Trump dice es posible un acuerdo con México sobre aranceles

Después de una semana de amenazas, el presidente Donald Trump expresó el viernes que ahora “hay una gran probabilidad” de que Estados Unidos llegue a un acuerdo con México para evitar los aranceles que Washington tenía programado aplicar el lunes para obligar a su vecino del sur a frenar el flujo de migrantes centroamericanos por la frontera común.

Trump tuiteó su punto de vista algo más optimista a bordo del avión presidencial cuando regresaba a Estados Unidos desde Europa.

“Si no logramos hacer el trato, ¡México comenzará a pagar los aranceles del 5% el lunes!”, agregó.

El tuit marcó un cambio de tono con respecto al viernes más temprano, cuando su portavoz Sarah Sanders dijo a los reporteros en Irlanda antes de que Trump despegara: “Nuestra posición no ha cambiado. Los aranceles seguirán adelante a partir del lunes”.

Funcionarios de Estados Unidos y México sostuvieron conversaciones por tercer día en el Departamento de Estado norteamericano para concretar un acuerdo que satisfaga la demanda de Trump de que el país latinoamericano intensifique sus acciones para impedir el tránsito de los migrantes. Sanders señaló que ambas partes habían “logrado bastante progreso” pero no el suficiente.

Se dijo que las conversaciones se centrarían en parte en un intento para alcanzar un acuerdo sobre cambios que dificultarían a los migrantes que pasan por México y proceden de otros países solicitar asilo en Estados Unidos, dijeron quienes dan seguimiento a la situación. México se ha opuesto a ese cambio, pero al parecer está abierto a sopesar una posible solución negociada que podría incluir excepciones y dispensas para casos distintos.

El impuesto inicial de 5% a todos los productos mexicanos, que sería elevado a 25% con incrementos mensuales, podría tener a fin de cuentas enormes implicaciones económicas para ambos países. Los estadounidenses compraron bienes importados desde México por valor de 378.000 millones de dólares el año pasado, encabezados por autos y autopartes. Muchos miembros del Partido Republicano de Trump y empresarios afines le han exhortado a que recapacite, o que por lo menos posponga la aplicación de los aranceles mientras prosiguen las conversaciones, ante los perjuicios que sufrirían los consumidores y fabricantes estadounidenses.

No obstante, Trump ha adoptado los aranceles como herramienta política para someter a los países a su voluntad, en este caso en materia de inmigración, una de sus posturas emblemáticas.

En todo caso, Trump parece dispuesto a invocar una declaración de emergencia que le permita poner en vigencia los aranceles, según personas que siguen las conversaciones.

“Si las negociaciones siguen marchando bien (Trump) puede desistir de eso en algún momento el fin de semana”, dijo Marc Short, jefe de despacho del vicepresidente Mike Pence.

Desde Caracas, el presidente venezolano Nicolás Maduro salió el viernes en defensa de México ante las medidas comerciales con las que Washington amenazó esta semana a ese país, y dijo durante un acto con autoridades regionales e invitados internacionales que la “agresión del gobierno de Donald Trump contra México es una agresión contra toda América Latina y el Caribe”.

“Arriba, México. No te dejes, México”, agregó.

Durante la primera ronda de conversaciones del miércoles, la brecha entre los países era clara. México ofreció concesiones pequeñas y hasta ahora no reveladas, mientras que Estados Unidos exigió una acción importante. Washington presionó una vez más a México para que intensificara la aplicación de la ley en su frontera sur y para que firmara un “acuerdo de tercer país seguro”, algo que dificultaría que aquellos que entran a México desde otros países soliciten asilo en Estados Unidos.

Funcionarios del gobierno de Trump han dicho que México puede impedir la imposición de los aranceles incrementando la seguridad en su frontera sur con Guatemala, combatiendo a las organizaciones delictivas dedicadas al tráfico de personas y cambiando su sistema de asilo. Sin embargo, Estados Unidos no ha propuesto hitos concretos para evaluar si México está cumpliendo, y se desconoce incluso si esas medidas serían suficientes para satisfacer a Trump sobre la inmigración ilegal, un tema que él considera crucial para su campaña de reelección para el 2020.

En México, el presidente Andrés Manuel López Obrador no dijo si aceptaría que su país sea un “tercer país seguro”.

“Eso se está viendo”, dijo el viernes López Obrador en su conferencia de prensa diaria, en la que abrigó esperanzas de que pudiera alcanzarse un acuerdo antes del plazo del lunes.

Por su parte, el secretario mexicano de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, dijo el jueves que su país había aceptado desplegar 6.000 efectivos de la Guardia Nacional en su frontera con Guatemala para que contribuyan al control del flujo de migrantes como parte de sus concesiones.

Salvo Trump y varios de sus asesores en la Casa Blanca, pocos en su gobierno consideran que los aranceles son una buena idea, según funcionarios enterados de las deliberaciones internas. Ese sector está preocupado de las consecuencias económicas negativas que la medida acarreará a los estadounidenses, y cree que los aranceles —que tal vez causen la aplicación de impuestos de represalia a los productos estadounidenses— también podrían dañar políticamente al gobierno.

Los republicanos en el Congreso han advertido a la Casa Blanca que están dispuestos a enfrentar al presidente en un intento para bloquearle los aranceles, ya que les preocupa que la medida pudiera elevar los costos para los consumidores estadounidenses, perjudicar la economía y poner en peligro un importante acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá cuya ratificación está pendiente.

AP

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