Argentina relativiza roce con funcionario de EEUU por presencia de Jorge Rodríguez

El gobierno argentino relativizó el miércoles el conflicto surgido con un asesor de Donald Trump que no asistió a la jura como presidente de Alberto Fernández en rechazo a la presencia del ministro de Comunicación de Venezuela, sobre quien pesan sanciones del Departamento del Tesoro y los países del TIAR.

Mauricio Claver, asesor de Trump para el Hemisferio Occidental, decidió irse la víspera antes de lo planeado de Argentina y no asistir a la ceremonia de asunción del peronista por la presencia en ese y otros actos ceremoniales del ministro Jorge Rodríguez, hermano de la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez y sancionado en 2018 por el Departamento del Tesoro por supuesta corrupción.

El jefe de gabinete Santiago Cafiero dijo a radio La Red que “eso es parte de una especulación” para luego señalar que el hecho está relacionado con “un integrante de la comitiva” estadounidense y que “la autoridad principal que manda el gobierno de Estados Unidos va a estar hoy reuniéndose con Alberto Fernández”.

Cafiero se refería a Michael Kozak, especialista para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado y miembro de la de delegación estadounidense que en realidad estaba encabezada por Alex Azar, el secretario de Salud. Kozak se reunirá el miércoles con Fernández.

Claver dijo el martes al diario Clarín que “debido a algunas sorpresas que recibimos al llegar (a Argentina) decidí no ir” y que había suspendido las reuniones de trabajo que tenía programadas y había transmitido su malestar al secretario argentino de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz.

Las declaraciones de Claver al diario argentino son “verdaderas”, dijo a The Associated Press un funcionario de la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires que no se identificó por no estar autorizado para referirse al asunto.

Claver indicó que el gobierno de Fernández no le informó a Washington sobre la presencia de funcionarios del régimen de Nicolás Maduro que están sancionados.

Rodríguez -junto con otros 28 miembros del gobierno venezolano- fue sancionado el 3 de diciembre por los países miembros del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) y tiene prohibido el tránsito por las 18 naciones firmantes, entre ellas Argentina. Cuando se tomó esa medida estaba en funciones el presidente argentino Mauricio Macri.

Claver indicó que en una reunión mantenida en México con Fernández, entonces presidente electo, le había transmitido que el gobierno de Trump tiene “la mejor intención de tener una relación productiva” con Argentina y acotó que “estas distracciones”, en referencia a la presencia de Rodríguez, “no le traen ningún beneficio” al país sudamericano.

También consideró que el vínculo con el presidente venezolano y los exmandatarios de Bolivia, Evo Morales, y de Ecuador, Rafael Correa, no favorecen a Argentina. Correa se encontraba la víspera en el Congreso durante al acto de asunción de Fernández y fue luego recibido en la casa de gobierno.

Argentina, que sufre una fuerte recesión, tiene el desafío de renegociar la deuda contraída con el Fondo Monetario Internacional y acreedores por unos 100.000 millones de dólares, para lo cual es clave la postura de Estados Unidos.

Al respecto Claver señaló que “lo último” que desea el gobierno estadounidense es que “sorpresas” como la ocurrida con la presencia de Rodríguez compliquen esa negociación. “El presidente (Trump) se comprometió a ayudar, es lo que a mí me pidieron cumplir, poder ayudar. Quisiera tener y sigo con las mejores intenciones, pero obviamente no bajo estas condiciones”, dijo a Clarín.

La llegada al poder de Fernández -acompañado de la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) como vicepresidenta- implicaría un giro en la política exterior, que durante el mandato de Macri se alineó con Estados Unidos y otros gobiernos conservadores y fue un fuerte crítico de Maduro.

Fernández ha cuestionado la línea dura de su antecesor contra Venezuela y adelantó que no interferirá en los asuntos internos de ese país.

El presidente argentino es uno de los referentes del Grupo de Puebla en la región junto con otros 30 dirigentes de centroizquierda. Es cercano al expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y al mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador. Por el contrario, mantiene roces con el derechista mandatario brasileño Jair Bolsonaro.

AP

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