¡José Gregorio Hernández! en una sociedad de ignorantes. Por Gervis Medina (@gervisdmedina)

¡Cuando estudiaba filosofía, leía un análisis que hiciera! ´”Bertrand Russell”: ¡Pregúntate a ti mismo! ¿Cuáles son los hechos? ¿Cuál es la verdad que los hechos revelan? Nunca te dejes desviar, ya sea  por lo que  deseas  creer, o por lo que crees que te traería beneficio si así fuera creído. ¡Observa única e indudablemente cuáles son los hechos! ¡Eso es la aplicación de lo intelectual!

Por otro lado, el reciente reconocimiento  a través del decreto papal, donde se reconoce ¡la “santidad” del “Dr. José Gregorio Hernández” con el grado de Beato! ha causado un revuelo emocional más que espiritual. Con alegoría y festejos mundanos en todos los rincones del país. Hasta con un sentido de justicia social, y por su puesto mezclándose con el tema político, alegando que el sistema hizo lo posible para lograr tal hazaña, y actores políticos alegando, que sin ellos no hubiese sido posible el logro.

Lo cierto es, que la mano divina (Dios a través del Espíritu Santo) prudente, silente  e inteligente de forma milagrosa (los momentos de Dios, son perfectos), fue quien hizo posible que se materializara lo que muchos queríamos, desde la razón, la fe, esperanza y caridad. Con base a la oración que veníamos haciendo desde el 2014, cuando la “Iglesia venezolana” tomó la iniciativa de reimpulsar y retomar la causa abandona del “doctor de los pobres” desde hace 70 años.

En este mundo, que cada vez se vuelve más  y más estrechamente interconectado. Debemos tomar en cuenta que, ¡la oración es la conexión inalámbrica más grande de la bolita del mundo, además es gratis, conéctate a ella y úsala!

Tenemos que aprender a tolerarnos  los unos a los otros. Tenemos que aprender a aceptar el hecho, que alguien dirá cosas que no nos gustarán. Podemos,  vivir juntos de esa manera si vamos a vivir juntos  y no a morir juntos, debemos aprender un tipo de caridad y un tipo de tolerancia que sea absolutamente vital, para la continuidad de la vida humana. ¡Esto es la aplicación de lo moral!

¡Hoy en día es muy difícil combatir la ignorancia! Sobre todo, porque cuando nos afecta no estamos al corriente de ello. Valga de ejemplo lo que le ocurrió a Sócrates, en la Grecia del siglo V a. c. ¡Sabemos que el maestro fue condenado a muerte por hablar sobre la moral y la democracia! Como la de ahora, que contribuyó a crear y en la que posiblemente creyó. Su delito: denunciar la “corrupción” y el pisoteo de las “libertades” por aquellos que ostentaban el poder y sus círculos clientelares.

¡Dicen que cuando apuró el vaso de cicuta en búsqueda de la muerte! Se consoló y nos consoló manifestando que “siempre habrá alguien para pasear a mi lado y denunciar a los corruptos y a aquellos que se llenan los bolsillos”. Creo que esto demuestra que la ignorancia es sólida compañera del poder y del autoritarismo, de la misma forma que lo es de los fuertes y de los débiles.

¡Debemos atacar la ignorancia! Quien pasó a ser el modus vivendi del venezolano, (el vivismo criollo); mejor dicho “el modelo político en una cosa llamada Venezuela”, y vaya que si lo es, ¡que existen personas que abusan de este privilegio! Nos han confundido presentándonos en plato de plata la deseada libertad individual, sea del tipo que sea: y nos hemos dejado engañar y dominar por los lenguajes políticos y las bondades materiales ofrecidas y no consentidas.

Cuando la clase política y las élites sociales han conseguido trenzar sus intereses, de modo que las ventajas de la estabilidad y el parasitismo sobre las instituciones públicas, se reparten de modo equilibrado entre ellos, en su caso, procurando una razonable rotación en el disfrute de prebendas, el anquilosamiento o la congelación del régimen, no es difícil. Han sido capaces de extender la trama por todo el país, apostando en cada lugar estratégico a un leal cacique local, que asegure la aceptación pacífica o incluso entusiasta y desde luego participativa del reparto de poder, abusando de los muchos.

¡Este estilo de política desarrollada no es para nada audaz! Su cobardía se cobija en el abuso de la autoridad y el poder que otorga la fuerza del poder coercitivo, amparado por la ignorancia jurídica, administrativa y democrática que nos permiten.

¡Debemos comportarnos como apóstoles de la justicia social y económica en Venezuela! Buscar el perfeccionamiento en todo; capacitación profesional, actividad ciudadana, en la cultura y en la actitud ante la vida y ante la eternidad. ¡Mientras más conocimientos adquiramos y más experiencia acumulemos, más conciencia tomaremos de lo ínfimo de la criatura humana! Ante la inmensidad de lo creado y de nuestro “Creador”. ¡Y alejaremos así la “ignorancia” como modelo político!

¡Debemos aprender y poner en práctica “las virtudes cristianas”, la santidad y la sana distribución del tiempo! Tiempo para orar, tiempo para hablar, tiempo para callar, tiempo para escuchar, tiempo para trabajar, tiempo para estudiar, tiempo para amar y para hacernos amar.

¡Debemos imitar y propugnar la conducta de nuestro “santo” ciudadano “Dr. José Gregorio Hernández”! ¡Evitar el mal, practicar el bien y tender a la perfección! Estas ideas, hacia la perfección nos estimula los sentidos, y a poner todos los medios para lograrla: el trabajo, que ocupa y dignifica nuestras potencias; la pureza irreprensible de las costumbres; el desprecio de las cosas terrenas y materiales; la meditación que ilustra al espíritu; el silencio que fortalece; la práctica constante de toda virtud; en fin, la aspiración a la santidad y al ciudadanismo.

¡El hermoso ejemplo de ascetismo, de servicio, de ciudadanía y de religiosidad, que la “Providencia” ha querido brindarnos en la persona de “José Gregorio”! ¡Ejemplo de hombre comprometido con Dios! Consigo mismo y con los demás, es más apreciable y meritorio en una sociedad como la nuestra. Donde son raras las personas que dedican sus potencialidades, a practicar su religión con autenticidad, donde pocos luchan por vencer la “ignorancia”, donde muchos se dejan llevar de las críticas, las burlas y el respeto humano, ante la atmósfera de naturalismo, de vicios, de pecado, de pasiones y de indiferencia que nos envuelve. ¡La oración diaria, la práctica de la virtud, el servicio a los más necesitados fueron, para este seglar comprometido, su actividad de cada día!

¡Debemos llegar a una educación adecuada! En la que la razón del individuo constituya no solo un valor de tipo moral, sino el fundamento de un nuevo orden social derivado no de la autoridad sino del pacto, convirtiéndose en la base de toda norma política.

El discurso más cabal, es el que reconoce el pacto entre las entidades reales determinadas a través del curso de la historia, y no entre las creadas a lo largo de los siglos por el privilegio y conservadas por la tradición, porque estas no cuestionarán nunca los fundamentos económicos, políticos, de una sociedad desigual, tal como ya dijo “Sócrates” hace veintiséis siglos. ¡Y como lo vivió nuestro “Santo”  de los pobres “José Gregorio Hernández” en una sociedad de ignorantes.

Gervis Medina / @gervisdmedina

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