Hábitos y prácticas: ¿Qué hacen los niños mientras comen?

Ya sabemos que los hábitos alimentarios se forman fundamentalmente en la infancia temprana. Y justamente a ese período de la vida hay que advertirlo como una gran ventana de oportunidad. Al decir de los expertos, desde los 3 y 4 años de edad es cuando se incorporan los hábitos en relación a las comidas para comenzar a establecerse a partir de los 11 años.

La intención de este medular documento de investigación «Infancias y comensalidad», realizado a partir de la medición 2017 de la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA) y al que tuvo acceso Infobae  es la de ofrecer un diagnóstico preciso de los hábitos y las prácticas de los niños y sus familias en relación a las comidas.

La investigación se propone advertir y desentrañar los procesos de formación de los hábitos alimentarios desde la infancia. Y a partir de allí diseñar un escenario de alimentos, rutinas y elecciones saludables y potentes del buen comer. La investigación arroja y se apalanca en un concepto central: la comensalidad, que es el entorno y todo aquello que ocurre alrededor de la comida, especialmente en los dos ámbitos fundamentales donde se definen los hábitos de los chicos más fuertemente,  la casa y la escuela.

La comensalidad sirve para adentrarse en la situación nutricional de los niños y adolescentes y para  unir la complejidad del proceso nutricional con el hecho social de compartir el alimento y la mesa como lugar de encuentro.

La comensalidad sirve para adentrarse en la situación nutricional de los niños y adolescentes y para  unir la complejidad del proceso nutricional con el hecho social de compartir el alimento y la mesa como lugar de encuentro.

El concepto de comensalidad proviene entonces de las ciencias sociales y remite al hecho de comer y beber juntos alrededor de la misma mesa. Es el espacio simbólico en el que el grupo social comparte y transmite sus valores y sentidos, su identidad cultural.

 La comensalidad se suele definir como la practica de compartir comida y comer juntos en grupos sociales como la familia. Allí se establecen, refuerzan y reeditan en cada comida las relaciones que sostienen a la familia y  a la sociedad.

Para Ianina Tuñón, coordinadora del estudio y del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la UCA explicó a Infobae: «La investigación «Infancias y comensalidad, hábitos y prácticas en relación a las comidas» se realizó a partir de la medición 2017 de la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA) y plantea una serie de datos punzantes y conceptuales sobre infancia, comensalidad y alimentación y sobre el derrotero del proceso de formación de los hábitos alimentarios en la niñez«.

Si bien la sociedad argentina valoriza la “comida casera” – aquella elaborada, caliente y en muchos casos hecha por la madre – lo más frecuente es observar que la comida en los hogares de hoy es la comida industrial, conservada y congelada o directamente la comprada.

Si bien la sociedad argentina valoriza la “comida casera” – aquella elaborada, caliente y en muchos casos hecha por la madre – lo más frecuente es observar que la comida en los hogares de hoy es la comida industrial, conservada y congelada o directamente la comprada.

Tuñón destacó las «recomendaciones nutricionales» que se compilaron a través de un conglomerado de expertos consultados para el estudio de la UCA. Entre las más destacadas figuran la importancia de ofrecer variedad y calidad de alimentos, que aporten los nutrientes necesarios para una  alimentación completa. Evitar las «recompensas» o «sobornos»para lograr que los niños consuman alimentos saludables . Y en la misma línea evitar los mecanismos de castigo o penalización relacionados con la comida como la obligación de terminar todo el plato o penitencias por saltear comidas.

Socialización y hábitos alimentarios.

Al decir de Patricio Kenny, médico pediatra, gastroenterólogo y director de la Escuela de Nutrición de la UCA y uno de los expertos referentes del estudio EDSA-UCA, «el proceso de formación de hábitos en los niños se basa en la construcción de rutinas».  Kenny señaló a Infobae: «Las condiciones y los vínculos que se establecen entre los niños y su entorno -físico y socio afectivo- en el momento de las comidas son fundamentales para lograr un intercambio positivo que estimule la enseñanza y el aprendizaje de hábitos alimentarios y estilos de vida saludables».

El proceso de formación de hábitos alimentarios en la infancia no ocurrirá de un día para el otro. Será a lo largo de una serie de señales que el niño tiene que recibir en la casa y en los otros ámbitos donde comparte más tiempo, por ejemplo la escuela.

El proceso de formación de hábitos alimentarios en la infancia no ocurrirá de un día para el otro. Será a lo largo de una serie de señales que el niño tiene que recibir en la casa y en los otros ámbitos donde comparte más tiempo, por ejemplo la escuela.

Respecto a la adquisición de los hábitos alimentarios, el 86,1% expresó que los adquiere en la casa . El 35,6% en la escuela , el 8,5% a través de un médico y el 4,2 % gracias a los familiares.

Es alto el porcentaje de padres que informan a los niños y niñas sobre los alimentos que les ofrecen (casi el 67%). En paralelo, el 77,4% de los padres estimulan a los niños para comer todo lo que se les sirvió en el plato, aunque el 53,5% responde que no prepara los alimentos junto a los niños. Casi el 70% suele obligar a los niños a comer lo que se preparó aunque no le guste tanto.

¿Qué hacen mientras comen?

El estudio de la UCA arrojó que la principal comida en familia que tienen los hogares argentinos es la cena y que la gran mayoría de los niños entre los 2 y los 17 años mientras comen conversan con sus familiares y pares.  Y miran televisión (93% y 81% respectivamente).

En menor medida juegan o usan el celular y mucho menos habitual es usar la computadora o jugar con videojuegos. Sin embargo, estos datos presentan diferencias según la edad de los chicos, por ejemplo, los niños de entre 13 y 17 años usan más la computadora mientras comen que los que tienen entre 5 y 12 años ( 14,8 % y 9, 5%). Asimismo, el uso del celular durante las comidas aumenta a medida que asciende el estrato social, representando un 22,6 % en el estrato muy bajo y un 32,7% en el medio alto.

Lo común a todas las infancias es conversar y mirar televisión , pero jugar es propio de los niños/as más pequeños, mientras que el uso del celular de los adolescentes (48,9% y 51,4% respectivamente)

La trastienda del «picoteo»

En cuanto a qué comen los niños en el recreo escolar se observa que un 57,7% lleva los alimentos desde su casa , un 25,7% los compra en el kiosco del establecimiento escolar y a un 18,6% se los dan en forma gratuita en la escuela.

 El alimento más elegido para consumir en la escuela son las galletitas dulces y barras de cereal, tanto en el estrato medio alto y como en el muy bajo (52,5% y 39,5% respectivamente) .

El estudio EDSA- UCA resalta el picoteo como un hábito que atraviesa a las infancias. Y que no es lo mismo que una colación, tiene otra lógica. Este hábito se trata de una comida desordenada, poco saludable y que puede generar como consecuencia la ganancia de peso.

El 76% de los chicos entre 2 y 17 años picotea , es decir come entre horas sin una planificación. Esta tendencia se incrementa a medida que los chicos ganan autonomía en la provisión de alimentos.

El estudio de la UCA indagó sobre los consumos alimentarios escolares entre comidas. No es lo mismo el picoteo que la colación. La comida también está relacionada con las emociones y eso es algo que se evidencia particularmente entre los niños.

El estudio de la UCA indagó sobre los consumos alimentarios escolares entre comidas. No es lo mismo el picoteo que la colación. La comida también está relacionada con las emociones y eso es algo que se evidencia particularmente entre los niños.

Casi el 80% de los adolescentes suelen picotear . Asimismo , el picoteo es algo más probable en los varones que en las mujeres. Según los expertos que participaron del estudio EDSA- UCA a medida que desciende el estrato social baja la propensión a llevar alimentos de casa a la escuela.

Pero existe además otra variable que hay que contemplar al analizar el estatus de los niños y su pulsión cotidiana por comer, que es el estilo de la ingesta. Y allí el picoteo o el snackeo – la ingesta de alimentos entre horas- aparece como una de las formas más dominantes y constantes en los niños, y sobre la que padres y cuidadores muchas veces no prestan mucha atención.

Las cifras de la obesidad infantil

Las cifras de la obesidad infantil en la Argentina no son buenas, ni las propias ni las comparadas con la región. Nuestro país hoy lidera el podio con mayor obesidad infantil en América Latina. La malnutrición afecta a los niños y niñas de 0 a 5 años, sin importar su condición social o nivel de ingresos.

Cobra más dimensión la idea de que la alimentación saludable en la infancia es clave para disminuir el riesgo cardiovascular en la adultez. Al decir del experto Jorge Tartaglione, médico cardiólogo y presidente de la Fundación Cardiológica Argentina y el otro experto referente junto a Kenny del estudio de la UCA  : «Allí los padres tienen un rol central en la enseñanza y transmisión de una alimentación saludable, sobre todo con el fin de revertir el sobrepeso y la obesidad que hoy en la Argentina y a nivel mundial representan una epidemia».

Introducir una alimentación saludable en estadios tempranos de la vida contribuirá a reducir la incidencia de la enfermedad cardiovascular en la adultez , que hoy constituye la primera causa de muerte.

Introducir una alimentación saludable en estadios tempranos de la vida contribuirá a reducir la incidencia de la enfermedad cardiovascular en la adultez , que hoy constituye la primera causa de muerte.

Incluso Tuñón apela a nuevas estrategias que el mismo documento arroja para que los chicos disfruten de comer mejor, «se trata de ingresar a los hogares con mejores prácticas de alimentación y tener una mirada más amplia: involucrar a las industrias productoras de alimentos y al sector privado para mejorar la comunicación sobre estos hábitos y la creación de nuevos alimentos».

«La comensalidad justamente implica repensar los procesos formadores de hábitos alimentarios desde las familias, y no solo desde los niños. Hay tendencias que se repiten: en los hogares pobres se elabora poco y algo que cruza a todos los sectores es la poca participación del niño en la cocina. Hay que acercarlos a que vea  como se elabora un plato y que huela y conozca crudos los alimentos», precisó Tuñón.

(Fuente: EDSA Agenda para la Equidad (2017-2025) Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.)

(Fuente: EDSA Agenda para la Equidad (2017-2025) Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.)

Es curiosa y jerarquizada la mirada del médico pediatra Patricio Kenny sobre la nutrición, «aprender sobre nutrición es tan importante como leer o aprender matemática. Los estudios demuestran que el conocimiento y el desarrollo de estas habilidades adquiridas en la infancia, los ayudarán a realizar elecciones saludables en el corto y largo plazo», concluyó.

DC / Infobae

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