Es un desafío aplicar pruebas de COVID-19 en el deporte profesional

No existe una estrategia universal que garantice el triunfo a la hora de realizar pruebas de coronavirus en los deportes profesionales.

Los protocolos, procedimientos, parámetros y manuales pueden ser tan diferentes como los reglamentos de cada deporte. Sin embargo, habría bastante terreno común, lo cual explica por qué los ejecutivos y médicos de varias ligas han sostenido consultas mutuas mientras dan pasos hacia una reanudación por lo menos parcial de las competencias en medio de la pandemia.

Esencialmente, los dirigentes de las ligas están eligiendo la opción menos mala en una lista. Todo se reduce a cuánto riesgo están dispuestos a correr.

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“Cuando miras a la gente que dirige estos otros deportes, sabes que se trata de tipos realmente inteligentes”, dijo Dana White, presidente de la UFC. “Y nadie conoce su negocio mejor que ellos. Tienen que sentarse literalmente y desmenuzar cada tema sobre lo que necesitan hacer y cómo deben hacerlo de una manera segura. Y tienen que decidirlo”.

Hay ya varias estrategias aplicadas en el deporte de Estados Unidos.

—La UFC realizó pruebas de anticuerpos (sangre) o virales (con hisopos en la nariz) a casi 1.200 personas este mes, durante su estadía de una semana en Jacksonville, Florida, como parte de los protocolos de salud y seguridad para poner en marcha de nuevo las funciones de artes marciales mixtas. Las pruebas de anticuerpos requieren de unos minutos, mientras que las virales se llevan unas horas.

—El domingo, antes de la carrera que marcó la reanudación de su campaña, la NASCAR tomó la temperatura de unas 900 personas en el autódromo de Darlington, Carolina del Sur.

—Las Grandes Ligas emitieron la semana pasada una propuesta de 67 páginas para redactar un maual de operaciones de 2020, el cual es todavía tema de negociación con el sindicato de peloteros. Los detalles planteados incluyen dos revisiones de temperatura al día, y múltiples muestras tomadas con hisopos cada semana. Las muestras de sangre para detectar anticuerpos del COVID-19 se recabarían con menos frecuencia.

—La NBA no ha implementado un programa amplio de pruebas para los 30 equipos. Más de la mitad ha reabierto sus instalaciones para entrenamientos voluntarios. La NFL, el hockey sobre hielo, el tenis, el golf y otros deportes trabajan para definir sus procedimientos.

Las opciones difieren también en cada país:

—La primera división del fútbol surcoreano, conocida como K-League, aplicó pruebas a 1.100 jugadores y empleados a finales de abril. Todos fueron negativos, lo que allanó el camino para inaugurar la temporada. En ese mismo país, la liga de béisbol monitorea a jugadores y coaches, a fin de determinar si tienen fiebre.

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—La liga nacional australiana de rugby ordenará que se apliquen vacunas —no contra el coronavirus, sino contra la gripe estacional. Es parte de una política controversial, en la que un jugador que elude las inyecciones para inmunizarlo no obtiene el permiso para jugar al norte de los límites entre los estados de Queensland y Nueva Gales del Sur.

—En Inglaterra, la Liga Premier realizó esta semana su primera serie de pruebas de COVID-19, y encontró que seis de 748 personas estaban infectadas. Esas personas que dieron positivo deben permanecer en cuarentena por una semana.

La UFC realizó pruebas a cada uno de sus empleados, antes de reabrir el lunes sus oficinas generales. White dijo que esta organización promotora de artes marciales mixtas efectuará de nuevo análisis a todos los participantes en sus próximas peleas, previstas para el 30 de mayo en Las Vegas o Arizona.

En promedio, la UFC gastó 125 dólares por prueba. Ello arrojó una erogación total de unos 150.000 dólares en Jacksonville.

White se sometió tres veces a los análisis, en parte porque jamás usó mascarilla y tuvo contacto cercano con los peleadores.

Ese precio es morralla para un negocio multimillonario que según algunos reportes obtuvo más de 700.000 compras en la modalidad de “pago por ver” para su función UFC 249. Habría obtenido hasta 45 millones de dólares en ingresos para su primer gran evento dentro de Estados Unidos durante la pandemia.

La UFC tiene muchos menos competidores que otras ligas, lo cual significa una situación más manejable para realizar pruebas, rastrear el contacto y garantizar el debido distanciamiento.

En cambio, la NASCAR tendría que desembolsar más de dos millones de dólares para realizar pruebas a todos los participantes esenciales antes de cada una de sus 20 carreras durante el mes próximo. Decidió no hacerlo, puesto que los pilotos están aislados y los mecánicos en los pits utilizan ya equipo protector.

Pero otros deportes tendrán que tomar decisiones complicadas.

Los torneos de tenis y golf suelen involucrar a más de 100 participantes de todo el mundo. Los equipos de la NFL se preparan para abrir los campamentos de entrenamiento de pretemporada con unos 90 jugadores, una veintena de entrenadores y decenas de empleados de apoyo. Las Grandes Ligas han sugerido nóminas de 40 peloteros para esta campaña.

En las distintas ligas predominan las dudas sobre la adopción de pruebas constantes de coronavirus, salvo por tomar la tmperatura a sus integrantes. Buscan evitar que se genere la percepción de que el deporte recibe un trato privilegiado, al disponer de la capacidad de realizar pruebas que deberían destinarse mejor a los trabajadores de salud o al público en general.

Pero si bien nadie espera que haya pronto público en los estadios, los ingresos por transmisiones televisivas constituyen el motor para buscar que se reanuden las competiciones.

Y la mayoría coincide en que cierto nivel de pruebas resulta clave para retomar la actividad.

“El panorama general indica que hay mucho que desear en las pruebas, para usarlas como un indicador definitivo de que todos están seguros”, dijo Stuart Miller, director general de la Federación Internacional de Tenis, quien encabeza el grupo asesor de ese organismo sobr COVID-19 y los esfuerzos para volver a los torneos.

“Hay numerosos riesgos, tan sólo en la parte de las pruebas”, añadió Miller.

En la UFC el peleador brasileño Jacaré Souza y dos integrantes de su esquina dieron positivo, horas antes de que se reanudaran los combates. La organización promotora apenas parpadeó, y el espectáculo continuó.

La forma en que las ligas deportivas respondan a una prueba positiva es un componente clave para reanudar la competición. ¿Se seguirá jugando si una superestrella da positivo de coronavirus? ¿Qué pasa si varios compañeros se infectan? ¿Habrá un límite de casos que lleve a que toda una liga vuelva a cerrarse?

“Simplemente hay que estar dispuestos a trabajar duro, gastar algo de dinero y plantear soluciones”, puntualizó White.

AP

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