ENTÉRATE Y SÚMATE| Cuándo será confiable la justicia. Por Antonio Urdaneta (@UrdanetaAguirre)

Todos los pueblos del mundo, casi sin excepciones, sufren el dramático flagelo de la ausencia de justicia. Aunque parezca un disparate ante los ojos de nuestra ancestral cultura al respecto, nada de exagerado ni malintencionado podría atribuírsele a las opiniones, que son poco abundantes, que ubican el origen de las más severas calamidades sociales en el comportamiento inadecuado de los tribunales de justicia al momento de tomar decisiones, dado que éstas, en la mayoría de los casos, inclinan la balanza hacia el lado de los más poderosos; bien que ese poder sea político, económico, militar, religioso o de cualquier otro signo.

Es evidente que los mandatos o sentencias judiciales mantienen al ciudadano común, y a quienes carezcan de los recursos suficientes para protegerse de los inclementes zarpazos de los jueces, en un recurrente estado de indefensión. Ningún derecho, por más preciso que esté contenido en el texto constitucional, puede ser ejercido en igualdad de condiciones por toda la población de un país. Un número muy limitado de los analistas que se ocupan de este asunto, han profundizado en el tema.

Sin embargo, sí hay quienes se han atrevido a imprimirle contundencia a sus opiniones, aun corriendo el riesgo que éstas sean calificadas de especulaciones sin sentido. Por supuesto, casi siempre los descalificadores, de alguna manera, son actores directos de los procedimientos judiciales, o personas vinculadas a estos, bien por parentesco y otros intereses particulares, o por empatía o compromiso político.

Tienen mucha razón, probablemente de sobra, los estudiosos de la materia que plantean cuan demoledor es el vacío jurídico en cualquier sociedad. Delitos como la incidencia y la reincidencia criminal por falta de castigo, el incremento de la inseguridad personal y la venganza como única posibilidad de sentirse asistido de “justicia”, son, entre otras, las graves consecuencias que están vinculadas al ejercicio poco idóneo de la carrera judicial.

En Venezuela podría agregarse, sin riesgo de equivocarse, que la tragedia en la que está hundido el país, cuya máxima expresión es el drama de la hambruna nacional, tiene sus raíces en las recurrentes violaciones a la constitución, desgracia que se consolida más todos los días, bajo el concurso cómplice y la actitud complaciente del Poder Judicial, órgano institucional, incondicionalmente al servicio del Poder Ejecutivo y del partido de gobierno.

 

Antonio Urdaneta Aguirre / urdaneta.antonio@gmail.com /
@UrdanetaAguirre

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