Nosotros: “El poder sin principios y los principios sin poder” Por Johnny Galue (@COOTUR)

¿Que si no acabamos con maduro, maduro acabará con todos nosotros?

Hemos sido testigos, a lo largo de los últimos procesos electorales, de una creciente desarticulación, de la normatividad electoral, con la participación de los operadores políticos de sectores de la oposición. Estamos lejos de los burdos métodos de fraude electoral del pasado. Hoy el fraude electoral es colosal y sistémico. El ámbito legal se convierte en una fétida cueva, alejado de los principios éticos de la política. En el campo electoral venezolano, coexisten dos mundos, el normativo, por un lado (el del deber ser), y el sucio terreno de los operadores políticos de sectores de la oposición.

Venezuela un lugar de castigo eterno. Se ha convertido, en un lugar de tormento, de personas  y de un pueblo condenado. En donde, habitan de manera turbulenta los espíritus de los muertos malditos.

Las elecciones de 2018, anuncian convertirse, en otro espacio dominado por la desatada codicia del poder. Ganar a toda costa, sin importar cómo. Donde el espacio electoral es de tentación y de tormento, no solo, para el Régimen. Las formas y los principios, se desdibujan para mantenerse en el poder ambos espectros políticos en el escenario electoral.

La penosa transición, a la democracia carga ahora con procesos electorales impregnados por diversas versiones de fraude, en las que participan los actores. Lo electoral es un coctel confuso, una zona de pecados sociales que sólo comprenden los doctores de la ley y los fariseos. Los comicios se han convertido en zonas de rencor, guerra sucia, campañas de desprestigio y persecuciones. El poder sin principios y los principios sin poder. Las elecciones, lejos de ser una fiesta ciudadana, han devenido en una guerra sin escrúpulos, son la antesala de la oscuridad.

Un dialogo, ecuménico entre creyentes y no creyentes. Un dirigente evangélico, que se define portador de la fe y liberal. En contraparte, a el otro, que decreta con tono de pastor pentecostal, que es venezolano, y si no acabamos con Maduro, el acabara con nosotros. ¿Qué pasa? ¿Candidatos a la Presidencia se convierten en predicadores baratos de la fe?, resulta que ahora, los candidatos, a las presidenciales, se sienten pastores y profetas políticos.

¿Estos quieren la redención divina y ganarse el reino de los cielos? Por supuesto que no, quieren el poder a toda costa. Con todo, ignorar las consecuencias de nuestras patologías electorales es la verdadera condena. Es un   exceso y abuso, de la credibilidad del electorado, del querer encauzar a su provecho la voluntad popular. Como bien dice Lorenzo Meyer en su espléndido prólogo, “el viejo régimen autoritario sigue dominando buena parte de la vida política del país, y por supuesto es parte de la quintaesencia en el Estado de México”

Junto a estos, el Régimen operó las elecciones pasadas de gobernaciones y Municipales, ahora, maniobran rumbo a las presidenciales de 2018. Es una denuncia a las desmesuras de quienes controlan el aparato de gobierno para trampear a los venezolanos.

Hoy el Concejo Nacional Electoral, es una grotesca caricatura, integrado por consejeros de consigna, militantes con mandato partidario, cuyos votos y razonamientos son absolutamente predecibles. Gracias a las confabulaciones de los partidos, podemos sostener que vivimos un abismo electoral por las penosas regresiones y degradaciones institucionales. Pese a las reformas hay un efecto tobogán a punto de tocar fondo.

DC / Dr. Johnny Galue / Abogado, Político / @COOTUR

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