Beato José Gregorio. Por Eneida Valerio Rodríguez (@eneidavalerio)

Galipán, en el fresco  de su loma, serpenteada por gruesas y delgadas flores no pudo dar ninguna más. Aquella mañana del sepelio del Dr.José Gregorio Hernández, la verde falda del Ávila, agotó su mejor producción para sumar coronas de las ya apiñadas en la Academia de Medicina,donde se le rindió el tributo de mayor concentración humana registrado hasta entonces. 

El sepelio de José Gregorio Hernández, concluía acompañado de antorchas y velas casi al anochecer. Sendos discursos pronunciaron los doctores Luis Razzetti y Pedro Acosta Delgado,compañeros de la UCV. También el señor Pedro Benavides y los bachilleres Pedro Serrano Ortiz y Rodríguez Ortiz. El Cortejo fúnebre calló ante la Elegía, compuesta para él e interpretada por Pedro Elías Gutiérrez, el mismo autor de Alma Llanera.   

Un tributo inmortal a quien, desde entonces,ascendía a esa etapa de santidad por su enjundia.La ciudad estremecida por la noticia,no entendía lo ocurrido aquel 29 de junio de 1919.El diario El Universal, rezaba entre otras frases,en su nota editorial …”la noticia del momento cundió prontamente por la ciudad sembrando en todos los ánimos,la más sincera y viva pesadumbre”.

José Gregorio Hernández, tenía 55 años. Su vida de sacrificios y sufrimientos marcó en tan breve tiempo, lo suficiente para dejar en los venezolanos,la seguridad y trascendencia de su obra avalada por el rigor científico y académico de sus trabajos,sin desligarse de la recia formación y practica de fe,iniciada a temprana edad por su madre Josefa Antonia Cisneros, en la población de Isnotú, de cuya patrona la Virgen del Rosario,se hizo devoto, al igual que de San José y Santa Margarita de Alacoque, la vidente del Corazón de Jesús a quien entregó su vida. 

Su madre falleció cuando solo tenía 5 años,afectando para siempre la nostalgia de su figura a quien encomendaba a Dios. Así rezó en diciembre de 1888 en Merida; “Señor, haz que todas las personas que quiero sepan vivir como Tú lo mandas. Bendícelos especialmente a mi madre, que yo sé que  está contigo y reza por mí”.

Se hablaba de favores concedidos,y  desde 1949 se inicia un largo proceso  de solicitud de beatificación en el Vaticano por uno de sus sobrinos, que concluyó el pasado 19 con la aprobación del decreto del papa Francisco.

Un fuerte incendio arrasó en 1975 con su tumba debido a las aglomeraciones y encendido de velas.Sus restos fueron trasladados a la iglesia de La Candelaria. Desde allí, se ha realizado el anuncio papal y celebrado la primera eucaristía por el Cardenal Baltazar Porras.

José Gregorio, es la esencia del venezolano. Algunos biógrafos consideran que con el correr del tiempo se suman más a su causa de santidad.Cuando Juan Pablo II visitó Caracas en l985, dijo estar conmovido porque al mencionarlo en un acto programado para los científicos en el teatro Teresa Carreño para pidirle seguir el ejemplo de José Gregorio, la ovación de los asistentes fue de 5 minutos.Antes,en Guanare, cuando consagró el templo de Virgen de Coromoto, patrona de Venezuela,le entregaron un libro con 5 millones de firmas a favor de esta causa.

La noticia,difundida de forma suficiente sobre la Beatificación,fue un bálsamo que sacudió la enfermiza desarmonía social del país.Los repiques de campanas a solicitud del Cardenal Baltaar Porras,diligente promotor tanto del evento como del culto del famoso trujillano,se realizaron con gran entusiasmo.Las gaitas y otras denominaciones musicales, encontraron en las redes sociales canales de difusión de todos los sentimientos del venezolano sobre el emblemático Médico de los Pobres.

El 9 de enero de 2020, llega la noticia de la aprobación por el Comité de Médicos  de la Causa de los Santos del Vaticano,del presunto milagro a la joven Yaxury Solórzano del estado Guárico, de quien la madre sostiene que el Venerable le dijo; “No te preocupes que  todo saldría bien”. El accidente de la  joven derivado de un atraco a su padre, ocurrió en una población del estado Guárico en 2017.

José Gregorio es la luz del mañana que  tenemos que construir, dijo el cardenal Porras en la misa de Acción de Gracias el pasado sábado 20 y pidió” no aplazar el momento de hacer el bien y postergarlo por otros intereses”.

Eneida Valerio Rodríguez / @eneidavalerio

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