Este sábado abrirán algunas playas en Vargas tras siete meses cerradas

Plan piloto para abrir los balnearios. Los comerciantes playeros en el estado Vargas se preparan para abrir las playas del litoral central de Venezuela, tras estar siete meses cerradas debido a las restricciones por la pandemia del coronavirus.

Las playas de Naiguatá, El Yate, Camurí Chico y Candileja del estado Vargas, abrirán este sábado 12 de septiembre, como parte del plan piloto que fue acordado por la autoridades de la gobernación y la alcaldía, en dos reuniones que se dieron entre el 8 y este viernes, 11 de septiembre, según indicó a Efecto Cocuyo, Walter Requena, secretario de Seguridad Acuática de la Cámara de Prestadores de Servicios Turísticos y Playeros de Vargas.

“Tomaron la decisión de comunicarnos que había cuatro playas pilotos (…) El ministro de turismo Félix Plasencia, bajará mañana (de Caracas a Vargas) a hacer seguimiento. También estarán presentes el gobernador de Jorge Luis García Carneiro y el ministro de interior y justicia Néstor Reverol, recorriendo los balnearios pilotos en un helicóptero, mientras que el ministro de turismo lo hará caminando”, dijo el comerciante.

Requena, quien también es presidente de la directiva de playa Bahía de los niños, ubicada en la parroquia Caraballeda, sostiene que el horario en que abrirán los balnearios será de 7 am a 2 pm y que solo estarán abiertas durante las semanas flexibles que decrete Nicolás Maduro.

Los comerciantes playeros deberán cumplir con las medidas de bioseguridad para evitar la propagación del coronavirus que en el país sobrepasa los 50 mil contagios, según las cifras oficiales. “Tenemos que tener tapabocas y guantes, ahorita no tenemos las caretas porque cuestan cuatro dólares. Usaremos desinfectante para la gente que vaya a utilizar las sillas y lavarlas cuando otras persona las vaya a utilizar”, explica.

Aunque aún la gobernación del estado no ha hecho oficial la información, después de los encuentros con las autoridades de la región, los comerciantes están convencidos de que todas las playas de la entidad abrirán a partir del 13 de septiembre.

“Debemos ser sinceros, hay que aprender a vivir con este coronavirus. El domingo tenemos pensado abrir todas las playas de Vargas, claro con todas las medidas de bioseguridad y el que no cumpla tendrá sanciones. Los comerciantes hicimos un compromiso para que se cumplan estas medidas, quien no cumpla será sancionado, retirado o suspendido de la playa”, afirmó Requena.

Sin alcohol y con toldo de por medio

Los miembros de las juntas directivas de cada balneario serán los responsable de que se cumplan las medidas para evitar la propagación del COVID-19 en las playas litoralenses. Según Requena, no todos los toldos podrán ser ocupados por los bañista, ya que se dejará uno vacío de por medio para cumplir con el distanciamiento social.

Los comerciantes llegaron a un acuerdo de cobrar el equivalente a tres dólares americanos por el alquiler de un toldo y dos sillas.

Las autoridades regionales no les permitirán vender bebidas alcohólicas, aunque estas son las que generan principales ganancias a los comerciantes, según Requena.

El comerciante señaló que prepararán un desinfectante de mano con alcohol, cloro y agua salada. “La idea es cuidarnos nosotros, cuidar nuestra familia y al visitante. Vamos a recibir a todos los bañistas desde guaireños hasta caraqueños, si los dejan pasar al estado.”, explica.

Vender sus cosas para comer

“Muy duros”, así califica Yolanda Hernádez, los siete meses sin poder abrir su negocio de venta de comida y alquiler de toldos en la playa Los Ángeles, en la parroquia Naiguatá; la mujer que antes de la pandemia vivía del comercio turístico, ya que su trabajo como enfermera no le generaba estabilidad económica, tuvo que recurrir a vender productos de limpieza y agua mineral en su casa para poder comer.

“Era mi ingreso principal y así mantenía a mi familia, yo entiendo que hay miedo por el coronavirus, pero necesitamos trabajar y que bueno que ya nos dejarán abrir nuestros negocios”, dice Hernádez, en entrevista telefónica.

Requena también la pasó mal. Este viernes tuvo que vender 20 litros de gasolina para poder comprar un pollo y llevar que comer a su familia. “Ha sido muy difícil estos días, por eso nos comprometemos a cumplir con las normas de seguridad”, dice el comerciante.

Según Requena, muchos trabajadores playeros vendieron motores de nevera, electrodomésticos, teléfonos y camas para poder sobrevivir durante estos siete meses que no abrieron sus negocios.

“Planteamos la necesidad de solicitar un crédito para esa gente porque no tienen para abrir sus negocios; mi sobrino me dijo que no podía abrir por falta de dinero”, cuenta.

efectococuyo.com

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