Miguel Henrique Otero: “En Venezuela se ha perdido un trillón de dólares, en mala gerencia, regalos y corrupción”

Corren malos tiempos para los medios de comunicación en Venezuela. Sin embargo, El Nacional ha cumplido el 3 de agosto 75 años y su web figura en cabeza de los portales de referencia en América Latina. Su presidente editor, Miguel Henrique Otero (1947) tiene como base de su actividad Madrid desde 2015. “Siempre hemos sido críticos con el poder”, afirma en una entrevista en la redacción de El Independiente.

A Otero le sorprendió fuera de Venezuela una orden judicial en la que le acusaban de difamación porque El Nacional se había hecho eco, citando a otros medios extranjeros, de la supuesta relación del entonces presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello con el narcotráfico. Este año Cabello ha perdido la batalla en los tribunales contra The Wall Street Journal, uno de los diarios que investigó el caso, junto con el español ABC.

El Consejo de Ministros del Gobierno de Mariano Rajoy le concedió en abril de 2017 la nacionalidad española “por carta de naturaleza” para otorgarle protección. Reconoce que muchos otros venezolanos no tienen tanta suerte y apela al Gobierno español a que conceda más visados por razones humanitarias a quienes recalan en España. El ministro Josep Borrell ha confirmado esta semana que lo van a hacer.

A Miguel Henrique Otero le ha dolido especialmente que el ex presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, afirme que el éxodo se debe a las sanciones económicas de EEUU. “Zapatero es ya un miembro más del Gobierno de Maduro”, sentencia.  Y opina que el Gobierno de Pedro Sánchez ha dado un viraje sobre Venezuela. “El viaje de Pedro Sánchez a Latinoamérica ha sido para complacer a Podemos”.

Hijo del escritor y político Miguel Otero Silva (1908-1985), lleva el periodismo en el ADN. Su padre, que combatió en la guerra civil en las Brigadas Internacionales y dio algún discurso con la Pasionaria, fundó en 1943 El Nacional, del que fue el primer redactor jefe.

Presume de la vocación crítica del medio, al que Hugo Chávez admiró en sus inicios. Miguel Henrique Otero asegura que Maduro nunca dejará el poder voluntariamente porque preside “una narcodictadura”. A su juicio, será una rebelión militar, combinada con una explosión social, participada por disidentes chavistas, y con ayuda de una intervención humanitaria del exterior lo que hará que el régimen más destructivo de América Latina ponga fin a sus desmanes.

Pregunta.- El debate sobre una eventual intervención extranjera en Venezuela se ha intensificado estos días. El secretario general de la OEA, Luis Almagro, no ha descartado la opción. Al contrario se ha manifestado la mayoría de países del Grupo de Lima. A su juicio, ¿estaría justificada una intervención en Venezuela?

Respuesta.– Cualquier salida del régimen es válida. No rechazo cualquier cosa que suponga la salida del régimen de Maduro. No es posible una invasión como la de Normandía en el mundo moderno. La intervención extranjera no pasa por una invasión de ejércitos extranjeros para sacar a Maduro. Sí veo factible que en un momento de caos, de rebelión interna, haya algún tipo de apoyo por vía de la intervención humanitaria. Si nadie sabe quién está al mando y hubiera indicios de guerra civil, podría haber una intervención humanitaria y se justificaría internacionalmente. No sería una invasión, como muchos imaginan.

Venezuela es el país de Latinoamérica con más militares presos por conspirar: más de 250, según Foro Penal”

P.– Usted considera entonces que Maduro caería como consecuencia de una rebelíón interna con apoyo externo.

R.- La rebelión militar es una posibilidad real. De hecho, en los últimos tres años ha habido cinco rebeliones. Venezuela es el país de Latinoamérica con más militares presos por conspirar. Las cárceles están llenas de militares a los que han torturado. En Nicaragua no hay militares presos. En Venezuela hay más de 250 censados por el Foro Penal. Puede haber muchos más. A su vez, en Venezuela hay protestas todos los días en todo el país. Los venezolanos no son pasivos. Es un país en protesta permanente. De ahí a la protesta masiva hay solo un pequeño salto. Además, el chavismo se ha ido desprendiendo de gente muy importante como la fiscal Luisa Ortega o Miguel Rodríguez Torres, ex ministro del Interior, que se han convertido en opositores. Sería una combinación de rebelión militar, explosión social y la presencia del chavismo disidente. Todo ello podría generar un caos tal que se dieran las circunstancias para justificar la intervención militar.

P.– ¿No ve posible ninguna otra salida?

R.- No hay otra vía. No es una dictadura normal. En América Latina ha habido dictaduras comunistas como Cuba, las dictaduras bananeras sustentadas por el ejército (Pinochet o Pérez Jiménez, por ejemplo) y luego están las dictaduras populistas como Venezuela o Nicaragua. Venezuela ha derivado en un régimen delincuencial por la corrupción y por el narcotráfico. Los organismos de seguridad del mundo tienen claro que el régimen protege el tráfico de droga y mucha de su gente está involucrada, como los sobrinos de Maduro condenados en EEUU. Una veintena de cargos importantes del régimen, el ex vicepresidente Tareck El Aissami, gobernadores, están enjuiciados por narcotráfico. La producción de cocaína subió en Colombia de 20.000 hectáreas a 220.000 hectáreas. Esa droga sale por Venezuela con la complicidad de altos funcionarios.

P.- En las conversaciones entre miembros de la Administración Trump y militares disidentes venezolanos se planteó la intervención pero se descartó porque no vieron posibilidades de éxito a la operación, según The New York Times.

R.- En Venezuela hay una situación de inestabilidad con las Fuerzas Armadas muy grande. No son unas Fuerzas Armadas controladas por el Gobierno ni estables. Además, hay dos características: la Inteligencia militar está en manos de los cubanos. Algo único: un país que entrega su inteligencia militar a otro país sin que haya sido derrotado en una guerra. Otra cuestión es que hay 1.200 generales, más que en toda la OTAN. Es la manera en que Chávez diseñó las FFAA para que no se puedan organizar. La situación socioeconómica de muchos oficiales es terrorífica. Solo están con ellos los que están metidos en narcotráfico o en corrupción.

P.- El ejército no puede hacerlo solo pero será clave su participación.

R.- Si no, no hay vida. La gente sola no puede con el nivel de represión y el chantaje de las bolsas CLAP (bolsas de víveres que toman su nombre de Comité Local de Abastecimiento y Producción). Maduro tiene a la parte del ejército metida en narcotráfico, los colectivos, la policía nacional bolivariana ideologizada, las milicias, las FARC, el ELN, los cubanos… Tiene siete u ocho ejércitos, no es lo mismo que un dictador tradicional. Los colectivos son mercenarios pero si no les pagan, no funcionan.

La rebelión de agosto fue una sublevación de militares de bajo rango, mal hecha, no creo que fuera un montaje”

P.- ¿Qué ocurrió el 4 de agosto pasado en el desfile de homenaje a la Guardia Nacional? ¿Fue un atentado fallido o un montaje?

R.- Es un ejemplo de las rebeliones militares, una sublevación menor, eran militares de bajo rango. No creo que fuera un montaje. Fue algo mal hecho. Como no tuvo éxito, el régimen lo aprovechó. Cada vez que ha habido un intento de rebelión, el gobierno lo utiliza a su favor. En algún momento puede tener éxito.

P.– Lo reivindicaron los Soldados de Franelas.

R.- Son estudiantes y algunos militares. A los militares no los agarraron. A los estudiantes sí. Y al diputado Juan Requesens.

P.- ¿Cree que tuvo algo que ver Requesens o es un chivo expiatorio?

R.-  No creo. Es un chivo expiatorio.

De Zapatero a Sánchez

P.- Para muchos venezolanos la situación es insostenible hasta tal punto que han decidido dejar su país y buscar una vida mejor fuera. El ex presidente del gobierno de España José Luis Rodríguez Zapatero ha dicho que el éxodo se debe en gran parte a las sanciones económicas de EEUU.

R.- Zapatero es como un ministro más del gobierno de Maduro. Es lamentable. Se presentaba como independiente para buscar una salida entre gobierno y oposición. Nunca ocurrió. En ese proceso el régimen ganó tiempo y dividió a la oposición. Ahora aparece diciendo que la diáspora es consecuencia de las sanciones. Ha terminado de quitarse la careta. Ha tomado como posición a favor del régimen. Es como un miembro del gobierno de Maduro. No tiene credibilidad, la tendrá para el régimen, no para el resto.

Sánchez trató de apaciguar a Colombia y Chile, firmes contra Maduro, en su gira reciente por Latinoamérica”

P.- ¿Dónde situaría al Gobierno actual de Pedro Sánchez: en línea con Zapatero o con González, también ex jefe del gobierno socialista, que siempre ha defendido las sanciones y la presión al régimen?

R.- En su reciente gira por Latinoamérica, Sánchez estuvo en dos países clave, Colombia y Chile, que tienen una posición muy firme contra Maduro. Sánchez trató de apaciguarlos en relación al proceso venezolano. Y en Bolivia, que es un país populista autoritario,  llegó como San Nicolás, a ofrecer mucho capital para inversiones. Creo que ha sido por complacer a Podemos, uno de sus pilares más importantes. El PSOE siempre ha defendido la democracia y los derechos humanos, pero este gobierno tiene algunas particularidades, como la alianza con Podemos, que es como la embajada del madurismo en el mundo.

P.- ¿Podemos sigue teniendo influencia en Maduro?

R.- No lo sé. Se manejan en la clandestinidad. Sabemos que Podemos defiende lo indefendible y mantienen un discurso como lo que dice ahora Zapatero. Y lo cierto es que es producto del chavismo, financiado por el chavismo.

P.- El ministro de Exteriores, Josep Borrell, defiende que el Gobierno ha de dialogar con los ministros venezolanos. ¿Por qué con China o las monarquías del Golfo sí y con Venezuela no?, se preguntaba en un encuentro reciente.

R.- De gobierno a gobierno puede hablar con cualquiera, con Corea del Norte, si es preciso. El planteamiento es si se reconoce o no a Venezuela como país forajido, si se reconoce o no al régimen de Venezuela como un régimen ilegítimo y violador de derechos humanos. Y si reconoce que a través del diálogo, como ha hecho Zapatero, no se consigue nada más que permitir que el régimen de Maduro gane tiempo.

R.- La residencia por razones excepcionales se dio mucho. En mi caso me dieron la nacionalidad por carta de naturaleza. Pero hay muchos a quienes devuelven. Hay una demanda de 50 organizaciones para que el gobierno fije un mecanismo de legalización para todos los venezolanos que están aquí. No es como en Colombia o Ecuador.

P.- Cinco países de Latinoamérica (Argentina, Chile, Perú, Colombia, Paraguay) más Canadá confirmarán la semana que viene en la ONU que van a denunciar a Maduro ante la Corte Penal Internacional de La Haya. ¿Deberia sumarse España?

R.- Es un paso muy importante porque hasta ahora han sido individuos o bien ONGs los que han llevado el caso de Maduro ante La Haya y al incorporarse países la cuestión toma un nivel de seriedad distinto. España debería sumarse pero ha habido un viraje en su política exterior.

Veinte años de la llegada de Chávez

P.- En diciembre se cumplirán 20 años de la llegada al poder de Hugo Chávez. Usted le conoció bien, según creo. Y a Chávez le gustaba mucho El Nacional al principio.

R.- El Nacional siempre ha sido un periódico crítico, un periódico de oposición, siempre ha estado enfrentado al estatus político. La gente de oposición es muy cercana al periódico. Para la oposición democrática, cuando lo fue Chávez, El Nacional era el favorito.

P.- ¿Cómo era de cerca?

R.- Sabía cómo cautivar a la gente. Tenía un elemento de conexión con los sectores populares muy fuerte, por eso tuvo esa popularidad. Estos populistas son expertos en engañar de acuerdo a lo que quiere la gente. Defendía las tesis de la tercera vía de Blair, el capitalismo humanista de Blair, ni socialismo ni el comunismo. Ni siquiera tenía cercanía con el régimen cubano. Luego optó por esa vía cubana para eternizar el régimen. No sabía que iba a morir tan pronto de cáncer.

Si Hugo Chávez siguiera al frente, Venezuela sería igualmente un sistema que no tiene futuro, salvo más destrucción”

P.- ¿Sería muy distinta Venezuela si siguiera al frente Hugo Chávez?

R.- No, porque no era un modelo viable. Chávez utilizó el crecimiento por ingresos petroleros como mecanismo de reparto de recursos. Repartió la renta petrolera en sectores populares. En aquel momento reconocían las instituciones internacionales una mejora del nivel de vida. El problema es que a la vez desmanteló el aparato productivo con expropiaciones y corrupción sin que se creara una fuerza productiva alternativa. Mientras crecía el precio del petróleo, podía hacerlo. Convirtió a Venezuela en un país importador. Cuando cayeron los precios, no se podía mantener el sistema. Al principio había un 40% de marginalidad, la bajó a 30% y ahora está cerca del 75%. Es un sistema que no tiene futuro, salvo más destrucción.

Una economía a la deriva

P.- Las reformas económicas anunciadas en agosto han generado más desconcierto. ¿Hay premeditación en este caos o es ineptitud?

R.- A lo mejor el régimen cree que así se va a reactivar la economía. El régimen ha aumentado del salario mínimo unas 30 veces? en una economía con una industria desmantelada. Ese peso recae en el Estado que tiene cinco millones de empleados. Eso pasa sin reservas internacionales, sin exportaciones, sin tratos bilaterales. Ahora parece que han conseguido un préstamo de China de 5.000 millones de dólares pero eso no alcanza. El aumento del salario mínimo va a multiplicar la hiperinflación. Ese dinero adicional no hará que compren más.

P.- Para lograr ese préstamo el presidente Maduro ha viajado a China el pasado fin de semana.

R.- Esos 5.000 millones de China se irán en poco tiempo si no lo dedican a producción. Los chinos han prestado mucho dinero y quieren recuperarlo. Pero los convenios son ilegales porque no han sido aprobados por la Asamblea Nacional, sino por la Constituyente, que es ilegal. Corren el riesgo de que si cambia el régimen quien llegue al poder no respete los convenios. A China puede que le cueste mucho trabajo recuperar ese dinero. Quizá crean que Maduro va a durar toda la vida. Quien llegue va a dar prioridad a restaurar la economía, no respetar esos convenios.

P.- ¿Está el presidente colombiano, Iván Duque, marcando la línea de acción sobre Venezuela, a su juicio?

R.- No sólo Duque. También Piñera (presidente de Chile). O Trump. También Macri, incluso Ecuador y Brasil.

El huracán que acabó con Haití no destruyó tanto como esta gente… No hay precedentes en Latinoamérica”

P.- ¿Respalda la política de Trump sobre Venezuela?

R.- Trump es muy de fiar contra Maduro. Tiene una línea dura y firme. Hay un sector republicano de origen cubano que ha sido un apoyo fundamental para él. También Santos dio un viraje contra Maduro y creo que fue por influencia de Trump. Cualquier proceso que llevará a la salida del régimen y en el que participaran estos países me parece bien. No hay precedentes de destrucción (asesinatos, diáspora, represión) en Latinoamérica. El huracán que acabó con Haití no destruyó tanto como esta gente.

P.- ¿Cuánto tiempo puede tardar Venezuela en recuperarse?

R.-  Venezuela tiene muchas riquezas naturales muy importantes que no se explotan. La producción de petróleo bajó de 3,300.000 diarios con Caldera a 1,300.000 por la destrucción del aparato productivo. Iban a llegar a siete millones. No producen. Se necesita una gerencia pública que permita que la gente produzca.

P.- ¿Por qué no aprovechan ese petróleo?

R.- Han creado un modelo tan destructivo que acaba con cualquier industria existente. Cuando invierte una empresa extranjera, el Estado paga en bolívares y a una tasa incierta. No pagan nunca. La inversión es muy arriesgada. Los trabajadores han de ser chavistas. A eso se suma la inseguridad, asaltan las camionetas, roban el material…Y además no respetan los acuerdos. Además, los materiales los vende PDVSA. Aunque sea una empresa rusa han de comprar los tubos, por ejemplo, a PDVSA. Es un sistema kafkiano. Están esperando que todo cambie para producir.

P.– Mientras tanto, hay gente que se ha enriquecido y sigue haciéndolo con el régimen: los bolichicos. Alejandro Betancourt (Derwick) acaba de asociarse con el régimen en Petrosur.

R.– Pero si es una compañía petrolera pasará lo mismo. Una cosa es tener el contrato y otra producir. Pero quien hace los tubos que importa a un dólar y los vende a 20 sí que se hace rico.

Desde que llegó Chávez al poder se calcula que se ha perdido un trillón de dólares, en mala gerencia, regalos y corrupción”

P.- A España han venido muchos ex dirigentes chavistas que escondieron sus fondos en inversiones inmobiliarias o bien en cuentas en Andorra, como Nervis Villalobos.

R.– Desde que llegó Chávez al poder se calcula que se fue un trillón de dólares. Una parte en mala gerencia, en regalos y corrupción. No se sabe cuál es el porcentaje de cada cosa. No hay cuentas públicas fiables. Hace 20 años el 90% de los ingresos en divisas eran dólares del petróleo, el resto de industria básica. Hoy en día esto se acabó. Ahora el ingreso en divisas procede del ingreso petrolero, que va a la baja, el del narcotráfico que nadie sabe a cuánto asciende  pero aumenta la producción, y las remesas de los venezolanos. Unos tres millones de venezolanos envían dinero desde el exterior a sus familias.

P.- A Maduro le viene muy bien el éxodo.

R.– No tiene que alimentarlos, la gente envía dinero y además se quita de en medio a sectores de oposición. El único beneficiario de la diáspora venezolana es Nicolás Maduro.

Una oposición sin consistencia

P.- Usted habla en uno de sus últimos artículos del odio por parte del régimen y da la impresión de que la sociedad está fragmentada. ¿No habría riesgo de guerra civil?

R- Es una sociedad dividida pero antes estaba más dividida. Ahora el chavismo está reducido a un 10% de la población, no es como en Cataluña 50-50. En Venezuela no hay un contenido ideológico o nacionalista,  ni elementos de fuerza conceptual. Ese 10 o 15% se mantiene por la corrupción, el chantaje de las cajas CLAP o el narcotráfico. Lo que tienen de verdad ronda el 5%. No es una sociedad antagonizada. El primer año de Chávez tenía el 85% de apoyo de la población. Fueron perdiendo progresivamente hasta hoy.

P.- La oposición parece más debilitada que nunca. Y a sus estandartes como Leopoldo López se les escucha menos que cuando estaba en la cárcel.

R.- A Leopoldo López le han prohibido hablar. Volvería a prisión si habla. En la cárcel le castigaban. Lo que ocurre con la oposición venezolana va más allá de la división de la que habla la gente. Es otro el problema. En el caso de la oposición venezolana no se trata de problema de protagonismo porque los hay como en cualquier otro país. Tampoco hay diferencias ideológicas. Todos están inscritos en la Internacional Socialista. Nadie quiere ser de derechas. Todos quieren ser de izquierda moderada.

La oposición venezolana no es consistente, un rato son electoralistas, otros confrontacionistas, no tienen credibilidad”

P.- María Corina Machado, fundadora de Vente Venezuela y Soy Venezuela, no es de izquierda moderada.

R.- La única que no pero tampoco está en la Internacional del centro. Lo que divide a la oposición es que hay un sector de la oposición que es confrontacionista y otro electoralista. Pero o solo es eso. Además, solo ha habido dos personas consistentes, que siempre han tenido la misma posición, en esas posiciones: María Corina Machado, 15 años confrontacionista, y Ramón Guillermo Aveledo, de la MUD, 15 años electoralista. Los que están en el medio no son consistentes, un rato son confrontacionistas, otro electoralista, unas veces dan la razón a Zapatero, luego no. Además, no lo hacen juntos. Por eso no tienen credibilidad ni externa ni interna. En Cuba estaban los confrontacionistas y los electoralistas, incluido el Partido Comunista. Durante una década mantuvieron sus posiciones. Luego todos se fueron bajo el liderazgo de Fidel Castro. En estos momentos en Venezuela se está gestando un bloque con Antonio Ledezma, María Corina, Julio Borges y Leopoldo López pero no termina de conformarse.

P.- Usted es confrontacionista.

R.- La elección con esta gente es imposible. Será como la de Sadam Hussein, de las que se ganan con el 99% de los votos.

P.- Unos y otros libran su batalla frente a un gobierno que se ha saltado el orden constitucional. P

R.– Los chavistas dieron un golpe de Estado cuando hicieron la Asamblea Nacional Constituyente. Derogaron la Constitución de 1999, aprobada en referéndum. Chávez incluyó la reelección indefinida y la gente lo aprobó. Todo lo que está haciendo este Gobierno de Maduro es ilegítimo.

R.- No son como una dictadura bananera que aplicaban la censura previa o bien te cerraban el medio. La censura previa es más compleja con las webs. Pero en Venezuela dejan que todo se publique y luego hacen retaliación posterior. Es otro mecanismo. Van cerrando la ventana de la libertad de expresión. Cerraron la radio y televisión con una ley que aprobaron. Al dificultar el suministro de papel cerraron los medios impresos. A su vez van sumando medidas punitivas.Y ahora bloquean por regiones, por días, y a algunos medios los tienen permanentemente bloqueados.

P.–  ¿Tienen un plan B si les bloquean?

R.- La haríamos desde fuera del país. Podrían bloquearnos dentro pero no es tan fácil cuando el país está globalizado es más difícil hacerlo.

P- ¿Cómo se mantienen económicamente?

R.- Precariamente. Algo de publicidad, solidaridad de otros países de los periódicos, con el papel, por ejemplo.

P.- ¿Usted se plantea dedicarse a la política?

R.- No (rotundo)… Yo creo que voy a regresar en un futuro no muy lejano a hacer el periódico.

P.- ¿Será inminente la caída de Maduro?

R.- Está tan mal la situación y la gente está tan harta. Creo que puede haber una ruptura en un futuro no muy lejano, hoy o dentro de un mes. O nunca.

DC / el independiente

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