La desesperanza se resquebraja. Por Eneida Valerio Rodríguez

La desesperanza nos ha sacudido emocionalmente. Durante años, el gobierno ha violentado e irrespetado  la Constitución y habla al mismo tiempo de la observación a la misma. Así crearon la  ANC aunque ningún país del mundo la reconozca,pero a sus fines, le sirve para cometer abusos  de autoridad. En su doble discurso los jerarcas, señalan la necesidad de la paz mientras se arman y alimentan colectivos con franquicia para matar y  más  grave  aún, los llaman para defender la patria. Han proclamado el socialismo, una  vorágine contra la esperanza con un discurso anti ético que pretende esclavizar al venezolano al tiempo que evocan la libertad como tradición histórica.

El gobierno da discursos para avanzar en el trabajo eficiente pero llevamos semanas sin hacerlo y asistir a clases porque los ataques cibernéticos, electromagnéticos y de fusiles son los  responsables de la grave situación de electricidad  y no la corrupción generada en este régimen, principal obstrucción del colapso eléctrico y  tejido social.

En Venezuela, los funcionarios orquestan y logran en parte, desesperanza en el ciudadano cansado de escuchar las altisonantes frases  y descalificaciones contra el imperio y su invasión y no obstante, aceptan alegres y satisfechos la nefasta y depredadora presencia cubana, cuyos nacionales llegan para torturar a nuestros presos y  jóvenes y permanecer en el interior  cuartelario de nuestra FAN. Amén que recibe en medio de la peor crisis que hemos vivido, los mismos recursos regalados para mantener su oprobiosa dictadura.

En el empeño por la destrucción de nuestra condición y derechos humanos las redes sociales han sido un escape afortunado para quienes desde laboratorios de guerra sucia alimentados por el régimen como se ha  denunciado, pretenden con descalificaciones a nuestros políticos, abatirlos como líderes. Son ellos, los únicos capaces de crear, fomentar  y aumentar la esperanza como esencia de su accionar social a través de  la solidaridad. Es la solidaridad, la que se convierte en objetivo para compartir posibilidades  con los ciudadanos. Es cuestión de mirar a cada uno de los políticos desde sus posiciones y no dudaremos sobre esta afirmación.

Nada de esto puede prevalecer, nuestro esfuerzo tiene que estar dirigido a no desfallecer en lo que deseamos para salir airosos en nuestra historia como país capaz de superar pruebas indignas.

La desesperanza en esta perspectiva del  gobierno, flageló con sus aliados en redes sociales a políticos de la oposición. No se probó a muchos una sola  acusación, ni siquiera con indicios  fundamentados para la investigación, pero la palabra y el empeño en la campaña bien orquestada de las redes, acabó con muchos. Ahora, después de enloquecerse los seguidores en los primeros días de su actuación pública, Juan Guaidó, comienza a recibir descalificativos. Se le cuestiona por cada acto. El amor inicial marcado por el frenesí ante el joven político, pretende desdibujarlo en el manejo irresponsable de redes.

Venezuela, siempre e históricamente fuerte ante el dolor, aproxima ejemplos por estos díaspara la reflexión. Una prueba, a propósito  de no tener luz agua, servicios, comida, medicamentos. Ciudadanía pues, como ya  señalamos, se asoma orgullosa y nos llama a la reflexión, son los sectores populares de la Caracas indómita. Los de la zona oeste, marcaron hace fines de  semana  con serias protestas la falta de agua, derivada de la ausencia de luz.

El gobierno, les envió cisternas para apaciguarlos como es su costumbre y comprar conciencia. No tuvo éxito: se  lo devolvieron porque querían agua del grifo y en ese mismo accionar, denunciaron a los colectivos quienes le dispararon con resultados de 2 heridos.

Estos vecinos al inicio de la semana, fueron en gestos de solidaridad  como han actuado en sus comunidades para crear esperanza, a la Fiscalía a denunciar los colectivos que resguarda el régimen.

La esperanza está en el Antiguo Testamento. El teólogo Leonardo Boff, cita al profeta Jeremías quien refiere la esclavitud en Babilonia bajo el poder del rey Ciro. Dice el profeta; “Tengo la esperanza que el rey Ciro con todo su poder no podrá impedir que nazca el sol”

Si lo que hemos visto en esta crisis, lo entendemos en el compromiso de  la solidaridad como asunto humano y político, también tenemos la esperanza de ver al sol atravesado en este contexto bíblico, lleno de consideraciones para darnos luz y discernimiento. Juntemos entonces, el poder del sol de Dios de Jeremías para deponer la desesperanza y acrecentar la esperanza como posibilidad en un contexto político y humano.

 

Eneida Valerio Rodríguez

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