Cinco nuevos detalles sobre la pelea entre los príncipes William y Harry

La salida del príncipe Harry y Meghan Markle de la familia real de Inglaterra supuso la explosión de una bomba cuya fuerza expansiva sigue generando daños en la monarquía aún hoy, casi diez meses después. Pero más que una pelea entre la pareja y la reina Isabel o el príncipe Carlos, en el fondo hay un rifirrafe entre los dos hijos de la princesa Diana, que hasta hace unos años aparentaban ser los más cercanos: Willam y Harry.

William, heredero a la corona de Inglaterra, siempre ha sido apegado al deber y al honor, y siempre ha defendido la institución que dirigirá algún día, mientras que Harry, el menor, ha tenido una actitud más rebelde y de cambio frente a la rigidez de su hermano. Eso, aparentemente, no había supuesto un problema hasta que apareció Meghan Markle en la familia y los llevó a enfrentarse.

Sin embargo, un libro del historiador Robert Lacey, reconocido por su cercanía al Palacio de Buckingham (escribió la biografía más completa de la reina Isabel) y por asesorar a la serie The Crown, muestra otra cosa. Llamado Battle Of Brothers: William, Harry And The Inside Story Of A Family In Tumult (Batalla de hermanos: William, Harry y la historia interna de una familia en tumulto), muestra cómo la relación entre los hermanos ya había sufrido fisuras antes y terminó de romperse con la llegada de Meghan.

Estas son algunas de las revelaciones más llamativas del libro:

1. Las primeras peleas entre los dos fueron por los escándalos de Harry adolescente

En el libro Lacey cuenta que William y Harry crecieron muy unidos por los problemas en el matrimonio de sus papás, que se ventilaron públicamente en todo el mundo, y por el trauma compartido de la muerte de su madre. De hecho, cuenta en detalle como a un William de 13 años lo afectó hasta el punto de tener un ataque de rabia y de pánico ver una entrevista de su madre en televisión en la que confesaba haber tenido una relación extramarital con James Hewitt, a quien el propio príncipe llamaba ‘tío James’.

Eso volvió a William una persona solitaria y desconfiada. En Eton College, el internado en el que estudió, hizo un pequeño círculo de amigos, a los que solía invitar a la casa de su padre, en Highgrove, para enfiestarse hasta el amanecer en los sótanos a prueba de bombas de la residencia. Según cuenta Lacey, fue el mismo William el que invitó a ese círculo de amigos a Harry, cuando entró al colegio. Y aunque lo hizo con la mejor intención, el problema era que le llevaban unos años y lo terminaron metiendo en un círculo de alcohol, drogas y parranda, que fue demasiado para alguien de 14 años.

La cosa se descontroló cuando William se fue a su año sabático, luego de terminar el colegio, y Harry quedó solo con un montón de amistades y su afición por el alcohol y las drogas. En esa época estalló el escándalo de Harry desnudo en una fiesta y de su afición por las drogas, pero en vez de apoyarlo, William se habría distanciado de su hermano, mostrándose ante la prensa como un comprensivo hermano mayor que llega a aleccionar al menor y a llevarlo, junto a su papá, a dar una vuelta por un centro de rehabilitación para que viera los estragos de las drogas. El problema era que si Harry había terminado en esa situación había sido por el propio William y sus amistades.

Unos años después se dio el famoso episodio de Harry disfrazado de Nazi en una fiesta de disfraces. Eso le costó críticas de gran parte de la prensa y de su familia. Según Lacey, sin embargo, ese disfraz lo compró Harry junto a William, quien al inicio se mostró encantado con la broma y se la celebró. Sin embargo, cuando el escándalo estalló en la prensa, William (con el apoyo del Palacio que quería proteger la credibilidad del heredero a la corona) no asumió su responsabilidad y, nuevamente, jugó el papel del hermano aleccionador ante la prensa.

Fue suficiente para Harry, quien terminó bastante molesto por el hecho de que siempre William safara su responsabilidad en los escándalos en los que se metían los dos. Según Lacey la pelea fue tan fuerte, que dejaron de hablarse por varios meses.

2. William le pidió a su tío que interviniera para que no se casara con Meghan

Los hermanos lograron acercarse nuevamente, pero las diferencias entre ambos (sobre todo por el rol de heredero a la corona y ‘repuesto’ que tenía cada uno) seguían presentes. No explotaron, sin embargo, sino hasta que apareció Meghan Markle en la vida de Harry.

Según cuenta Lacey, cuando el menor de los hijos de Lady Di llevó a su entonces novia al palacio, la reina Isabel, el príncipe Carlos y hasta Kate Middleton la recibieron con los brazos abiertos y la aprobaron. William no. Preocupado por lo que consideraba un arrebato de su hermano cuando este le dijo que estaba pensando en casarse, intentó decirle que no fuera tan rápido, lo que generó un arrebato de furia de Harry.

Lo que no se conocía hasta ahora es que William fue mucho más allá y le pidió a su tío, el hermano de Lady Di Charles Spencer, que interviniera y convenciera a Harry de no casarse tan rápido. Harry, sin embargo, no solo no le hizo caso a su tío, sino que le reclamó a William el que hubiera metido a un miembro de su familia en la discusión entre los dos. Esa fue la verdadera causa de la grieta que aún no se cierra.

3. La reina quería mandar a Harry y Meghan a vivir a Sudáfrica

La reina Isabel y sus asesores sabían que Harry y Meghan querían tener una vida ‘ordinaria’ y que querían jugar a ser la pareja ‘moderna’ dentro de la familia real. Por eso, y para evitar que se aburrieran de la vida real, tenía planeado enviarlos durante un año a Johannesburgo, Sudáfrica, para ejercer como embajadores de la familia real en ese país.

La idea de la monarca era que ambos, a quienes según Lacey admiraba y quería de verdad, vivieran lo que ella había vivido durante su paso por Malta, cuando era princesa, en donde pudo actuar como ama de casa sin las preocupaciones y las responsabilidades que le exigía su rol de monarca.

El plan no salió bien. La reina y sus asesores mandaron a la pareja a un famoso tour por África para prepararlos para esa misión, pero allí fue donde ambos comenzaron a visualizar su posible vida por fuera de la realeza. Incluso, allá estalló parte del escándalo cuando ambos grabaron un documental en el que dejaban claro su descontento con la vida en la monarquía.

4. Las fotos que enojaron a Harry y la revista que enojó a William

A pesar de que los dos hermanos no hablaban con regularidad desde su pelea por el ‘matrimonio apresurado’, habían logrado acercarse un poco y compartir espacios por el bien de la familia real. Sin embargo, ya Harry y Meghan tenían claro que querían mudarse lejos de William y Kate, y que querían su propia oficina y su propia fundación. En otras palabras: querían independencia dentro de la monarquía.

A partir de ahí las cosas se complicaron. Según Lacey, a William le enojó que Meghan hubiera hablado de temas como el activismo racial y el feminismo en la revista Vogue que editó, porque consideraba que los miembros de la realeza no podían participar en política, por más nobles que parecieran las causas. Cuando intentó decírselo a Harry, este lo tomó mal y los hermanos dejaron de hablarse del todo.

Para completar, por esa época la reina Isabel se tomó una foto oficial con los tres herederos directos al trono: Carlos, William y el pequeño príncipe George. Harry se sintió dejado de lado y renacieron en él, según Lacey, sus sentimientos de inferioridad por ser considerado un ‘repuesto’, el segundo detrás de su hermano, que sí estaba destinado a grandes cosas. El apoyo de Meghan, a quien él le veía muchas características de su propia mamá, la princesa Diana, fue fundamental para salir de ese círculo: no necesitaban de la institución para lograr cambiar el mundo.

5. William no quiso almorzar con su hermano después del Megxit

A los miembros de la familia real los sorprendió y los enojó que Harry y Meghan solo les avisaran de sus intenciones de separarse de la familia real 10 minutos antes de publicar el comunicado. El más molesto era William, quien consideraba la estrategia de su hermano y su cuñada un ataque directo a la institución que él iba a dirigir algún día.

La reina, sin embargo, intentó arreglar las cosas. Justo antes de la famosa reunión en Sandringham en la que iban a negociar el futuro de la pareja, invitó a Harry y a William a almorzar con ella para limar asperezas. Harry aceptó, pero William estaba tan enojado que declinó la invitación a almorzar y solo asistió a la reunión. Según Lacey allí no le dirigió la palabra a su hermano y se dedicó a opinar sobre los asuntos del acuerdo, como si fuera una especie de negocio.

Al final, salió sin tener un tiempo a solas con Harry. Desde entonces no han vuelto a estar juntos ni a hablar las cosas, aunque sí han intercambiado algunos saludos sueltos por chat. Para Lacey, la pelea entre los dos puede parecer banal, pero si continua, podría terminar por destruir a la monarquía.

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