Las sucesiones suceden. Por Eugenio Montoro

Uno de los episodios que iría a influir de manera muy importante en el curso de la historia en Europa y América fue la guerra de sucesión del trono español.

Como se conoce, en esa época era usual casar al hijo de un rey con la hija de otro rey como manera de mejorar las relaciones, ampliar el comercio o hasta crear un reino mayor. Con el tiempo casi todos los monarcas importantes venían a ser parientes y sus hijos eran primos, sobrinos o nietos del otro monarca.

También se había establecido que cuando moría un rey le sucediera alguno de sus hijos en el puesto, pero quiso el destino que uno de los reyes españoles, llamado Carlos II y apodado “el hechizado” por lo feo y desgarbado, no tuviera, además, descendencia. Era la época de 1700 donde España era una descomunal potencia, con mucho dinero y con dominios inmensos en América y en gran parte de Europa, por lo que esto despertó la atención y también la ambición de los otros chicos del barrio.

Al no tener hijo que coronar, Carlos II decidió que uno de sus parientes de la Corte francesa tomase el trono de España. Esto disgustó a los otros parientes de Carlos que se creían con mayor derecho, ya que la dinastía de los llamados “Austrias” había estado presente en España hacía siglos desde que Felipe “el hermoso” se había casado con Juana “la loca” hija de los reyes católicos. El mismo Carlos II era considerado de la casa de Austria.

Pero en el fondo había algo más preocupante para los monarcas europeos. La unión de Francia y España se convertiría en un poderenorme, minimizando a todos los demás, en especial en lo comercial, cosa que a nadie le gustaba. Así que no fue difícil fabricar una“gran alianza” entre Austria, Países bajos, Prusia, Inglaterra, Portugal y otros en contra de la amenaza española-francesa. Comenzaba entonces una guerra por la sucesión al trono español que duraría 13 años con 4 años de negociaciones antes de llegar a un acuerdo de paz.

En Francia gobernaba Luis XIV a quien algún chupamedia apodó “el rey sol” yestaba casado con la hermana mayor de Carlos II de España. El hijo de Luis XIV sería el rey de Francia, pero un nieto conocido como Felipe de Anjou, de la casa Borbón, estaba disponible.

Así, Felipe vino a ser Felipe V y fue recibido con mucha alegría por la mayoría de los españoles, aunque poco después comenzó el conflicto de sucesión. Esta guerra era, en su tiempo, una especie de guerra mundial y, para empeorar más la cosa, simultáneamente se originó una guerra civil en la propia España representada en un bando por el reino de Castilla (que apoyaba a Felipe V) y en el otro por el reino de Aragón quien acostumbrado a las flexibilidades que tenían los “Austrias” con ellos, temían perderlas con un gobierno más centralista como el de los Borbones. Aragón se unió entonces de la alianza anti borbónica.

Decenas de batallas, alianzas cambiantes, miles de soldados movilizados, fabricación de uniformes, armas y pertrechos, logística de emergencia, espías, traiciones, heridos, muertos y muchas otras facetas de la guerra sumergieron a toda Europa en la compleja contienda. La larga guerra debilitó considerablemente a las monarquías de Francia y España y si bien Felipe V fue, al final, reconocido como rey, España perdió, con los acuerdos de paz, muchísimas de sus posesiones en Europa.

La guerra civil la ganó Felipe V al derrotar los últimos focos de resistencia en Cataluña y en especial el de Barcelona. Se calcula casi un millón de muertos durante el conflicto y marca el inicio del fin del poderío español y, de seguro, su paulatino descenso, vino a tener una influencia importante en las colonias america nasal no poder mantenerlas adecuadamente bajo su control militar.

Trescientos años después, en nuestro aquí y ahora venezolano, también tenemos una guerra de sucesión de baja intensidad. Los rojos formados por chavimaduristas, cubanos, ELN, narcos y otros bichos de uña quieren a otro más mansito que Guaidó. Por el otro bando casi todos los partidos de oposición y millones de ciudadanos queremos que Juan Gerardo continúe.

Al igual que en la guerra de sucesión española, seguramente existen razones ocultas para evitar que Guaidó sea presidente y, por eso, los rojos están dispuestos a apresar diputados, sobornarlos, amenazarlos o lo que haga falta para lograrlo. Hasta dicen tienen preparado “show” de declaraciones para desprestigiar al Guaidó.

Lo que esto significa es que hay un temor muy fuerte en los rojos de que el hombre siga, ya que lo que ha logrado ha tenido y sigue teniendo un impacto muy serio y amenazante sobre la estabilidad de los mandones y, además, el no poder ponerlo preso tiene a los prepotentes rojos come candela, humillados como unos pendejos frente a todos sus partidarios.

Faltan pocos días para que se corra el telón. Si Guaidó sigue como presidente vamos a tener un año de muchos éxitos.

Valga la ocasión para desear un feliz año 2020 a mis estimados lectores.

 

Eugenio Montoro / montoroe@yahoo.es

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