Hablemos del gerrymandering. Por Noel Álvarez

Mucho se comenta sobre la importancia que para la democracia tienen, los procesos electorales y la concurrencia de los ciudadanos a las urnas, en los regímenes políticos en que más de un candidato o partido contienden por el poder. Las elecciones constituyen uno de los instrumentos más importantes para el ejercicio de la democracia, ya que permiten, la designación de los gobernantes, la participación política de la ciudadanía, el control de la población sobre el gobierno y la interacción entre partidos o grupos políticos. 

 

Hoy en día, el sufragio universal se practica en casi todo el mundo, con algunas aborrecibles excepciones. Los procesos electorales han evolucionado desde la participación de solo una pequeña élite privilegiada de varones hasta la elección de líderes basada en el principio de un individuo, un voto. El control de pequeños grupos de privilegiados, sobre los gobiernos, se ha visto debilitado a medida que el mundo avanza hacia la democracia, a través de la expansión del sufragio, del incremento de la participación política y de procesos comiciales cada vez más competitivos. 

 

Pero, como en todos lados se cuecen habas, aún persisten lunares. Algunos actores incapaces de medirse limpiamente en procesos electorales competitivos, han tratado, en algunos casos lo han logrado, de utilizar diversos mecanismos de fraude, con la finalidad de aminorar la intensidad de la competencia para conquistar o retener el poder. El fraude puede comprender sobornos, influencias indebidas, intimidación física y distribución de información falsa. A medida que se multiplican los métodos y niveles de fraude, los Estados serios, han establecido mecanismos para erradicar ese flagelo, garantizando de esa forma, que las elecciones sean libres y justas. 

 

A finales del siglo XIX hubo intentos significativos para combatir los fraudes electorales. Francia reivindicó el principio del voto secreto en 1789; sin embargo, Australia fue el primero en aplicarlo efectivamente a finales de la década de 1850. El objetivo del voto secreto fue desalentar el soborno y la intimidación. Se trató de reducir la posibilidad de vulnerar el secreto del voto. En 1854, El Reino Unido promulgó un instrumento legal titulado, Ley para Prevenir Prácticas Corruptas, como una forma de combatir los fraudes y en 1872 se aprobó, La Ley de Votación. en ella se prohibía y penalizaba la suplantación de identidad. Sin duda, se trató de uno de los primeros esfuerzos importantes del Reino Unido para combatir frontalmente la corrupción política. En ella se sancionaba a los candidatos y a todos aquellos que se involucraran en prácticas corruptas, tales como otorgar regalos para influir sobre el resultado de una elección, ejercer influencias incorrectas, pagos y prácticas ilegales, incluyendo empleos indebidos. 

 

Los Estados Unidos enfrentaron la corrupción de las maquinarias políticas en el siglo XIX. Uno de los casos más celebres de corrupción por una maquinaria política es el de William Tweed, que era del comité ejecutivo del Partido Demócrata en la ciudad de Nueva York. Este personaje utilizaba un método conocido como «gerrymandering«, para manipular las elecciones a favor de su partido mediante la manipulación de los límites de los distritos electorales.

 

Esta peculiar palabra, gerrymandering, surgió en 1812, acuñada en un dibujo por un reportero del Boston Gazette, al intentar asociar el apellido del entonces gobernador del estado de Massachusetts, Elbridge Gerry, con las últimas sílabas del término “salamander”, salamandra en castellano.  El motivo de la asociación que buscaba hacer el periodista entre aquel par de términos, era la curiosa forma del distrito electoral que se asemejaba a una salamandra y la manipulación fraguada y aprobada por el legislador Gerry al unificar varios distritos en uno solo, con el objetivo de que su partido lograra la victoria.

 

La manipulación del gerrymandering utiliza dos tácticas principales: «romper» – es decir, diluir el poder de voto de los partidarios del contrario en muchos distritos- y «empaquetar» – concentrar el poder de voto del partido contrario en un distrito para reducir su poder de voto en otras circunscripciones electorales. Sobre este método de fraude se puede decir mucho, pero nada tan claro como que describe la manipulación en la delimitación de los mapas electorales de los Estados Unidos. Además de su uso para lograr los resultados electorales deseados, el gerrymandering puede usarse para ayudar u obstaculizar un grupo demográfico en particular, como un grupo político, étnico, racial, lingüístico, religioso o de clase, como en Irlanda del Norte, donde las fronteras fueron construidas para garantizar mayorías unionistas protestantes. 

 

El periodista norteamericano Wayne Dawkins describe el gerrymandering como el acto mediante el cual, los políticos eligen a sus votantes, en lugar de que los votantes los elijan a ellos. Thomas Hofeller, estratega político y presidente de redistribución de distritos del Comité Nacional Republicano, declaró en su momento: «La redistribución de distritos es como una elección al revés porque los políticos pueden elegir a sus votantes”. En Venezuela tenemos mucha cabuya de ese rollo, algún día se escribirá la verdadera historia de todos los procesos electorales ganados por el chavismo en los cuales tuvieron una incidencia directa, la manipulación del registro de votantes y la alteración de los circuitos electorales.

 

Noel Álvarez

Noelalvarez10@gmail.com

@alvareznv

 

 

 

 

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