Que nos pasa, mi gente bella. Por José Pons

Cuando intento o logro entender un fenómeno, acudo a fuentes que me permitan oriéntame o incursionar hacia la verdad de los hechos. Entendemos  que realmente y definitivamente estas guías nos favorecen  lograr un cierre general de los aspectos a descubrir. En la política, materia que en la actualidad esta tan en boca en Venezuela y particularmente en la región zuliana. La incertidumbre, la desilusión, como los actos de traición o el exceso de personalismo, nos tienen agobiado y profundamente desesperanzados, como apáticos hacia esa área tan importante del acontecer.

 

Albert Einstein, científico, genio y sabio hombre del siglo pasado logro llamarnos la atención en sus aseveraciones que logran que en pocas palabras, se entiendan los más complejos o sencillos planteamientos en nuestras vidas. Uno de tantos señalamientos, fue entender, que si con las mismas formulas, recetas o con las mismas personas que ocasionaron el problema se espera que se resuelvan, es un imposible hallar respuesta alguna. Es así, que partimos de esta premisa para lograr encaminar hacia una solución de nuestras realidades, sean nacionales o regionales y locales.

 

Requerimos irrumpir en la sociedad con un mensaje, basado en el conocimiento, ya que, la preparación de quien la ofrece es vital; la ineficiencia y la mediocridad nos han llevado a donde estamos. Es por ello, que partimos de no hablar de lo mismo de siempre, y de repetir lo que para nosotros fue y es un profundo desastre hoy por hoy. Establecer una marcada diferencia y distancia  en lo que hoy dedicamos tiempo de compartir; logrando combinar lo real y necesario para reconvertir los eventos sociales que nos azotan, nos es necesario que el lector asuma con compromiso estos escritos, desesperantes y cuyo clamor llegan constantemente al Dios de amor.

 

Esto nos lleva a preguntarnos, Hacia donde deseamos ir, como ciudadano, como familia y sociedad. Logrando entender que el marco de exigencias es alto, que pertenecemos hoy por hoy a un mundo globalizado, en el cual los cambios nos llevan a entender que lo de ayer, ya no está vigente y lo de hoy no sabemos cuánto permanecerá útil y el mañana que nos traerá, que demandas y que desafíos. Es así, que el panorama nos exige, dejar a un lado ese pasado que lucha por subsistir y hacernos daños. Simplemente es asumir y afirmar, que lo pasado, pasado es. Hoy la exigencia es alta, lo cual nos permite aseverar, que los nuevos retos requieren de respuestas integrales y acciones contundentes.

 

Finalmente, la disolución ecológica, social y económica del País, responsabilidad del actual régimen es una cosa, y la transformación ambiental y social del mundo es otra; pero, ambas son aguas del mismo caño. Para el momento que decidamos asumir la necesaria e inevitable decisión de participar, deberemos valorar quienes proponen los caminos, si están preparados para esta época, disfrazada de pequeños remiendos y no fuertes, como profundos cambios en la universalidad del todo: Instituciones, religiones, de la real participación ciudadana, entre muchas más y un poder que sistemáticamente une al mundo en una continuidad transformadora de eventos, sobre los diminutos Estados que cada día pierden sus capacidades de cambio.

 

Dr. José Ernesto Pons B

@joseponsb

 

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