En la pista del desierto salado de Bonneville, Estados Unidos, este auto es propulsado por dos motores de 2.500 caballos de potencia cada uno, un motor para las llantas delanteras y otro para las traseras.
Una curiosidad de este vehículo es que intentó romper la marca hace más de 50 años, en esa oportunidad llegó a 650 kilómetros por hora. A pesar de alcanzar esa extraordinaria velocidad en la época, no fue considerada válida debido a que el vehículo no pudo recorrer la pista dos veces.
En su momento, el Challenger utilizó cuatro motores supercargados de la empresa Pontiac. Hoy en día usa dos Hemi V8 con nitro, cada uno con una caja de velocidades de solo tres marchas. Los motores necesitan del Nitrometano para funcionar y tiene 2 tanques de 30 galones cada uno. En la última carrera donde ganó el reconocimiento, necesitó de un tanque por cada recorrido.
Existen carros mucho más rápidos y que superan la barrera del sonido pero usan turbinas de avión en vez de motores, por lo que el Challenger II es considerado el más veloz.
Cabe resaltar que el piloto por poco pierde el control del automóvil cuando alcanzó la velocidad tope pero sus llantas especialmente diseñadas, de un milímetro de caucho, hicieron restablecer la trayectoria.
DC / Kien y Ke
