El atractivo personal. Por Luis Acosta

Nada más definitivo y valioso para una persona que el ser agradable y simpático. Esto se logra por dos vías: la una, es original. Jacqueline y John Kennedy, dos seres encantadores que tuvieron dos hijos con atractivos personales de primera línea. John John tuvo un atractivo excepcional desde su más tierna edad y Caroline, otra criatura de linda presencia que sigue deslumbrando al mundo con su atractivo personal. Aquí es de donde nace que la gente diga “de tal palo, tal astilla”, es decir, de padres tan encantadores como Jacqueline y John Fitzgerald salieron seres encantadores y así fue John John y sigue siendo Caroline por sus destellos integrales y su silueta singular.

Los otros son los trabajados. Los que tienen que hacerse todo en calidad y cantidad para agregarse todos los dones que no tuvieron al nacer. A estos nos queremos referir con distinción de cómo se logra un atractivo personal tal, listo para todo y capaz de penetrar en las sociedades más exigentes. No es fácil pero históricamente lo logró Porfirio Rubirosa, aquel “playboy” de Santo Domingo.

En efecto, la primera lección es tener y mantener una sonrisa amplia y abierta de dientes frescos y alineados. Junto a una cara limpia que nunca olvida sus detalles, el color de sus bolsillos externos o cachetes y el fucsia de sus labios con exclusividad. No importa el idioma del fabricador o creador de sus peinados.

Los trajes de su closet distinguen por su modestia pero selecta colección. Los vestidos de ella tocan los colores señoriales de la moda pero sus cuerpos desafían los mejores formatos por atlético y sobresaliente. Los casimires de él, beige, negro marrones y blancos, para los domingos, misas y espacios deportivos. Los zapatos son de uso y colores escogidos por sus usuarios pero los mas combinan con sus piezas principales en el vestir y siempre lucen pulidos y pulcros. 

El chicle, el caramelo y los malos hábitos e inadecuadas conductas son ajenos a estas damas y distinguidos caballeros pero sus modales son sencillos y aprendidos en sus hogares, sobre todo, el comportamiento en la mesa y en las visitas sociales. El cigarro no se estila, por malo ante la salud y por producir hedor en el ambiente. La pipa no cala bien. Igual, se piensa en negocios medianos que vayan en concordancia con sus principios morales y ganancias equilibradas y justas. Por otro lado, son cuidadosos y legítimos en el plan de vida cuya preparación es necesaria para el todo dar y entrar en la universidad mágica que los ensena a pensar.  Se empeñan, con singular virtud, en el fundamento de su teoría económica, es decir, en su afán de negocios de formación familiar. En este sentido, le gusta la música y le ponen tiempo a su aprendizaje musical. Tocar el piano o ejecutar la guitarra forma parte de sus aspiraciones y sanos disfrute. La música, además, no es solo para tomar vino, sino también, para provocar la exquisitez de los sonidos.

Después de sus 30 años se acercan al matrimonio pero su vida austera y disciplinada los aleja del miedo y los acerca a lo llano, tranquilo y necesario, que se une con su disciplina corporal, académica y de preparación para enfrentar las vicisitudes y virtudes que le plantee la vida. Sus facultades naturales y estudiadas los dispone preferidos para un matrimonio sano y de singular belleza y acomodo, listos para representar la pareja más pareja y hermosa de su lugar.

 

Luis Acosta

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