Estudio identifica riesgo de síndrome metabólico por alto consumo de azúcar  

Cada vez existe mayor evidencia de que la ingesta elevada de azúcar está asociada con el aumento de peso y la caries dental. Sin embargo, también podría aumentar negativamente la incidencia de síndrome metabólico, un grupo de trastornos que presentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares hasta la diabetes tipo 2.

Según un estudio realizado por investigadores cardiovasculares el exceso de azúcar en la alimentación, y en particular el componente de fructosa agregada, cumple un papel importante en la mala salud, ya que aumenta el contenido energético de una dieta mientras diluyen su densidad de nutrientes.

El papel del azúcar y el riesgo metabólico

Estudios han determinado que existe un vínculo estrecho entre las bebidas endulzadas que contienen fructosa y el riesgo metabólico. El alcohol, los refrescos, los zumos envasados y las bebidas estimulantes o energéticas no aportan nutrientes esenciales para mantener el cuerpo sano, sino que proporcionan “calorías vacías”.

El consumo de “calorías vacías” aportan altos niveles importantes de energía; sin embargo, muy pocos nutrientes o incluso ninguno.

Una investigación de la Universidad de Yale mencionó que una lata de refresco equivale a unos seis terrones de azúcar. La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda evitar el consumo de zumos y optar por consumir fruta entera, ya que contiene fibra y mayor capacidad de saciar.

Asimismo, las galletas, los snacks y las golosinas también contienen calorías vacías y promueven la estimulación del apetito. La suma de estos productos incrementa el riesgo de padecer sobrepeso y obesidad.

Mantener a raya el consumo de azúcar 

El azúcar de mesa, o sacarosa, contiene una mezcla de 50/50 de glucosa/ fructosa. El agua, la leche desnatada y los tés de hierbas sin azúcar son las opciones más recomendadas para los adultos, según el Instituto Americano de Cardiología.

Asimismo, la Organización Mundial de la Salud recomienda restringir y/o reducir el consumo de azúcar debido a su asociación con el aumento de peso, caries dental y enfermedades cardiovasculares. La OMS también menciona que los azúcares agregados no deben representar más de 10 % de la ingesta total de energía de una persona.

Afortunadamente, en la actualidad podemos encontrar múltiples sustitutos del azúcar que intentan imitar el sabor dulce y el poder endulzante de la sacarosa, conocida como azúcar común.

Los sustitutos del azúcar aportan un bajo nivel energético (calorías) o incluso nulo, por lo tanto, no producen elevaciones en el nivel de glucosa en sangre. Los endulzantes más saludables son el eritritol, el azúcar de abedul y la estevia.

Aunque se utilizan masivamente para facilitar la pérdida de peso, también ayudan a prevenir enfermedades vinculadas con el consumo de azúcar, como la hipertrigliceridemia, la diabetes tipo 2 y el hígado graso no alcohólico.

La miel, el néctar de agave y el jarabe de maíz también son edulcorantes naturales muy conocidos para sustituir el azúcar; sin embargo, el jarabe de maíz contiene un 55-65 % de fructosa.

DC

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