“Ni se engaña ni espera” Por José Pons B. (@joseponsb)

Al referirnos en esta forma no podemos pensar en otra cosa que el “hambre pareja” que padece los venezolanos hoy por hoy. Esto es un asunto que no se logra guardar en un archivo de promesas a cumplir, o que pertenece a estrategias personales para que no  logren ser víctimas de la delincuencia. Es un estado Psicofisiologico constante que no logra pasar por desapercibido y menos que un sueño reparador logre solucionar. El hambre en Venezuela, problema agudo que logra hoy grados de desnutrición en niños y adultos y no menos impactantes en nuestros ancianos.

 

Esta hambruna nacional, para muchos entendida como herramienta de sumisión, artificial e inducida con propósitos de diezmar a una población que históricamente ha sido sana, saludable y alimentada balanceadamente. Logre con este caos además de conseguir la muerte, crear un interés común que logre sumarse a la falta de medicamentos y a una vida colmada de violencia,  el fijar únicamente la atención en las necesidades básicas, permitiendo así que el régimen haga y deshaga fuera de la ley y la moribunda constitución de Chávez.

 

Estamos ante el derrumbe de una Nación, cuyos niveles de autorrealización están basados en lo primario, en lo visceral; donde todo lo que nos está pasando justifica que intelectuales, profesionales brillantes, jóvenes con aspiraciones de una vida digna, con posibilidades, bonanza y éxitos desaparezcan en la Venezuela y opten por buscar en otras tierras lo que el país y un gobierno, tienen la responsabilidad de ofrecer. Al no hacerlo, no poseen ninguna justificación de estar en el poder.

 

Hoy las estadísticas no solo se logran medir, sino, que se palpan en las calles. La desnutrición que nos está acabando marca en los rostros como calaveras ambulantes que ríen y hablan, por la nobleza y el gentilicio venezolano. La trampa excelentemente premeditada y planeada por el gobierno venezolano de la pobreza, logra que nuestra gente generalmente no pueda costearse comida nutritiva para ellos ni sus familias. Esto refleja que la deserción escolar a todos los niveles aumente desproporcionalmente.

 

Para la presente fecha logramos determinar aspectos que no solo nos preocupan, sino, que nos obligan a actuar. El 82,4 % de los venezolanos, sufren de hambre o están en riesgo de padecer hambre. 6,2 de los niños entre 6 y 59 meses sufren retraso del crecimiento, si logran nacer. Tanto los niños como las madres, tienen un peso inferior al normal, cuyas defensas no les permite una vida sana, como también hay que destacar que el 33% de las mujeres sufren de anemia. Esto nos indica que más de 250000 mujeres embarazadas o en periodo de lactancia padecen de desnutrición. Es entonces que nos preguntamos: ¿Que generaciones logra estimarse para las próximas décadas en el país, con este tipo de ciudadanos? ¿Acaso esto no es un crimen de lesa humanidad?

 

DC / Dr. José E. Pons B / @joseponsb

Entérate al instante de más noticias con tu celular siguiéndonos en Twitter y Telegram
Suscribir vía Telegram

Lea también

Le puede interesar además

Loading...

Tu opinión vale...