REFLEXIONES| De arenga en arenga. por Luis Acosta

Napoleón se hizo famoso por sus arengas. Las unas, novedosas, las otras, filosóficas. En efecto, ante la fatiga del batallón en plena contienda, Napoleón habló a sus tropas y les dijo “despacio soldados que vamos de prisa!”. En otra oportunidad, para repartir las cargas y responsabilidades entre oficiales y soldados, los arengó diciéndoles “para el hombre grande no hay trabajo chiquito”. Por su parte, Juan Guaidó ha manejado sus arengas con buen tino, y su contenido, con elocuencia y oportunidad. En una de estas, ante el pueblo anzoatiguense, en la ocasión de un mitin en Puerto La Cruz, los arengó diciendo “ustedes no vinieron, yo vine a buscarlos. Así es. Ustedes son los hombres y soldados que necesita la República para abrirse el camino hacia el éxito. Mientras ustedes estén en la calle, todos estaremos ganando”, terminó.

Guaidó ha sido honesto y valiente en su comportamiento político y cada día ha mejorado su conducta. O saltando sobre las cercas colocadas alrededor del edificio sede de la Asamblea Nacional y la Plaza Bolívar; o llevando su léxico guapo pero cuidadoso a sus asambleas públicas, con su mensaje lleno de discreción, control,  respeto y soltura. En la ocasión del 30 de abril pasado, el toque con Padrino López falló. No se siguió lo convenido, o no se acordó suficientemente, o, sencillamente, no cuajó tal se esperaba. Guaidó continuó su línea a la altura de las circunstancias; aparentemente los tiempos no se dieron pero a nadie se culpó. La real verdad, no se supo.

Todo ha sido espera y esperanzas, mas la relación del Presidente encargado con quienes le apoyan se mantiene con fe y optimismo. La legitimidad de los conformantes, y de la nobleza como se ha usado lo tratado, sigue en pie. Por su lado, 59 países de todos los continentes han mantenido el apoyo a Guaidó y siguen amparando el bien común. Ningún rasgo de discordancia ha aparecido. Las partes han cumplido los detalles del plan tal es lograr la independencia de la nación venezolana y la conformación de una unidad que frecuente y actualice la fortaleza democrática de Venezuela y sus autoridades. 

Todos estos movimientos políticos fueron observados por el Presidente Trump. No obstante, sus compromisos presidenciales tuvieron que ser primeros: la reelección, el juicio político, los conflictos con Irán, el cuadro difícil de Israel y Siria; el problema con el fogoso de Korea del Norte. Pero, Guaidó fue consecuente y no ha perdido el equilibrio nunca. Por su parte, Trump le tomaba cariño al Presidente encargado y lo que había logrado. No eran los setenta países que lo apoyaron sino los cientos de millones de seres humanos en el globo terráqueo que creen en él y lo sostienen solida y responsablemente. En síntesis, su calidad humana despertó las fuerzas políticas del poderoso Donald Trump.

Pues bien, el día de presentación de las cuentas de Trump a la Unión, el desató su admiración y reconocimiento por el resonante Guaidó y sus cuidadosos actos. En efecto, pasó por el Reino Unido, visitó Davos y entró en España. Habló con la clase política más importante de Europa. La Presidente de la Cámara de Representantes del Congreso de USA, la Sra. Nancy Pelosi, y el propio Presidente Trump, mas la Primera Dama Melania, dieron la mas cálido saludo y ovación al presidente encargado venezolano Juan Guaidó Márquez y le ofrecieron ocuparse de Venezuela y asegurar que el problema quedara resuelto antes de cumplirse el mandato presidencial.

Trump y Guaidó, el sabio y el joven, se han comprometido a sacar a Venezuela de su atolladero. Así, el gigante de América, USA, y su gobierno democrático y republicano que Preside  Donald Trump, se unen para decidir, definitivamente, sobre la felicidad y la vida corporal y digna que merecen sus 30 millones de habitantes.

¡Que así sea!

 

Luis Acosta

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