Presdigitando elecciones. Por Jesús Rangel Rachadell (@rangelrachadell)

Tengo un amigo que en otra época nos entretenía con trucos de cartas. Me daba la impresión de que se burlaba de nosotros, todo le salía fácil y no podíamos identificar el engaño. A José Rafael le llamamos Mago, predisgista las cartas, como lo hace Tibisay con las elecciones; ahora las ves, ahora no las ves.

 

Cuando quieres saber las reglas se supone que vas a la ley, a los reglamentos, a la normativa; eso es imposible en esta Venezuela. El Consejo Nacional Electoral empieza de una manera, se compromete a cumplir con reglas, y luego, en medio de los procedimientos, las va cambiando dependiendo de las necesidades del gobernante. No estaba donde pensabas.

 

Hace poco, se firmó un acuerdo entre el candidato del hambre y del desespero con los candidatos de la comparsa, en este acuerdo de “garantías electorales” se comprometieron a respetar las condiciones establecidas. La presidenta del CNE dijo varias mentiras, por ejemplo: que se han establecido condiciones en el pasado que se han respetado; solo que el traslado de centros de votación no había ocurrido nunca, hasta que fue necesario amedrentar a los electores para que no fueran a votar. El cuento de las auditorías en las que participan los partidos políticos lo puede complementar cualquiera que haya asistido a esas auditorías; es falso, los partidos son convidados de piedra, sus representantes se sientan, escuchan, a veces reciben un CD con información que luego es alterada (caso de los traslados de electores cuando ya estaba cerrado el registro electoral). El famoso registro de electores en el que no participa un representante de los partidos políticos, en el que no tienen ningún control ni información previa, en el que no pueden recomendar ni promover que se coloquen centros de registro en las universidades o donde la oposición tiene seguidores, que limita la participación de los ciudadanos que se encuentran en el exterior. Este es el mismo CNE en el que buena parte de la oposición no cree, así que de nada sirve tener, supuestamente, el mejor sistema electoral si los electores no participan por la desconfianza que le tienen a ese organismo.

 

En el acuerdo se refirieron al acompañamiento internacional, pero nada dijeron sobre la observación internacional -palabras parecidas, consecuencias diferentes-, medias verdades, muchas mentiras, silencios evidentes. Y esto lo firmaron sin leer la letra pequeña sobre el abuso de los recursos públicos, las cadenas, el uso de las migajas Clap, y la extorsión a quienes no voten como se les ordena. Nada de eso está en el acuerdo. Estos firmantes no pidieron las verdaderas condiciones que viene exigiendo la oposición: liberación de los presos políticos, rehabilitación de los partidos políticos ilegalizados, al igual que lo hicieron las dictaduras de Juan Vicente Gómez y Marcos Evangelista Pérez Jiménez. Lo que falta es el famoso inciso seis que ilegalizó al partido comunista en el siglo pasado, ese mismo partido que le parece bien que el gobierno disuelva partidos de oposición y que le cambien las condiciones establecidas para poder lograr sus fines políticos. Tampoco solicitaron reequilibrar la evidente parcialidad del CNE a favor del gobierno.

 

Yo no sé qué lograron con la firma de ese acuerdo, lo que sí está claro es que de nada les servirá. A veces es mejor quedarse callado.

 

Tibisay, al igual que el Mago, nos pide que mantengamos la atención en lo que no es importante, nos distrae, para luego sorprendernos con otra carta que no estamos esperando. El último truco son las elecciones de los cuerpos legislativos, que Tibisay y su combo no quisieron organizar en su oportunidad, elecciones que nuestra legislación prohíbe que se efectúen de manera conjunta con elecciones nacionales. Todo esto lo hacen contando con la necesidad de los afiliados de los partidos políticos de tener representación, con la característica ansiedad de participar. Entre mis conocidos solemos decir la siguiente frase: candidato no es gente. No hay manera de quitarle a un candidato la seguridad en su triunfo, contra viento y marea tratará de llegar hasta el final, así sea otra alucinación más.

 

El Mago y Natalia son unos valientes, tuvieron otro hijo en esta nuestra Venezuela convulsa, eso es tener esperanzas.

 

La realidad se impone, el hambre no claudica, las necesidades son muchas y puede que ocurran otros desenlaces.

 

Yo no aspiro a una solución mágica, como que venga un ángel y nos resuelva nuestros problemas, como lo expone un pasaje del Antiguo Testamento, que dice lo siguiente: «35. Aquella misma noche, salió el Ángel de Yahvé y mató en el campamento asirio a ciento ochenta y cinco mil soldados; a la hora de despertar, sólo se veían cadáveres.» (2 Reyes, 19).

 

Unos esperan a un extraño, otro país, una potencia, un imperio, un ángel u otra ilusión. No quiero que haya muertes, no serán 180.000 cubanos los que morirán, pagaremos justos y pecadores. Todos venezolanos.

 

Si el gobierno insiste en mantener su trampa electoral estará haciendo un llamado a la violencia, y me temo que vendrá el Ángel del Señor.

 

DC / Jesús Rangel Rachadell / Abogado – Profesor / @rangelrachadell

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