El Gobierno prevé ajuste de precio de la gasolina

“Poner las cosas en su lugar”, así es la meta que tiene el presidente Nicolás Maduro para equilibrar el consumo y precio de la gasolina que es la “más barata del mundo”. En 2016, casi dos décadas de congelamiento de tarifa, decretó un bolívar por litro de 91 octanos y seis bolívares para el litro de 95 octanos.  Con los recursos del sistema de precios se proyectó sustentar grandes misiones, misiones y micromisiones.

Sobre la mesa del despacho del Ministerio de Petróleo reposa, desde hace un año, la planificación para ajustar el precio de gasolina. El Gobierno aliena que la demanda de combustible sea 70 por ciento de carga a 95 octanos y 30 por ciento a 91, fijando revertir el consumo y aumentar el precio para equilibrar las cuentas y aminorar el subsidio. “Esto nos va a ir ayudando”, precisó el mandatario en esa ocasión.

Tras el aumento el salario mínimo, el Ejecutivo retoma la revisión de la política de precios, desde alimentos a combustible. En lista están 50 rubros, que se hila con la complicidad del Asamblea Nacional Constituyente y la estocada en documentos pendientes por aprobar.

Armando Urdaneta, economista, explica que un incremento en las tarifas de carburantes permitirá ingresos al Estado, aunque tendrá impacto inflacionario. El ajuste en el combustible se convertirá en ingresos fiscales y más inflación para la población dada la consecuencia inmediata en el servicio: distribución de bienes y transporte público.

“Cada vez que hay un aumento de gasolina, aumentan los precios y a la final lo que genera es mayor inflación. La política del Gobierno, aunque no critico que se aumente la gasolina porque es necesarios, debe estar dirigida es abatir la inflación, y para abatir es necesario bajar el gasto público”.

Ante la imposibilidad del contener la variación de precios en bienes, por recesión de la economía, caída continua del PIB y razones de debilitamiento de la producción nacional, la salida es bajar el gasto público, disminuir políticas que contribuyeron con el déficit fiscal.

Pero controlar el gasto público parece esfumarse en cuentas del Gobierno. “Porque esa situación tendría un costo político más del que ya están teniendo las hambrunas colectivas”.

Urdaneta destaca que el comportamiento acelerado del gasto se detecta al comprar la base monetaria de 2016 y 2017. Frente a ese indicador “el gobierno no tiene recursos fiscales” y busca medios para sofocar el déficit y más bolívares para PDVSA.

LV

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