Río Chama inunda calles, viviendas y sembradíos de plátano municipio Colón-Zulia

El río Chama aún inunda calles, viviendas y sembradíos de plátano en la parroquia Urribarrí del municipio Colón, en el estado Zulia, luego del desbordamiento del afluente el pasado 12 de junio, según confirmaron a El Pitazo parceleros del sector La Fortuna, este miércoles 15 de julio.

Los afectados contaron que aún no han logrado controlar la inundación provocada por la ruptura de cinco boquetes.

«Gracias a Dios, con una sola máquina tipo excavador brazo corto logramos taponar cuatro aberturas, pero aún falta una que ha sido difícil por la inestabilidad del terreno y las lluvias. Nuestro presupuesto se agota y estamos requiriendo una excavadora de largo alcance», expone Luis Martínez, quien es vocero entre los agroproductores afectados en la zona Sur del Lago de Maracaibo.

Dos ingenieros consultados por El Pitazo indican que la maquinaria pedida por los parceleros es una excavadora conocida como pluma larga o de brazo largo. Con ella se puede tener un alcance de hasta ocho metros y el rendimiento de la labor hidráulica es más efectivo, expresaron ambos profesionales que pidieron resguardar su identidad.

Martínez expone que desde la inundación de 5.000 hectáreas en plena producción de plátanos y frutales y en la que se afectaron 2.000 familias, principalmente del caserío La Fortuna, han sido los productores quienes han costeado la mayor parte del alquiler del equipo.

Remarca que la Alcaldía les proporciona el combustible. Lo último que recibieron fue 1.000 litros de gasoil de parte de la dirección de Servicios Públicos. También recuerdan que el alcalde Blagdimir Labrador desembolsó 1.000 dólares, con los que se pagaron tres días de operativa. Y esa institución proporcionó logística para los operadores.

En la última semana, en vista de que cada hora de trabajo cuesta 40 dólares y el presupuesto aportado por los productores y la municipalidad se lo llevó literalmente el río, debieron hacer alcabalas para pedir colaboraciones a los lugareños que transitan por la zona, para seguir costeando lo exigido por el dueño de la máquina amarilla.

La operación ejecutada consiste en el taponamiento de los boquetes por los cuales drenó el inclemente río Chama, además de reforzar muros y contramuros para evitar nuevos desbordes en medio del período de precipitaciones en Venezuela.

Mientras consiguen más financiamiento, dinero recolectado, en préstamos o donados por el Gobierno, los plataneros, se declararon en bancarrota porque sus plantaciones, inicialmente sometidas a un corte temprano, se pudrieron luego de los primeros 15 días sumergidas entre agua y lodo que arrastró la corriente del afluente que nace en la cordillera andina.

«Una bolsa de comida y una bombona de gas doméstico no termina de resolver nuestra realidad. Necesitamos apoyo con la nueva maquinaria, el pago de la misma y que los ministerios se aboquen a dar mantenimiento a esta zona de alto riesgo y para ofrecer créditos para poder resembrar cuando logremos sellar el paso de las aguas», revela el productor de la zona afectada.

El Pitazo

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