mitos y la religión, amparada en el poder bélico, las que oprimen naciones enteras; no en balde, existen la nación eslava que en un pasado fueron esclavos de los imperios circunvecinos que los dominaron, a través, de las creencias fusionadas al poderío bélico y el desarrollo de los bienes y medios de producción.

La Tora, menciona un cuatricentenario de esclavitud que el pueblo hebreo, fue esclavo del Imperio Egipcio, este pueblo hebreo se sabe que era originario de Mesopotamia como lo declara el erudito y judío, Flavio Josefo.

En ese sentido, aún causa espasmo, y crispa en la piel como Hitler, eclipsó la sociedad alemana, convenciéndolos en ese momento de ser una raza superior con la autoridad y el derecho de oprimir a millones de judíos que existían diseminados por toda Europa en un estado de pobreza extrema en su mayoría.

De igual manera, Lenin o el mismo Stalin, conocido como la bestia, en su momento, dominó y oprimió como un tirano, a través, de las ideas marxista al pueblo moscovita, rebajando a un poco menos a esclavos, igual sucedió y sucede con la nación China , dominada y oprimida por la ideología  del partido Comunista Chino, a su antojo desde Mao Zedong; o peor aún la situación  deplorable de la sociedad Norcoreana, oprimida por más de 70 años de padres a hijos al estilo de sucesiones monárquicas; y no vamos muy lejos, el deterioro que le ha propinado la ideología marxista a la nación de Venezuela.

Es decir, la esclavitud no es un asunto de los pretéritos siglos como se imagina; sino que es un evento más común de lo que se piensa, siempre ha existido con formas distintas de dominación de creencias, sistema económico, a consecuencia de los vencidos y doblegados ante la ideología y la guerra.

En la actualidad, la obediencia propia de los sistemas esclavistas, toma otros matices de dominación de creencias y sistema económico, mimetizándose con la democracia, el sistema por excelencia de garantías de los derechos humanos, donde viene tomando fuerza una tesitura de derechos biomédicos, amparado en el derecho a la vida, de forma contradictoria.

De esta forma, hacen cada vez más dependiente a los seres humanos de los grandes laboratorios ideológicos y científicos, que han llegado al descaro de no hacerse responsable de los productos ofertados, por ejemplo, en el caso de las drogas contra el SARS-CoV-2 y el mismo sistema ideológico que en lo político instaura el socialismo, destruyendo con ello poco a poco a las poblaciones.

Sistema que pretende, además hacer obligatorio, una inyección que viene presentando registros de muertes en la población, no declarados, con el amparo y el consenso de la gobernanza mundial; saltándose todo el sistema garantista  de derechos y libertades, bajo una guerra silente, como la llamó Gramsci, pero mediática, que viene infiltrándose en todas las instituciones del poder, entiéndase medios masivos de comunicación, la academia, la religión y, propiamente la política.

Generando toda esta trama ideológica del poder estatista, una atmósfera psíquica de estrés y pánico en la población, sometiendo a las gentes a un ambiente de miedo, terror, frente a las noticias, a través, del prisma de los distintos medios de comunicación.

Esto sucede en un ambiente de  entretenimiento constante por un lado y terrorismo mediático y espasmo, por otro; lo más parecido a una cápsula o caja de Skinner, enfocada en disonancia cognitiva; por ejemplo: vacúnate, pero de cada 10 mil inoculado 1 pudiera presentar ictus, miocarditis o complicaciones, e incluso la muerte súbita.

Se preguntan ¿Cómo fue posible la inyección a más de 4.200.000.000 millones de personas de un experimento? la respuesta es muy simple, por el papel que juegan los medios de información masiva tradicionales o no, en la psicología de las personas; en especial la TV, aunque a estas alturas, todas se prestaron para la tragedia, junto al negocio más grande del siglo XXI.

Para que se pueda ver mejor, así como una melodía puede ser la sensación del último momento, saltando a la fama en pocas horas, poniendo a bailar a todas las naciones a un mismo son, un mismo ritmo, así la propaganda fue usada para el uso «voluntario»  en todos los grupos etáreos y condiciones; irrespetando, incluso las primeras recomendaciones de no dosificar contra el SARS-CoV-2 mujeres embarazadas y niños.

Lo cierto es que para la fecha, ya más de la mitad de la población mundial, ha sido objeto de estudio de este experimento, unos por miedo, otros por terror, otros porque se los exigieron en el campo laboral, o incluso bajo el chantaje de no poder viajar.

De la misma forma, con el mismo sistema, se pone en marcha una dictadura en la naciones tercermundista que hoy es Global, so pena, de ser catalogada esta visión de provincialista; es una realidad que abraza todo el mundo, bajo el temor de ser señalados mañana por la reprogramación globalista de disidentes, y como paradoja, apartados de los derechos fundamentales de la humanidad.

Albert Geovo

@aegeovo 

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