La izquierda y sus consecuencias. Por Albert Geovo (@aegeovo)

Dentro de los efectos de las naciones que son tomadas por la izquierda está la dolarización; asunto que se les fue de la mano a comunistas, y social demócratas, así pasa en Venezuela, como desfiló en Cuba y pasó y pasa en todas las naciones tocadas por la mano izquierda de la asonada rebelión roja socialista.

Por contraposición, el socialismo se jacta de defender lo nacional de un país, pero todo da como resultado la perdida de los símbolos nacionales, ya que la ideología socialista, es extremadamente en sus principios globalista, en el sentido de destruir todos los símbolos, tradiciones, costumbres y pensamientos y la soberanía en sí, que recae en los ciudadanos, como principio heredado de Occidente.

Venezuela, está viviendo las consecuencias de un régimen, que viene destruyéndolo todo, ahora el régimen socialista, empecinado a transfigurar lo más preciado de la naturaleza humana: su libertad. Y a pesar de todo ello, los socialistas, social demócratas y centro izquierda hacen lo imposible, desafiando la inteligencia del hombre, en salvar los horrores del sistema.

Inversamente, la sociedad emprende, tal como sucede en la isla de los Castros, so pena, de tener que padecer una economía dolarizada sin acceso la población a divisas extranjeras, por lo que tienen que combatir día por día los nacionales, con una moneda propia, pauperizada por la política monetaria del régimen.

En tanto, los políticos sesgados por sus intereses personales y corporativistas, no contaban con el hecho que, perdiendo la libertad cambiaria, libertades económicas, los derechos de propiedad privada, se perdería la soberanía de la nación e incluso la patria a la que tanto le hacen propaganda y halo la izquierda internacional.

Mas la experiencia nos dice, que todos los países que terminan sumidos en la izquierda pasan a ser economías dependientes, ¿por qué? Por el ensanchamiento del Estado, la carga burocrática, la extralimitación de la funciones y fines que se le atribuyen al gobierno, la concentración y centralización del poder que traen como consecuencias políticas monetarias herradas, sumado a las leyes perniciosas que sostienen estos regímenes,  las cuales terminan de hacer un Estado todo poderoso y megalómano, al mejor estilo del absolutismo, hoy mutadas en la Kakistocracia que nos explica Bovero, de fusiones de regímenes tiránicos y totalitarios.

Por otro lado, la social democracia no le perdona al socialismo revolucionario haber puesto en evidencia el retroceso y la destructividad del sistema socialista tanto en lo interno como en lo externo de las naciones; es por ello, su énfasis en negar que el socialismo revolucionario no es socialismo autentico, cuando en verdad, es llevar su política a los niveles más exacerbados del estatismo.

 

Albert Geovo / @aegeovo / albertgeovo@gmail.com

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