La mujer, siempre la mujer. Por Luis Acosta

Nunca hemos dejado de escribir sobre la mujer. No solo por ellas, que son extraordinarias, su trabajo elocuente, señorial, profundo, ejemplar, lleno de vida y salud de fuerza y cariño. Nadie ha podido taparles el tiempo que vienen ganando. Su rendimiento se ha impuesto en el mundo, independientemente de su supremo valor: ¡el valor de ser madre!

Nosotros hemos tenido en la familia mujeres encantadoras pero hoy vamos a tratar no del día de las Acosta sino del día Internacional de la Mujer.

En efecto, en los últimos tiempos la mujer ha conquistado escalas, no solo en la opera, en el cantar y el actuar, sino en la vida política. No es poco lo planteado a nivel social y mundial por la joven Meghan que ha preferido, sin respetar sus anhelos personales, familiares y sociales,  devolverse a su mundo natural que ha nutrido su propia estructura y conciencia aun contra sus propios intereses. Para cualquier humano la vida Real es atractiva y pocos llegan, mas muchos desearían poseerla. Ese atrevimiento del poder moral y la fuerza de la razón que se usa ante cualquier ocasión de perder la dignidad, hace distinción por su grandeza mas, en este caso, por los rasgos de su raza materna que ha dado equilibrio a su vida y a sus valores humanos. Todavía cuando esas decisiones y disposiciones son buenas porque no contrastan con su esposo Harry, golpeado en su corazón por todas las composturas difíciles del gobierno real contra su madre, la Princesa Diana, quien fue acosada por algunas injusticias y no distinguida por su amor y dedicación por sus hijos.

Esas decisiones de mujeres jóvenes de hoy, como la Meghan, y de maduras, como las esposas de Mandela, Winnie Mandela y Graca Machel, que dieron toda su voluntad de trabajo, dedicación y amor por Nelson acompañándolo durante las diferentes circunstancias del devenir vital, las distinguen. Las otras consideraciones acerca de estas mujeres que puedan ganarle críticas son harina de otro costal pero lo valiente es poderoso y es único, lo demás, se perdona. De manera pues, que este día, cada 8 de marzo, es especial. Se trata de rendirle honores a la Mujer. La mujer es peluquera, chef, ingeniero, medico, odontólogo, urólogo, arquitecto, astronauta, cantante, comediante. Es también químico, abogado, escritor, doctor en mil títulos y especialidades todas. Pero además, es esposa, amiga, compañera, hija, socia, sonadora, abrigo y consentidora. Amor, cariño, ilusión, ayuda. Pero en madre absorbe todo y aprenden con la crianza más que nadie. Sin ella, los disparates se dispararían, las enseñanzas fueran menores y los pueblos más desordenados. Hoy, que necesitamos rehacer hogares, recoger los hijos y devolver armonía a las familias, los esposos están obligados a ser útiles tal como se comprometieron en sus matrimonios ante Dios y los hombres y no solo ser jefe y mando.  

En efecto, la jerarquía se gana con dedicación, los amores, con cariño y los pueblos crecen cuando los hombres se hacen más hombres y respetan y ayudan a sus mujeres.  

No podemos dejar de comprometer a la mujer, a la madre, hija, compañera en estos tiempos de pandemia. Ella es capaz de medir los extremos, manejar las circunstancias, enfrentar enfermedades y prevenir las debilidades.

También tienen que saber recordar sus obligaciones como respetar la jefatura de ls padres austeros y decentes, organizar sus vidas y enseñar a vivir a sus hijos. Su dedicación urbana y doméstica deben vaciarla en sus hijos y conquistar para evitar las lejanías con sus casa originales. Enseñar que la casa es su escuela, sus ilusiones, sus trabajos, sus anhelos y su porvenir para mejorar sus juicios y sus esperanzas.  

Es posible que en un parto nuevo la Meghan tenga su negrito pero seguro estamos que la relación que se presenta hacia el futuro de esta joven mujer y la realeza son interesantes y nunca llegaran a lo mezquino.

¡Felicitamos y rendimos pleitesía a todas las mujeres del mundo!

Luis Acosta