Presidente de Irán rechaza críticas a su gestión del virus

El presidente de Irán, Hasán Ruhani, defendió el miércoles la respuesta de su gobierno al brote de coronavirus, ante las críticas generalizadas de que las autoridades actuaron demasiado despacio e incluso podrían haber ocultado los primeros casos antes de que el virus se propagara con rapidez por todo el país.

En Israel, mientras tanto, el gobierno reportó un aumento del 25% en los casos del virus y los iraquíes se enclaustraban para una semana de toque de queda. Arabia Saudi, que ocupa el turno de presidencia del Grupo de las 20 economías más grandes del mundo, dijo estar trabajando para organizar una cumbre extraordinaria virtual la próxima semana para avanzar en una respuesta coordinada a la pandemia.

Irán es el país más afectado de la región con casi 1.000 muertos, y casi un 90% de los más de 18.000 casos confirmados de Oriente Medio. Su gobierno anunció el martes que “millones” de personas podrían morir en el país si la gente sigue viajando e ignorando las recomendaciones médicas.

En un discurso a su gabinete, Ruhani dijo que el gobierno había sido “franco” con el país, afirmando que anunciaron el brote en cuanto supieron de él, el 19 de febrero.

“Hablamos a la gente de forma honesta. No tuvimos una demora”, añadió.

El gobierno ha sido muy criticado por una gestión considerada como lenta e inadecuada. Durante semanas, el gobierno suplicó a los clérigos que cerrasen abarrotados santuarios para contener los contagios. Finalmente, el gobierno los cerró esta semana.

“Por supuesto, fue difícil cerrar las mezquitas y lugares sagrados, pero lo hicimos. Hacerlo era un deber religioso”, dijo Ruhani.

El brote ha arrojado una sombra sobre las celebraciones del Año Nuevo Persa, Nowruz, que suele ser un feriado alegre que comienza el viernes. Las autoridades sanitarias han instado a la gente a evitar los viajes y lugares abarrotados, pero muchos parecían estar ignorando las advertencias, aumentando el riesgo a nuevos focos de infección.

Algunos mercados de alimentación en la capital, Teherán, seguían abarrotados el miércoles, y las autopistas estaban llenas de autos mientras las familias viajaban entre ciudades. Irán anunció que cerraría las mezquitas para las oraciones del viernes por tercer semana consecutiva.

El nuevo virus se ha extendido a más de 100 países, infectado a más de 195.000 personas en todo el mundo y matado a más de 7.800. Para la mayoría, provoca sólo síntomas leves o moderados como fiebre y tos. Pero algunos, especialmente ancianos y personas con problemas médicos previos, pueden sufrir complicaciones más graves como la neumonía. La inmensa mayoría de la gente se recupera.

En Israel, el Ministerio israelí de Salud informó de 90 nuevos positivos en el virus, elevando el total del país a 427, al día siguiente de que el gobierno emitiera una nueva serie de recomendaciones que restringió los movimientos en el país.

Por el momento no se han registrado muertes, aunque 15 pacientes están graves y el número de infectados ha crecido mucho en los últimos días. Las autoridades han tomado medidas drásticas para contener el brote y advertido de consecuencias catastróficas y miles de muertes si la gente no sigue las instrucciones.

“Hemos visto lo que pasa en otros países que no tomaron estas medidas. Ya han muerto miles de personas en todo el mundo. Como primer ministro, debo decirles la verdad. Para alegría mía, no hemos perdido nadie. Sin embargo, esto no seguirá así”, dijo el martes por la noche con gesto grave el primer ministro, Benjamin Netanyahu, en su comparecencia diaria.

Temiendo brotes como los que han golpeado a Italia o Irán, Israel ha tomado medidas estrictas como pedir a la mayoría de la población que trabaje desde casa, mantenga la distancia con otras personas y solo abandone su casa cuando sea estrictamente necesario.

En otra medida más controvertida, el gobierno ha dado instrucciones al servicio de seguridad interna Shin Bet para que emplee su tecnología de vigilancia telefónica para ayudar a contener la expansión del brote, una iniciativa criticada de forma generalizada por legisladores y grupos de derechos civiles.

Las autoridades palestinas reportaron 44 casos en Cisjordania, la mayoría relacionados con un foco de infección en Belén.

En Bagdad comenzó una semana de toque de queda que vació las calles de autos y gente, y dejó cerrada la mayoría de los negocios. Solo se permitió la salida de peatones para comprar comida y medicinas, y policías iraquíes armados patrullaban la ciudad y colocaban controles de carretera.

Los manifestantes en la Plaza Tahrir, núcleo del movimiento de protestas contra el gobierno iraquí, emitieron un comunicado suspendiendo las actividades de protesta para ayudar a frenar los contagios.

Irak ha reportado 11 muertes de 154 casos confirmados de COVID-19, la enfermedad que provoca el nuevo virus.

En un clima de inestabilidad en los mercados, la autoridad bursátil de Emiratos Árabes Unidos anunció el miércoles por la mañana que las bolsas locales solo podrían fluctuar un 5% antes de que se suspendiera la cotización.

Por su parte, los líderes de las 20 economías más grandes del mundo podrían celebrar una cumbre virtual la semana que viene. Arabia Saudí, que ocupa ahora la presidencia del G20, dijo estar comunicándose con los países para organizar el encuentro telemático.

AP

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