Inventario de fuerzas. Por Jesús Rangel rachadell (@rangelrachadell)

Dicen que la oposición política no tiene energías para enfrentarse a este gobierno corrupto; sin embargo, desde distintos sectores se sigue reivindicando un cambio. La política es como el mar, si observa la superficie, en la que todo se ve tranquilo, no se dan cuenta de que en las profundidades algo se mueve, hay una corriente marina opuesta, una resaca, un animal al acecho. En la vida suele haber movimientos de compensación.

Chávez se dedico a destruir las fuerzas de la sociedad que podían dificultarle el control total que buscó para gobernar a su antojo; no lo logró, pero hizo importantes avances. Además, Maduro ha seguido su paso destructor. Hay formas de organización social que se pueden oponer al Socialismo del siglo XXI:

Los partidos políticos han sido atacados de diferentes maneras. Los principales dirigentes están siendo perseguidos, presos o en el exilio para evitar detenciones arbitrarias. Enfrentan ataques a sus familiares, secuestro o cárcel de sus seguidores de los organismos de represión del Estado. Otra vía es la intervención de organizaciones con fines políticos por parte del Tribunal Supremo de Justicia, desconociendo a sus directivas electas e imponiendo a afectos al régimen, como fue el caso de Copei, en el que desconocieron a sus autoridades electas y favorecieron a afectos al gobierno. Igual pasó con el partido MIN Unidad.

Impusieron a los partidos condiciones inmorales no previstas en la Constitución ni las leyes, buscando convalidar las fraudulentas elecciones de Maduro en 2018, después de robarse el referéndum revocatorio de su mandato. Ilegalizar a la oposición para que no puedan postular, escogiendo una complaciente y a su medida. Las agrupaciones democráticas demuestran una falta de lealtad con el resto de los intervenidos o desconocidos, quieren surgir a expensas de los electores que apoyaban a otras organizaciones. Esta ausencia de nobleza les pasará factura, y serán ilegalizados en su oportunidad, cuando no puedan alquilarse a los intereses de la dictadura.

La iglesia es atacada con insultos a sus representantes, se limita el visado para que ingresen seminaristas o sacerdotes católicos de otras nacionalidades ni se otorga el pasaporte al clérigo venezolano que quiera ir a estudiar, predicar o evangelizar. Los robos a las iglesias, ataques personales a obispos y a su familia, supuesta hampa común actuando en las parroquias. Sospecho que son grupos afectos al gobierno. Hasta la falta de dinero en efectivo conspira contra el buen accionar de la congregación y la economía de su feligresía.

Los sindicatos fueron debilitados desde el año 2000, por el control o el proceso de legitimación de los mismos que provocó que la cantidad de obreros sindicados sea exigua. El desconocimiento de la CTV, las trabas a los afiliados a esa central obrera, la creación de sindicatos afectos al gobierno, la existencia de cooperativas o de empresas de producción social (EPS) -que burlan el contrato de trabajo bajo la supuesta figura de socios-, la toma de compañías donde funcionaban gremios fuertes como el de Sidor, o la suspensión de la discusión de los contratos colectivos. El último acto de represión a los trabajadores fue la reconversión monetaria y el aumento del salario mínimo e igualitario, con lo que se desconoce la especialización, el mérito y los años de servicio. Todos cobran igual o serán despedidos. No debemos olvidar que hay dirigentes sindicales presos por oponerse a Maduro.

Los maestros y profesores se están yendo del país por las malas condiciones que ha impuesto Maduro a la sociedad venezolana, antes de eso ya Chávez había intentado en el 2000 tomar control de la educación con el Decreto 1011, calcado del control cubano y de ideología comunista, muestra del sectarismo gubernamental del exministro Héctor Navarro. La consigna ¡con mis hijos no te metas!, nació de la oposición de esas medidas. Luego, fue la Ley Orgánica de Educación, dictada sin cumplir el procedimiento constitucional para ese tipo de leyes, o la Ley de Universidades que tuvo que dejar sin efecto por las protestas estudiantiles.

Las alcaldías son tomadas mediante elecciones sin partidos políticos con verdadera vocación democrática, y con el Consejo Nacional Electoral cambiando votantes de centros de votación, sin participar que cierra esos sitios para que no puedan ejercer su voto los electores. Una de las competencias más importantes de los municipios es la seguridad ciudadana a cargo de sus policías municipales, sujetas a intervenciones temporales del gobierno nacional que se extienden en el tiempo, no controlan al hampa. Sin policías de punto, con poco patrullaje, da la impresión de que desaparecieron o están ausentes, muchas mafias, ladrones y pranes, que hacen desmanes por el descuido del respectivo ministerio.

Hay muchas otras manifestaciones de la sociedad que están afectadas por esta manera loca de gobernar de los socialistas. Todavía, con toda la represión tenemos focos de contención, empezando con los miles de ciudadanos penando por comida, potenciales electores en contra del gobierno si tuviéramos elecciones limpias en nuestro país, los cientos de enfermos y sus familiares que conocen la realidad de los hospitales, las farmacias, y la imposibilidad de conseguir las medicinas, con los cientos de aquejados de la tensión que les da un infarto por no poder consumir sus medicamentos como se les ha prescrito. Los gremios reclamando sus condiciones de trabajo, los míseros sueldos y la inflación generada por las políticas de Maduro.

Tenemos muchas razones para reclamar un cambio, necesitamos organización y simultaneidad de las protestas.

DC / Jesús Rangel Rachadell / Abogado – Profesor / @rangelrachadell

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