Párroco chavista: Maduro no quiere Ayuda Humanitaria porque le suena a invasión

El párroco chavista de la Iglesia de San Francisco, Numa Molina, reveló el contenido de una conversación privada entre el Presidente Nicolás Maduro y el expresidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Diego Padrón, reunión donde estuvo presente y cuyo contenido delató luego a la prensa oficial amiga “ante tanta falsedad”.

En su afán por quedar bien ante el gobierno, Molina dejó colar la siguiente perla:

“El Presidente solo ha pedido que no fuera usada la expresión ayuda humanitaria porque concretamente significa injerencia por parte de los Estados Unidos, sinónimo de invasión”. Es decir que, como suele ocurrir en este socialismo que ha dejado al país en bancarrota, las palabras para el Presidente tienen más importancia que los hechos y, en consecuencia, si auxiliar a enfermos y hambrientos venezolanos se le denomina “ayuda humanitaria”, entonces hay que dejarlos morir de mengua porque, si lo vemos bien, el resultado es bastante parecido a que nos invada el imperialismo yanqui y la cifra de muertos que dejaría a su paso.

Lo más lamentable de esta delación del párroco chavista es que dijo, como si se tratara de un acto magnánimo o de un milagro mayúsculo, que “el Presidente venezolano no ha rechazado ninguna de las propuestas de monseñor Padrón. Al contrario, ha puesto a disposición un camión de la Guardia Nacional con escolta militar para recibir las medicinas (enviadas por Caritas) desde la llegada hasta su destino final”. Y, para dejar bien sentado lo cercano que está del poder y los líderes del proceso, Molina justificó su delación señalando que “Luego de dos o tres días, he preguntado al entonces ministro encargado, Elías Jaua, si habían llegado los contenedores de medicinas prometidas por Cáritas, y él me ha respondido que había llegado solo una pequeña caja que podía entrar en la cajuela de un auto. Era solo un show, un montaje. Frente a tanta falsedad he decido revelar este episodio”.

Donde sí se equivocó por completo fue cuando criticó a la jerarquía católica porque se prestaba para fines políticos. “Es necesario respetar la espiritualidad popular, no manipularla con fines políticos malsanos. No quisiera que fuera usada una imagen religiosa por ninguna parte política”, dijo. Sin recordar que en 2013 aseguró que Hugo Chávez estaba en el cielo, junto a Dios, porque el gobierno de Nicolás Maduro restauró el templo de San Francisco, donde él es párroco. “Este acto es también un homenaje a la memoria del líder de la Revolución Bolivariana, de gratitud y oración a Dios para que “ahora, él (Hugo Chávez) que está junto a Papá Dios, nos siga acompañado en la lucha por el bien”, dijo entonces.

“¡Gracias! En nombre de la Iglesia caraqueña por esta obra terminada y por el detalle de estar pendiente de ella desde la presidencia de la República”, manifestó públicamente.

En fin, padre Molina, lo más importante que se desprende de su delación es que si no hubiésemos llamado Ayuda Humanitaria a la urgente necesidad de alimentos y medicinas, entonces no habrían fallecido niños por desnutrición o con cáncer o centenares de venezolanos por escasez de medicinas para los trasplantes o la diálisis.

Quizás ahora que Hugo Chávez está en el cielo, le haga a usted el milagro gigantesco de que, como el nuevo cono monetario se va a llamar de otra forma, entonces se va a resolver la hiperinflación. Y asimismo, como los soldados desertores han huido por el hambre y las pésimas condiciones en que se encuentra, seguramente regresen a los cuarteles porque ahora los han denominado “Soldados en Permanencia Arbitraria Fuera de la Unidad” (SPAFU). Y así sucesivamente. Cambiemos los nombres, Padre. Tal como Hugo Chávez juró cambiarse el suyo si no acababa con los niños de la patria. ¿Se acuerda?

DC | El Cooperante

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