Servicios de telefonía e internet colombianos ganan terreno en la frontera

“A la orden la Sim Card. Llévela por solo 3.000 pesos”. Esta frase es común escucharla a lo largo del puente internacional Simón Bolívar, lado colombiano. El servicio llama la atención, tanto de quienes viven en la zona de frontera — San Antonio y Ureña—, como de aquellos que arriban de otras regiones de Venezuela.

El motivo está sustentado. Los habitantes de los municipios Bolívar y Pedro María Ureña han optado por comprar líneas colombianas para hacer frente a las fallas de comunicación que persisten en la nación del oro negro. De esta manera, no se acrecienta la incertidumbre por estar incomunicados cuando hay frecuentes interrupciones del servicio de telefonía celular o de internet.

Además, están quienes llegan a la frontera, desde otros estados, con el propósito de hacer sus diligencias en La Parada o Cúcuta. En ese vaivén, para estar comunicados vía WhatsApp con sus familiares, adquieren una Sim Card colombiana. Las ofertas en el tramo binacional son variadas, en cuanto a las operadoras.

En San Antonio o Ureña, por ejemplo, gran parte de la población ha dejado en el olvido sus números venezolanos, incluso los han perdido debido al tiempo que pasan sin tener algún tipo de recarga o plan mensual. También están quienes, por comodidad, poseen las dos líneas: venezolana y colombiana.

A las fallas de señal telefónica su unen las constantes caídas del servicio ABA, de Cantv, el cual no solo registra suspensiones, también suele presentar ralentización, aun cuando todos sus bombillos estén en verde, incrementado la angustia entre quienes trabajan y dependen directamente de una buena conexión.

El escenario ha empujado a algunos ciudadanos a contratar servicios de internet foráneos. Ya en la Villa Heroica, como también se le conoce a San Antonio del Táchira, existen oficinas que ofrecen los paquetes. Si el futuro cliente está interesado, los técnicos van hasta la residencia, estudian si es factible la conexión y, de ser positivo, la realizan una vez se haga el contrato.

Consulta en diversas comunidades

De 10 personas consultadas en diversas comunidades de la ciudad fronteriza, siete afirmaron tener línea colombiana, mientras solo tres dijeron no poseerla, pero sí tienen conocidos o familiares con Sim Card comprada en el vecino país. Del grupo encuestado, cinco reconocieron tener las dos líneas: venezolana y colombiana. Dos precisaron que solo se quedaron con la colombiana, y los otros tres solo cuentan con Sim Card criolla. Las personas fueron escogidas de forma aleatoria, en barrios como Lagunitas, Miranda, centro de la ciudad, Curazao y Cayetano Redondo.

Aliste los pesos

De los negocios que ofrecen servicio de internet, la mayoría pide una serie de dispositivos para poder instalarlo. Si la persona no los tiene a la mano, la empresa, si así lo requiere el suscriptor, se encarga de buscarlos y, al momento del contrato, suma el valor de cada uno.

De los dispositivos solicitados, de acuerdo con el proveedor consultado por Diario La Nación, se encuentran la antena, el router, el cable (la cantidad puede variar) y cuatro conectores. Esos elementos, en total, cuestan 396.000 pesos, según el monto aportado por la empresa consultada.

A la cifra debe sumársele el contrato, el cual tiene un precio de 100.000 pesos. Luego el cliente debe decidir a qué tipo de plan se suscribe: 3MB (30.000 pesos), 4MB (40.000 pesos) y 5MB (50.000 pesos).

Es de señalar que estos planes, por su valor, son contratados, en muchos casos, por personas cuyas labores dependen, en gran medida, de un óptimo y constante servicio de internet.

“Toda mi familia tiene línea colombiana”

Daniela Gutiérrez, de 20 años, decidió adquirir una línea colombiana debido a las fallas que presentaba con la operadora venezolana. “Ya tengo año y medio con esta línea. Me va muy bien”, señaló quien, una vez hizo uso del servicio foráneo, optó por dejar a un lado el servicio nacional.

Desde el barrio Lagunitas, donde reside, aseguró que “toda mi familia usa operadoras colombianas. Mi esposo, mi mamá, mi abuela y mis cuñados hicieron lo mismo que yo”, destacó mientras dejaba claro que ha sido la mejor decisión. “Uno está más tranquilo, más comunicado”, puntualizó.

En cuanto a servicios venezolanos, aún cuenta con el internet ABA. “Cuando se cae, uno acude es a los megas del teléfono. Es rápido y, en mi caso, no me puedo quejar de la operadora que escogí”, acotó.

“Aquí nunca hay señal y el ABA falla mucho. En mi caso, tengo una hija y, aunque aún está pequeña, en el colegio a veces le mandan tareas que uno suele buscar en internet. La línea colombiana nos ayuda mucho”, reiteró.

Otro punto que destaca la joven es la posibilidad que tiene de estar siempre conectada con sus familiares. “Uno valora eso”, subrayó quien no tiene un plan fijo en el teléfono. “Yo recargo semanalmente 6.000 pesos y me rinde por siete días”, dijo.

“La mayoría de gente que conozco, en San Antonio del Táchira, hace lo mismo; compran una línea en Colombia para estar más conectados. Hay lugares de la ciudad, ya por la lejanía, donde ciertas operadores tienen más alcance”, remarcó Gutiérrez a modo de colofón.

“Por comodidad lo escogí”

Fernando Arias, de 35 años, usa servicio de internet colombiano desde hace ya año y medio. Se vio en la necesidad de hacerlo en el momento en el que decidió alquilar una casa para vivir con su actual pareja. “La vivienda no contaba con instalación alguna, y teniendo en cuenta la nula respuesta al solicitarlo en Cantv, me incliné por uno colombiano”, aclaró.

Al inicio, rememoró, empezó con una empresa que actualmente no funciona en la frontera. “Al irse la compañía, me quedé en el aire. Por mi trabajo, que depende enormemente de internet, tuve que actuar rápidamente”, rebobinó al tiempo que agradeció a su salvador. “Un amigo me facilitó el de él. Yo lo que hago es cancelarlo”.

Arias es consciente de las dificultades que persisten en el país, y en especial en la frontera, en lo concerniente a las comunicaciones. “El ABA suele caerse mucho. No es viable para alguien que deba estar conectado a toda hora por temas laborales”, indicó.

Igualmente, el caballero posee Sim Card colombiana. “La uso para llamar a algunos clientes que están en el otro lado. También me sirve para estar comunicado cuando en San Antonio colapsa en términos de servicios. Ha pasado en varias oportunidades que se caen las líneas de teléfono y el internet”, indicó.

“Por los momentos, estoy bien así. Tengo este servicio por comodidad”, prosiguió el sanantoniense al tiempo que hizo énfasis en la metamorfosis de una ciudad cuyos habitantes han tenido que sortear grandes obstáculos. “Es increíble, hoy en día todo el mundo cobra en pesos. Nadie se escapa”, manifestó.

“Es la alternativa de la mayoría”

Para Marcos Suárez, profesor e historiador, más del 60 % de la población de San Antonio del Táchira usa líneas colombianas para poder estar comunicado. “Me atrevo a dar ese estimado”, dijo mientras resaltaba las bondades de la operadora que eligió. “Es la que tiene mayor alcance en el municipio”.

Como académico y comerciante, dos oficios que desarrolla con pasión y entrega, asegura que es vital estar comunicado, conectado. “Las líneas venezolanas carecen actualmente de buena cobertura y, en la frontera, por fortuna contamos con estas empresas colombianas”, dijo.

Suárez ya lleva un año con el servicio neogranadino y, hasta la fecha, se ha sentido satisfecho con la señal y la conexión que ofrece. “La mayoría de personas que conozco tienen una Sim Card del vecino país”, precisó el caballero de 54 años.

El profesor trajo a colación la anécdota de un exalumno quien, meses atrás, adquirió un servicio de internet colombiano, el cual puso a disposición de otras familias cercanas a su residencia y les cobra cómodas cuotas. “Con ese dinero, en pesos, cubre el costo mensual”, señaló.

Al igual que muchos venezolanos, Marcos Suárez espera que, en algún momento, retorne la normalidad al país, y así las empresas venezolanas logren repotenciarse. “Mienta tanto, seguimos buscando soluciones para evitar estar incomunicados”, añadió.

“Al día vendo entre 15 a 20 Sim Card”

Ángel Cabello, de 44 años, salió de Venezuela hace cinco años para instalarse en Colombia, específicamente en La Parada, donde ha hecho vida al lado de su esposa, hijos y nietos. “Desde que llegué, he hecho lo mismo, vender Sim Card”, apuntó.

“La experiencia ha sido algo incómoda, ya que nada como estar en su casa, su tierra. Soy extrabajador de Pdvsa, 18 años en la estatal. Ahora estoy acá, pues la situación de Venezuela no está nada buena”, lamentó desde la zona comercial neogranadina.

“Mi mundo como migrante no ha sido fácil, pero tampoco se me ha hecho desesperante”, resaltó. Y es que “como buen venezolano, sé que no debo flaquear”, aseguró quien en la actualidad lleva la batuta del grupo de personas que vende las Sim Card para una operadora en específico.

“Hay gente que llega y la compra para usarla en Colombia. Otros, que viven en la frontera, lado venezolano, la buscan para usarla allá, donde también hay buena señal; esto debido a los problemas que persisten con las líneas venezolanas”, dijo.

Cabello suele vender entre 15 y 20 Sim Card en La Parada. “La gente no duda en adquirirla, pues sabe que el internet es rápido, algo que en Venezuela, por la situación país, se hace prácticamente imposible conseguir”, señaló quien vende cada Sim Card en 3.000 pesos. “Con saldo vale 6.000”, aclaró.

Desde su condición de migrante, se mostró agradecido por las oportunidades que ha conseguido. “Mis hijos pequeños fueron incluidos en el sistema escolar de Colombia”, subrayó mientras recordaba a sus padres. “Ellos siguen en Maturín. En la medida de lo posible, suelo mandarles algo, no es mucho, pero al menos hacen algo”.

La Nación

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