El odioso abuso del odio como estrategia de poder, por Golfredo Dávila (@golfredodavila)

Esta ANC fraudulenta y su ley contra el odio escupe para arriba, nos recuerda aquellas organizaciones de mampara creadas por las mafias, para la lucha contra el tráfico de drogas,ven la paja en el ojo ajeno y son incapaces de ver el listón en el propio.Igual sucede cuando les indilgan a otros, sus propios defectos, que si la burguesía parasitaria, la derecha apátrida, los fascistas, loscorruptos, entre otros.

 

La retórica y las ejecutorias del régimen llegaron al punto de la degeneración total y hoy se refugian en la santa inquisición (ANC), con la que buscan humillar aún más a nuestro pueblo. En estos tiempos de ilegalidad, hay que entender quela rabia y el odio, no son lo mismo.La gente está encolerizada, al ver la destrucción de la patria por parte de quienes dicen amarla,los mismos que convirtieron a Miraflores en la sede del mayor cártel del narcotráfico del país, los que están matando de hambre y por falta de medicinas a niños y ancianos, los que crearon el caos y terminaron de resquebrajar la convivencia social. Siluchar contra esta barbarie es odio, con esta ley cargada de odio, tendrán que encarcelar al 80% de los venezolanos que luchan contra el odio promovidopor ellos durante sus 19 años de poder.

 

El abuso de la siembra de odio y resentimiento, les ha servido para el control hegemónico y el dominio sobre la sociedad. Las dictaduras anteriores, no maniobraron tanto con esa estrategia perniciosa, de convertir el irrespeto, el insulto, la manipulación, el chantaje, la mentira, la violencia y el terror, en política de Estado. Y para colmo, siendo el PSUV y su régimen, los principales exponentes de esa ignominia y responsables de la saña, de la represión criminal y los asesinatos contra el pueblo durante las protestas, vienen con el cuento de proscribir los partidos políticos que promuevan el fascismo, la intolerancia o el odio.

 

Este instrumento no resuelve nada, sólo les sirve para arreciar la persecuciónpolítica, la censura, la autocensura y la criminalización de la protesta.Si los 10 y 20 años de cárcel y limitaciones a dirigentes, ciudadanos y medios de comunicación, que violenten la “ley”, se usaran contra quienes fundieron los motores, contra aquellos que, con la palanca del retroceso arrasaron con todo y se robaron más de 800 mil millones de dólares, otro gallo cantaría.

 

Nada de lo que hagan, detendrá la fuerza de un pueblo que no quiere venganza, sino que anhela justicia, que se enfrenta al odio, al comportamiento anti histórico y retrógrado de este perverso poder: No podrán contra una ciudadanía que clama por la apertura del canal humanitario, por los Derechos Humanos y la libertad de los presos políticos, que se enfrenta a la corrupción y, en definitiva, que aspira sosiego, paz y un país enrumbado por la senda dela democracia y el progreso.

 

DC / Ing. Golfredo Dávila / Secretario General de Vanguardia Popular en el Zulia / @golfredodavila

 

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