Entrevista AP: Rodchenkov vive temeroso tras exponer dopajes

Con la cabeza cubierta por un pasamontañas negro y portando gafas oscuras, Grigory Rodchenkov se pone nervioso si se le llega a ver alguna parte del rostro.

El haber puesto al descubierto el programa de dopaje ruso patrocinado por el Estado obligó a Rodchenkov a ocultarse en Estados Unidos hace cinco años. El revelar su identidad actual aún es demasiado riesgoso para este químico convertido en denunciante, incluso en una entrevista en video desde un lugar no revelado.

“Son mis medidas de seguridad porque enfrento amenazas físicas para ser asesinado”, le dijo a The Associated Press. “Y quiero vivir”.

La evidencia presentada por Rodchenkov, que ya ha convertido a la Rusia de Vladimir Putin en un paria del mundo deportivo internacional, sigue siendo utilizada en casos contra atletas junto con información de su antiguo laboratorio en Moscú.

“Putin, él es bastante lógico. Separa a la oposición en dos grupos: enemigos … traidores”, afirmó Rodchenkov. “Yo caigo en la categoría de los traidores y todos los traidores deberían ser decapitados, suprimidos, muertos. Así que no hay duda de que me quiere muerto”.

Ello no le ha impedido documentar la historia de su vida en “The Rodchenkov Affair: How I Brought Down Putin’s Secret Doping Empire” (“El caso Rodchenkov. Así tumbé el imperio secreto de dopaje de Putin”), en el que rememora cómo conspiró con su país para corromper al deporte y luego intentó mostrar arrepentimiento al convertirse en un testigo estelar.

Rodchenkov era el cerebro detrás del “Coctel de la Duquesa” de esteroides anabólicos y encubrimiento que convirtió a Rusia en una máquina de ganar medallas en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014, colocándose en la cima del medallero con 13 de oro antes de que comenzaran las descalificaciones.

Espías rusos se aseguraban que el Duquesa no fuese detectada en las pruebas antidopaje: agentes del Servicio Federal de Seguridad (FSB, por sus siglas en ruso) se valían de un agujero en la pared del laboratorio en Sochi para intercambiar las muestras que tenían esteroides con orina limpia durante la noche.

“Para mí, era el fin del control antidopaje”, dijo Rodchenkov. “Si nosotros podemos hacerlo, ¿por qué otros no?”

El encubrimiento del dopaje se extendió más allá de los Juegos Olímpicos de Invierno a los Juegos Olímpicos de Verano, los Paralímpicos, el campeonato mundial de atletismo y todos los deportes más importantes.

A algunos rusos se les prohibió competir en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 y en las justas invernales de Pyeongchang en 2018, pues el Comité Olímpico Internacional se opone a prohibir la participación de todos los atletas de un país.

Por lo tanto, algunos atletas rusos aún pueden competir a nivel internacional si logran demostrar que no se dopan, pese a que el año pasado se le prohibió al país participar en todos los grandes eventos deportivos del planeta durante cuatro años por un nuevo encubrimiento, incluyendo manipulación de datos obtenidos del laboratorio que Rodchenkov dirigía en Moscú.

“El deporte forma parte de la política de Putin y de mostrarle a Occidente lo buena que es Rusia”, afirmó Rodchenkov. “No es posible confiar en Rusia. Uno no puede confiar en las autoridades que certifican, y no se puede permitir que los laboratorios (antidopaje) reanuden sus actividades en el futuro previsible”.

AP

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