Transportistas protestan en #Táchira por desabastecimiento de #gasolina

Colas kilométricas, que se perdían a la vista, de vehículos a la espera de combustible, y protestas a la altura de la Redoma de la ULA, por parte de transportistas que ven cómo su medio de vida está en peligro por culpa del desabastecimiento y que, de paso, vieron colmada su paciencia por el maltrato por parte de los encargados del solucionar la compleja problemática, alteraron este jueves la movilidad por San Cristóbal.

La protesta, que duró aproximadamente una hora, ameritó el emplazamiento de un piquete de la Guardia Nacional en el punto de concentración y la negociación con quienes sencillamente afirman que lo que surgen en sus vehículos que prestan servicio público de transporte, luego de una espera de más de una semana, apenas alcanza para medio día de trabajo. Dentro de los acuerdos alcanzados, se estableció una reunión con la comandancia de la REDI, pero hasta los momentos no se conocieron los resultados de tal encuentro.

Y su desesperación e ira -en nada se sentían intimidados ante la presencia de efectivos de GNB y la PNB, tuvo su “guinda” cuando al recurrir a la sede de la Zodi, para volver a repetir su calvario, no solo se les cerró la puerta, sino que dio origen a un altercado en el cual se rompió una de las luces traseras de una unidad autobusera, del control 49 de la línea Santa Rita.

Como explicó uno de los transportistas a los funcionarios de Politáchira y la Guardia Nacional, el incidente ocurrió cuando desde un convoy, cuyos ocupantes conminaban a la buseta a abrir paso, descendió un militar, aparentemente con el grado de teniente, que con la culata de un fusil arremetió contra la misma.

“Nosotros –afirmó el transportista José Ruiz- no fuimos los que los agredimos a ellos, él fue el que se bajó con el fusil y le partió el vidrio a la buseta. ¿Y cómo se llama eso? Provocación a las personas que estamos protestando acá. Si el pueblo hubiese reaccionado de forma incorrecta, con la quema de la unidad o agrede a los funcionarios, en estos momentos me estuviesen llevando detenido. Ellos, como Redi, estaban en el deber de parar la unidad militar y preguntar “¿qué pasó?”, en vez de decirles “váyanse, váyanse”. Respondan por eso, porque no vale tres lochas tampoco”.

Si bien se llegó a un acuerdo para levantar la protesta, los transportistas dijeron que no tenían temor en reanudarla, en caso de no dárseles respuesta inmediata a sus inquietudes, y que no sentían temor ante la represión, pues su situación ya rayaba en lo intolerable.

Una de esas personas, más que molestas, desesperadas, era el señor Nircardo Edmundo Chacón Cárdenas, quien testimonió cómo les afecta el hecho de gastar un tiempo que bien podría dedicarlo a producir, en vez de una espera interminable en una cola.

–¿Cómo va a ser justo –afirmó el señor Chacón– que yo demoré más de 8 días para echar 70 litros de gasolina? Yo soy un empleado a cargo de una buseta y tengo a mi mamá postrada en una cama, a mi esposa, mis hijos y un niño especial que yo ayudo; todos ellos dependen de mi trabajo. Con lo que me aprovisiono, apenas si doy tres vueltas. Y si usted no paga 20 mil o 30 mil pesos –su voz se partió y estuvo casi a punto de llorar, cuando exclamó esa cantidad- tiene que paralizar su herramienta para ganarse el pan casi dos semanas. Y usted –dirigiéndose a un GNB con la indumentaria antimotines del caso-, está ahí tranquilo; vamos a respetarnos. Si quiere que el pueblo los apoye, apóyennos a nosotros.

Lisandro Pulido, por su parte, agregó a lo expresado por su colega: “nosotros tenemos 11 días sin surtir gasolina; apenas llega una gandola cada tres días, y solo descarga 11 mil litros, que alcanzan para 100 o 120 carros. Nosotros éramos atendidos antes en la Machirí, y ahora solo echamos en la estación El Terminal; nos tienen en un embudo. En total, son alrededor de 600 unidades a gasolina que prestan el servicio de transporte, todos afectadas por el desabastecimiento.

Sobre si seguirán o no las protestas de los transportistas, afirmó uno de los manifestantes que “no es la mejor manera; pero si es la única para que nos tomen en cuenta, será necesario seguir insistiendo con ella”.

La Nación