¡Los Imbéciles! salieron de los bares e invadieron las redes sociales. Por Gervis Medina (@gervismedina)

Hace unos años, “Umberto Eco” dijo: “las redes sociales le dan derecho de hablar a legiones de idiotas, que primero hablaban solos en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos, eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio “Nobel”.

El drama de internet, es que ha promocionado al imbécil del pueblo al nivel de portador de la verdad. Con internet te fías de todo, porque no sabes diferenciar la fuente acreditada de la disparatada. Piensa tan sólo en el éxito, que tiene cualquier imbécil que hable de complot o que se inventen historias absurdas, tienen por lo tanto, una increíble cantidad de seguidores y de personas importantes que las toman en serio.

Y remataba, con una frase lapidaria: “Es la invasión de los idiotas”.

Ahora bien, “Jhon Locke”  decía: “Los hombres no pueden estar jamás seguros de impedirla tiranía si no tienen medios para evitarla, antes  de estar completamente sometidos a ella. Por lo tanto, no sólo es que tengan derecho a salir de un régimen tiránico, sino que también  lo tienen para impedirlo.

Valga esta cita, para todos los imbéciles y canallas que siguen defendiendo el derecho  de los “gansters originarios” a participar en elecciones.  Y aquellos “Neofilistas Transicionales”. Que apoyados en el mesianismo y la sumisión al “Poder” ven a los políticos como seres infalibles, que merecen la confianza total y absoluta, son sofismas que los venezolanos han creado y que nos trajeron a ésta hecatombe.

¿Qué dirán ahora los detractores del escritor? Cuándo leemos en las redes sociales y vemos en los medios de comunicación, tanta bazofia, tanta imbecilidad, tanta falta de respeto. Veo lo que la gente es capaz de hacer y lo repugnante desde un teclado, siendo expertos en todo y en nada, sin consultar un libro, ni citas, y mucho menos ser originales o auténticos. ¡Callar no es opcional!

Las redes sociales y medios de comunicación hoy en día, son una caja de resonancia de cuanto sucede en este mundo. De hecho hay días que destila sangre, tristeza e historias absurdas convertidas en sofismas o lo que se conoce hoy en día como “fakenews”. ¡Lo triste, es que la gente se lo cree y lo toma como un hecho cierto!

Eco afirmaba, con mucha razón que el tonto del pueblo tiene voz en los espacios cibernéticos como lo puede tener un premio “Nobel”. Agrego yo, y existen tontos que no verifican la información y se creen todo lo que se publica. Y si, las redes sociales abren espacios a los imbéciles, como lo hacen los equipos móviles y uno escucha en esa nube de información y desinformación las conversaciones más banales que se pueda imaginar.

Todos quieren ser vistos y escuchados. El espacio público como internet se putea y cada quien, sobre todo en las sociedades más corruptas como la nuestra (Venezuela). La transgresión, y la imposición de verdades individuales, son normas de la selva de desinformación o pos verdades.

La imbecilidad, no podrá ser contenida en un área restringida de la inteligencia comunitaria. El sentido común, la información, la sapiencia tienen los mismos niveles de aceptación que tienen los “imbéciles”. Los mal llamados “opinadores” y peor aún “escribidores”. Ahora son la verga de Triana. Son la materia  gris del universo. Todo lo saben, todo es lo que digan y punto, eso sí. Sin razonamiento alguno. No vale nada de intelecto, ni de leer libros, ni nada de eso. Pura manifestación límbica y reptiliana.

La estupidez nunca ha tenido las puertas  cerradas a los dominios del Poder. Presidentes, pastores, artistas, militares, políticos y demás especímenes, van y vienen dictando leyes y determinando destinos. La gentevotará por los más imbéciles para ocupar cargos públicos, les celebrará sus cagadas y crímenes, además les dará categoría de mesías e iluminados (caso venezolano) quien vive ahora el efecto “Guaidó” muy al estilo del síndrome “Candy Crush”. Por cierto quien no puede ser criticado, en las redes porque es intocable.

En Venezuela por ejemplo, los tiranos escriben poesías. Los fascistas son tiernos y se hacen selfies con sus hijos. Los políticos piden invasiones militares. Los artistas en un concierto, maldicen y llama comunista a su líder espiritual “El Papa”. El presidente de la Asamblea Nacional y líder del “Neofilismo Transicional”, elogia el legado del “galáctico”y perdona a los “gansters originarios”. La obsesión con la ayuda humanitaria, como si ese fuera  el eje principal del problema, sin razonamiento científico alguno.

Las redes sociales, son un instrumento de comunicación  y de esparcimiento, de lucidez o de pasatiempo. Son prisiones mentales o puerta de acceso a otras conciencias. No es un instrumento bueno o malo, para imbéciles y sabios. El conflicto comienza en el uso, en su intención, en la aplicabilidad de ser un medio a ser el fin.

¿Pero es entonces, que los sabios dejaron de pensar, de cuestionar, de ironizar, de ver y de escuchar? El Quijote  de la Mancha fue una gran obra pintoresca de humor, que se comió más de un iluminado.

¿Entonces, si los imbéciles se han apoderado de los espacios y de los instrumentos de comunicación es porque la inteligencia se declara incompetente? No hay obras de transcendencia en la actualidad, no hay memoria en esas tumultuosas corrientes de apariencia tonta de leyenda y oralidad. No es el elogio de la trivialidad y la estupidez, sino la defensa de un espacio, donde también pueden darse cita los que piensan sin ser atacados y llamados colaboracionistas, etc.

ZigmuntBauman, define a las redes sociales  como una trampa, porque crean sustitutos de la comunidad, una falsa idea de la amistad y el activismo político. Un entretenimiento en el que nadie se mueve.

Ya nadie expresa algo, sobre la inteligencia vertida en una investigación o artículo, nadie elogia la agudeza mental del escritor o investigador, sólo es atacado desde la irracionalidad y como diría “Cervantes” desde la razón de la sinrazón.

Si alguien disiente, si manifiesta lo que piensa o lo que cree y es contrario al eco esperado, el dueño de esa cuenta y de ese conjunto de nombres notables, pasas a ser una persona no grata, por lo tanto, eres merecedor de insultos y pare usted de contar.

La intolerancia queridos lectores, es entonces el símbolo más visible del individualismo y del confort intelectual, que busca que la mayoría  de quienes no desean pensar,  discutir, debatir, interactuar, pero sobre todo pensar. Haya salido de un bar, a ser el mismo imbécil en la red de información.

 

Gervis Medina / Escritor / @gervismedina

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