¡Oh Capitán, mi Capitán! Por Eugenio Montoro

Casi al mismo tiempo que Simón Bolívar ponía en marcha el Congreso de Angostura en 1819, nacía, en New York, Walter Whitman que, para diferenciarlo de su padre también Walter, le pusieron el remoquete por el cual sería conocido universalmente y para siempre: Walt.

 

Estudió hasta los once años y luego, como era lo usual en aquellos tiempos, empezó a trabajar y hasta participó en la guerra civil norteamericana como enfermero. Comenzó a escribir poemas, muchos de corte político, y se le ocurrió hacer recopilaciones que formarían su más conocida obra de nombre “Leaves of Grass” (Hojas de Hierba) la cual ampliaba y mejoraba en cada edición.

 

Walt Whitman es considerado como el padre de la poesía moderna estadounidense y tuvo influencia directa y notable en poetas como Rubén Darío, León Felipe, Federico García Lorca, Jorge Luis Borges y Pablo Neruda entre muchos otros. Su estilo de verso libre abrió nuevos caminos y aunque en varios de sus escritos revela tendencias homosexuales, cosa mal tolerada en esa época y que le causo innumerables inconvenientes, su obra es hoy parte del espíritu americano y material indispensable para entenderlo.

 

Whitman fue un gran pensador y muchas de sus frases son célebres.1- “Los infinitos héroes desconocidos valen tanto como los héroes más grandes de la historia”. Esta afortunada frase pareciera apoyar a la Venezuela de nuestros días, para significar que el aparente modesto esfuerzo de cada persona es tan importante y significativo como el de nuestros líderes de vanguardia. 2- “La simplicidad es la gloria de la expresión”. Nada más útil para recordarnos lo importante de la sencillez para comunicarnos y poder entendernos.3- “Lo que satisface el alma es verdad”. Y no solo para quien recibe la satisfacción, también para quien la da. Un País como el que buscamos tener, lleno de honestidad, se basa en nuestra capacidad para manejarnos con la verdad. 4- “Mantén tu cara hacia el sol y las sombras caerán detrás de ti”. Empeñarnos en la esperanza y mantener el entusiasmo iluminado son herramientas útiles siempre y especialmente en estos tiempos difíciles.

 

Uno de los más conocidos poemas de Whitman y con el que termina la excelente película “La sociedad de los poetas muertos” es el titulado “¡O Captain!, ¡My Captain!”, cuyas primeras líneas transcribo “¡Oh, Capitán!, ¡Mi Capitán! Nuestro azaroso viaje ha terminado;El barco capeó los temporales, el premio que buscamos se ha ganado; Cerca está el puerto, ya oigo las campanas, todo el mundo se muestra alborozado, la firme quilla sigue con sus ojos, el adusto velero tan audaz”.

 

Este pareciera el verso que nos gustaría recitarle a nuestro presidente Guaidó cuando nos lleve al triunfo final, pero a unos cuantos diputados pareciera gustarles, por convicción o por dinero, que no siguiese de presidente.Les gustaría como el poema, que recuerda el trágico fin de Abraham Lincoln,que terminase pronto el mando de Juan Gerardo.

 

En nuestra opinión repetimos lo que dicen en el llano, nadie cambia de caballo en medio del río y, además, con ese paraguas del héroe desconocidoqueregala Walt, valga nuestra opinión para que dejen quieto al presidente, pues no solo lo hace bien, sino que además está sólidamente respaldado por los poderosos paisanos de Whitman y eso hace una gran diferencia.

 

DecíaWalt “Los grandes poetas no tienen biografía, tienen destino”. Es posible que eso pueda también trasladarse a nuestros políticos para que se sientan exigidos por el destino de la grandeza apoyando a Guaidó y nos ayuden a fabricar el destino que nos merecemos.

 

 

Eugenio Montoro /  montoroe@yahoo.es

 

 

 

 

 

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