Hamilton gana en Paul Ricard, Sainz brilla y Alonso abandona

Suena la Marsellesa, banderas francesas ondean el aire con miles de empleados de Renault en la grada principal vestidos de amarillo. Termina el himno y encontramos a Carlos Sainz, no ve a nadie, no conoce a nadie. Mira hacia delante y va directo a su coche como quien se dirige a la misión de su vida. «En la primera vuelta estás en el podio», le había dicho un amigo ante el gesto de incredulidad de los que le acompañaban. Pero el niño Sainz asentía con la cabeza en un gesto apenas imperceptible. Al terminar la primera vuelta era tercero, tras Lewis Hamilton y Max Verstappen. Inglés y holandés se quedaron en esas posiciones y el de Mercedes vuelve al liderato del Mundial. 65ª victoria del campeón, tercera esta temporada. Poca historia, líder de principio a fin.

Volvamos a Sainz, el madrileño se aprovechó de un toque en el inicio entre Vettel y Bottas, y pasó a Ricciardo en pista para, desde la séptima plaza, colocarse en un cajón virtual que le permitió soñar con un milagro. No pudo ser. En esta Formula 1 hay tanta diferencia entre los tres mejores coches y el resto que no puede ser. Y encima les dejan pasar, los Haas, los Sauber, los Force India en otros momentos. Vergonzoso. Pese a todo el madrileño era sexto, solo detrás de los tres equipos más veloces y delante de Bottas cuando su motor Renault acabó agotado. Con casi veinte kilómetros por hora menos, Sainz se cansaba también de gritar. «No tengo potencia, no tengo potencia», decía desesperado. Concluyó octavo.

Lo pasó Magnussen y también Bottas, el finlandés con problemas en el suelo del coche desde el toque de Vettel tuvo una remontada buena que no pasará a la historia. Algo similar hizo el alemán, que llegó a ser último tras esa salida accidentada. Una vez entró en boxes, otra caricia a Alonso y su McLaren al que echa de la pista, el asturiano habla de ‘estúpido’ al referirse al movimiento del tetracampeón. Vettel finalmente fue quinto adelantado en las últimas vueltas por Ricciardo y Raikkonen.

El último campeón con Ferrari entró en el podio tras unas cuantas vueltas en las que pasó a Vettel y Ricciardo que recordaron a aquel piloto que luchaba con Alonso en 2005 con el McLaren por un título mundial que entonces no pudo lograr. ¿Alguna vez, en lo que queda de temporada, nos recordará Alonso aquellos tiempos? Lo dudo. La de Paul Ricard fue su peor carrera en mucho tiempo, problemas de neumáticos, de frenos, suspensión, toques de otros pilotos como Vettel, mala estrategia de su equipo, era último y doblado cuando decidieron en su equipo el abandono a una vuelta del final. El doble campeón español tras una victoria de época en las 24 Horas de Le Mans ha regresado de la manera más dolorosa posible a su deporte.

Y mientras, Hamilton ganando otra vez, Vettel remontando del último al quinto y luchando por el quinto título mundial. ¿Es injusto este deporte? Es la Fórmula 1. Pregunten a Sainz. Por ejemplo. En Austria más.

DC / AFP

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