Rusia crea su red y se blinda de una posible ciberguerra

Depender de sí mismo. Esa es la meta de Rusia con la creación de Runet, proyecto de Internet soberana que persigue el objetivo de que el país garantice el funcionamiento de la red y que el sistema ruso pueda aislarse de los grandes servidores mundiales si detectan una amenaza externa. Esto, en palabras simples, significa que el gobierno podría operar y vigilar la conexión sin necesidades de externos.

Rusia asegura que es un método de defensa ante naciones hostiles como Estados Unidos, que controla gran parte del espectro, pero defensores de derechos humanos indican que es un camino para vigilar y limitar la libertad. Human Right Watch, por ejemplo, sentenció que “el gobierno ahora puede censurar de manera directa el contenido o incluso transformar Internet ruso en un sistema cerrado sin informar sobre qué ha hecho o por qué”.

Lo que dice la regulación

Los proveedores de Internet tendrán que instalar equipos que direccionen el tráfico a través de servidores rusos, dando a las agencias estatales la posibilidad de supervisar y controlar la información. Es una táctica para enrutar el tráfico, que en la praxis da la posibilidad de bloquear contenidos externos.

Si alguien ataca el sistema, Roskomnadzor, agencia estatal encargada de Internet, puede tomar el control de toda la red en el país y aislarla de los servidores mundiales. Tendrá, además, su propia versión de sistemas de direcciones de red (DNS), que son grandes bases de datos que albergan la información de los sitios web.

El profesor titular de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Javeriana, Rafael González, explica que la RuNet dará a Rusia suficiencia de almacenamiento y procesamiento de información, pero también la soberanía sobre toda la infraestructura de la red. “En un contexto geopolítico, podría ser preocupante, más bajo un escenario como el actual, en el que ya hablamos de ciberguerra y ciberdefensa”, dice el experto.

Esa soberanía a la que le apuesta el régimen de Vladimir Putin se traduce en que, cada vez que se va a buscar una dirección, el servicio de Internet al que se está conectado tiene que rastrearla en directorios que el mismo gobierno controla. Rusia también pretende que todos los portales a los que se acceden desde el país se alberguen en el dominio .ru.

¿Amenaza a la libertad?

Rusia implementa la RuNet en un contexto en el que ha bloqueado el acceso de sus ciudadanos a Dailymotion, LinkedIn y Telegram. No es que Moscú viva en una burbuja con respecto a la red en el resto del mundo: desde el país se puede ingresar a Google, Mozilla Firefox, Facebook, Instagram, entre otras plataformas. La cuestión es que el régimen ahora centralizará los movimientos de sus ciudadanos en red.

EL COLOMBIANO consultó con una periodista que vive en Moscú, quien relató que, a pesar de que ayer viernes comenzaba la vigencia de la regulación, aún la administación de Putin necesita hacer ajustes que tardarían hasta un año para implementar por completo la RuNet. Ella cuenta que accede a sitios bloqueados por el régimen a través de una VPN (red privada virtual), una tecnología que ese país declaró ilegal en julio de 2017.

“Nuestro gobierno quiere manejarlo todo. No han cerrado Internet, pero pretenden controlar a algunas personas, especialmente a los políticos de oposición”, dijo en una llamada desde Moscú.

Por ese motivo, es que la regulación fue rechazada por parte de la población e incluso hubo manifestaciones contra esta en abril y mayo, cuando aún estaba en curso en la Duma Estatal (legislativo ruso). Al final, este aprobó el proyecto de ley a pesar del freno que hubo en la ciudadanía.

Disputa con occidente

Países como China y Corea del Norte le apuestan a una Internet soberana como Rusia, una red independiente de occidente. No obstante, Pekín fue más allá: tiene sus propias redes sociales y centralizó por completo la conectividad sus ciudadanos. El internacionalista ruso y profesor de la Universidad Icesi de Cali, Vladimir Rouvinski, comenta que la medida que adoptó la administración de Putin no es semejante a la de esos países.

“Estamos viendo una segunda Guerra Fría entre Rusia y el occidente. A Moscú le preocupa que la otra parte del mundo pueda controlar Internet dentro del país. Pero esto no es China y la regulación tiene una motivación: dar seguridad”, sentencia Rouvinski. El profesor también dice que la norma formaliza lo que las autoridades estuvieron haciendo desde hace tiempo, por lo que no habría un cambio drástico en el acceso a red.

Una apuesta por la seguridad para Rusia o un freno a la libertad para occidente, ya el país tiene su propio Internet con el que promete ser soberano en la red: similar a cuando un gobierno quiere ser autosuficiente para abastecer de comida a su pueblo, pero con necesidades de la era digital.

El Colombiano

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