Enrique Márquez: «No podemos salir de esta tragedia con más tragedia»

El destino de Venezuela está en manos de los venezolanos, principalmente de su clase dirigente, de aquellos que hacen de la política su día a día. Si la pesadilla que vivimos ha sido generada por la ceguera, la tozudez, el dogmatismo del gobierno, también es cierto que la solución a la situación viene de la mano no solo de la acción o inacción del gobierno, sino también de la clase política opositora, de la dirigencia de los sectores mas importantes y, por supuesto, del pueblo en general.
El gobierno ha construido su hegemonía de la mano de la antipolítica, de la descalificación, estimulando el enfrentamiento fratricida entre venezolanos, destruyendo cualquier posibilidad de entendimiento y estimulando la desesperanza. Ha sido un guion construido para la aniquilación del adversario, usando todas las herramientas posibles de violencia institucional y política. En su irracional intento por destruir la oposición, pulverizó al país y el futuro.
Aunque el gobierno ha logrado mantenerse en el poder de manera autoritaria, no ha logrado solucionar los graves problemas del país. La antipolítica ha destruido las instituciones políticas, económicas y sociales. Podríamos decir que Venezuela retrocedió décadas en todas las áreas.
La clase dirigente opositora, debe ubicarse en una posición diametralmente opuesta a este planteamiento del gobierno. Si el gobierno plantea la antipolítica, nosotros debemos plantear la política. Si el gobierno se ha basado en la violencia y la separación entre compatriotas, debemos plantear la unidad nacional y el entendimiento entre venezolanos. Debemos modelar un país que se ubique en otros planos, donde la solución a los problemas de los venezolanos y el futuro de nuestros hijos, esté por encima de ideologías, de partidos y de la lucha ciega por el poder.
Se trata de construir un mejor país y esto debe hacerse desde sus bases y rescatando los valores fundamentales de los venezolanos, la honestidad y transparencia en el manejo de la cosa pública, el trabajo como motor de la movilidad social, el respeto a las instituciones, y esto solo se puede hacer si abandonamos los vicios del modelo que domina estos oscuros momentos.
 La bandera de la Unidad Nacional y el entendimiento entre los venezolanos debe guiar nuestros pasos y modelar nuestra conducta. Siempre será mas conveniente una solución pacífica, concertada con todos los sectores, que una violenta, es la única manera de garantizar un futuro de paz y gobernabilidad. No podemos salir de esta tragedia con más tragedia.
El Universal – Enrique Márquez  – @enriquemarquezp
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