Pacientes del servicio de diálisis de La Guaira temen brote de hepatitis B y C

Molestos y preocupados se encuentran más de 100 pacientes de la Unidad de Hemodiálisis que funciona en el hospital José María Vargas de La Guaira debido a un sinfín de irregularidades siendo la guinda de la torta la conexión de pacientes negativos en serología de hepatitis en máquinas positivas, es decir, contagiadas.

En un oficio que reposa en la entrada de la unidad dirigido por la directora Nacional de Nefrología a la directora del hospital se lee que, tras realizarle exámenes de descarte de hepatitis a 47 pacientes, 28 resultaron positivos para la C y B y solo un pequeño grupo resultó negativo.

Además, establece una serie de recomendaciones para el “normal” funcionamiento de la unidad, las cuales han sido “omitidas” por la directora del IVSS La Guaira, según denunciaron los pacientes.

Maikel Echarry, quien se dializa desde hace seis años, lamentó la inacción de parte de la directiva del hospital ante el brote de hepatitis y la desinfección de las máquinas.

Recordó que quienes resultaron negativos en los referidos exámenes se niegan a recibir la diálisis por temor a resultar contagiados, ya que -además- denunciaron que no hay ningún control en la asignación de las máquinas para los negativos y positivos.

«Todos nos vamos a contaminar. La directora dice que los pacientes no se contaminan con las máquinas, ¿entonces con qué nos estamos contaminando porque todos estamos saliendo positivos con hepatitis C? Quiero que llegue el que tiene que llegar porque todos vamos a ser positivos».

Ante el supuesto de que las máquinas no transmiten enfermedades, Echarry se preguntó: ¿Por qué no montan los negativos en la máquina de HIV?, ¿qué está pasando en el hospital que quieren tapar el sol con un solo dedo?».

Dimas Marcano, paciente renal desde hace nueve años, explicó que el riesgo de contagio podría extenderse del hospital a los hogares de los pacientes. «Tenemos pareja y familiares que corren el riesgo de ser contagiados por culpa de un doctor, como lo es Gustavo Jiménez (nefrólogo), que es un irresponsable».

Aprovechó de denunciar que Jiménez, que es el único nefrólogo que hay en la unidad, «está más pendiente de lucrarse con los pacientes que llegan nuevos a la unidad».

Señaló que los pacientes más jóvenes que acuden a la unidad son precisamente los más perjudicados, dado que a diferencia de los más adultos tienen la opción de ser trasplantados, pero de ser contagiados perderían esa posibilidad.

El Universal

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