La amenaza de Diosdado. Por Eugenio Montoro

Por estos días circuló en las redes la última parte, o despedida, de un programa de televisión que modera Diosdado Cabello, donde hizo una amenaza que pasamos a comentar.

Dijo Cabello, “le voy a dar una recomendación a los escuálidos que andan contenticos porque y que vienen los marines en los barcos…les están echando una vaina a ustedes (bis), …. porque esos van a poner un pie aquí y cuando pongan un pie aquí, nosotros vamos por ustedes …. señores que han pedido invasión a nuestra patria, asuman su responsabilidad que nosotros asumimos la nuestra, alégrense si quieren, alégrense hagan fiesta, pero todos los que han pedido invasión contra nuestro país, apenas ocurra algo parecido vamos por ustedes. Furia bolivariana en alerta, el que entendió, entendió, no se hable más del tema, que pasen buenas noches y descansen, no vayan a trasnocharse”.

Seguramente el miedo que Diosdado debe tener en estos momentos, con un Caracazo en puerta, con recompensa por su cabeza y rodeado por barcos gringos, lo impulsó a decir semejante barbaridad más dirigida a animar a sus también asustados camaradas que a sus detractores. Pero esta declaración, de “verdá, verdaíta” que le salió maluca y fea.

Lo primero que resalta en su amenaza, es que ya acepta la invasión como posible al decir “cuando pongan un pie aquí”. Se le olvidaron todos los análisis que hizo y que concluían que una intervención no era posible y que eran simples “blufeos” y que, además, cualquier invasor se arrepentiría de hacerlo y defenderían la revolución hasta la “última gota de sangre”.

Pareciera ahora que la señal es otra, nada de pelear, nada de decir “en cuanto pongan un pie aquí les caemos a plomo a esos gringos”, nada de eso dijo, ni una palabrita en contra de los catires, pareciera que ya acepta de una vez que cuando lleguen se rendirán mansitos y que, para descargar su frustración frente al enemigo poderoso, irán contra los de su propio país y que estén, además, desarmados. Curiosa la estrategia de un antiguo militar. Esperemos que el resto de los militares no les patine tanto el coco.

La amenaza va dirigida a los “que han pedido la invasión a nuestra patria”. Aquí si va a tener que inventar candidatos, pues no conocemos a nadie que públicamente hubiese pedido una invasión. El primero que dio que hablar sobre esto fue Trump con aquello de “todas las opciones están sobre la mesa”, lo que más bien desató una reacción contraria y casi todos los países de Latinoamérica y Europa se opusieron a una solución de fuerza.

La solución de fuerza no fue solicitada por los opositores al régimen, sino que fue creada paso a paso por el mismo régimen al bloquear todas las numerosísimas salidas civilizadas posibles, incluyendo hasta una propuesta de salida pacífica de sus, hoy, posibles ejecutores de una salida no pacífica. Permítame también decirle un secreto, nada de lo que está pasando hubiera sucedido en un ambiente democrático real y sin pruebas claras de participación en el narcotráfico al más alto nivel y sin que se hubieran aliado con terroristas como el ELN y, principalmente, con grupos tan peligrosos como Hezbolá. Así que póngase frente al espejo para que vea al real responsable de la invasión y se auto cocorronee.

Pero bueno, lo cierto es que Diosdado amenazó a los que, según él, pidieron una invasión, con llevarle la furia bolivariana a su vera y hacer algún tipo de cosa como la de romperle la crisma a alguien o dibujo libre para que sus malandros hagan lo que mejor les venga en gana al estilo de las películas de mafia. Pena ajena da que un ex presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, redactora de leyes, sea el jefe declarado del pillaje rojo, además de ya estar acusado de narco terrorista con recompensa y todo. Pareciera que, por lo mostrado con esta amenaza, fue injusto el que le pusieran a Maduro 15 millones de recompensa y a Diosdado solo 10.

Confiado en que su “terrible” amenaza causará gran preocupación en los escuálidos, se despide con la ironía de “buenas noches, no vayan a trasnocharse”. El propio Vito Corleone. Tiembla tierra, que ha hablado el maluco de la película.

Como igual no es trampa, ahora lo amenazamos también de vuelta. Capitán Cabello, si usted sigue hablando pendejadas, no le haremos un uniforme color naranja a la medida, sino que le daremos uno usado y de talla XL.

Usted de tanto usar el poder se acostumbró al abuso, a hacer lo que en gana le venía, pero esto se terminó. Vienen nuevos tiempos, sin capos y con mucha justicia.

Viva Venezuela.

 

Eugenio Montoro / montoroe@yahoo.es

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